El walkman: historia de una revolución
El 1 de julio de 1979, Sony sacaba a la venta el primer reproductor portátil de música que se escuchaba con auriculares y cabía en un bolsillo. El novedoso aparatito cambió de inmediato el modo de relacionarnos con la música.
«¡Ese es tu walkman? ¡Qué moderno que es!” Luis Alberto Spinetta se muestra sorprendido ante al novedoso aparatito de su compañero Pedro Aznar. Más adelante, se sorprenderá aún más cuando descubra que “¡tiene pilas!”, mientras el bajista comenta, en tono superado, “todo muy liberal, ciento por ciento free, escuchando buena música/ Muy FM”.
Estos diálogos entre los ex Almendra y Serú Girán, respectivamente, son parte de “Peluca telefónica”, la canción que incluye a Charly y que forma parte de “Yendo de la cama al living”, su primer disco solista editado en octubre de 1982. Tenía razón Spinetta, era muy (de) moderno tener un walkman si apenas hacía tres años que se lo conocía. Más aún en la Argentina de aquel tiempo, de importaciones abiertas de par en par, tener uno no era para cualquiera.
El Walkman primero fue grabador
El primer reproductor portátil de casete salió a la venta el 1 de julio de 1979 y Sony, su fabricante lo bautizó Walkman. Desde entonces, todo reproductor portátil, sea o no de Sony, sería un walkman. Su origen, como suele suceder con todos los hechos trascendentes de este mundo (y más allá), tiene más de una versión, pero, al menos en este caso un solo objetivo: escuchar música en movimiento (o no). Veamos.
Se supone que el futuro Walkman fue el resultado del deseo del por entonces presidente honorario de Sony, Ibuka Masaru, de poder tener un aparato que le permitiera escuchar música durante sus permanentes viajes en avión por el mundo.
Otra versión sostiene que Masaru, al parecer un deportista empedernido, llevaba tiempo pensando en un dispositivo que le permitiera salir a correr, su gran pasión, mientras disfrutaba de escuchar música. Comenzó a idear un dispositivo para ello, que no dudó en mostrar a Akio Morita, su amigo y socio fundador de Sony, quien vio un potencial impresionante en el prototipo de Masaru , por lo que no dudó en enviarlo a su equipo de ingenieros para que perfeccionasen el equipo.
Sin embargo, parece que pasó otra cosa. El jefe del equipo de desarrollo de Sony, Kuroki Yasuo, apodado míster Walkman, cuenta en su libro Walkman-ryū kikaku-jutsu: “El Walkman no fue un aparato proyectado desde sus inicios con la clara idea de convertirlo en un artículo comercial. Fue algo que nació como una diversión de los técnicos jóvenes y que nunca estuvo en la lista de aparatos proyectados por la División de Magnetófonos. Por decirlo de alguna forma, era algo que no estaba en el guion y por eso la historia del Walkman resulta tan divertida”.
El walkman surgió de alterar el Pressman, el pequeño grabador portátil para periodistas, por lo que, al tratarse de una reformulación de un aparato ya inventado y probado, su fase de desarrollo duró apenas cuatro meses. Aun así, el plazo resulta excepcionalmente corto para la época. Lo que hicieron los ingenieros fue quitarle al Pressman el dispositivo de grabación, agregarle auriculares y… play!
La evolución del walkman
En febrero de 1981, un año y siete meses después del lanzamiento del primer Walkman, se lanzó el célebre Sony WM-2, un Walkman más compacto, de un tamaño lo más próximo posible al de la cajita de un casete, además de sacar los botones ubicados originalmente al costado y reubicarlos en cara que funcionaba como tapa del Walkman. Esta segunda generación del Walkman alcanzó, por primera vez, un gran éxito también fuera de Japón. El WM-2, que funcionaba tan solo con un par de pilas AA, fue la versión que más grabada ha quedado en la memoria de la gente y seguramente fue el que “sorprendería” tanto a Spinetta en la hilarante letra de “Peluca telefónica”.
Aunque hoy parezca increíble, el Walkman no tuvo un impacto inmediato en las ventas, aunque tampoco es que tardó tanto en lograrlo. Inicialmente solo se vendieron unas 3000 unidades, lo que no fue suficiente para compensar el precio minorista relativamente bajo. Sony reaccionó rápido y generó una campaña de marketing tan original como el producto que había creado: mandó a la calle a sus empleados para que usaran los Walkman en público y le ofrecieran a la gente los auriculares como experiencia de escuchar música en estéreo fuera de sus casas y, por supuesto, funcionó.
El Walkman cambió para siempre el modo de escuchar música: el hecho social de juntarse a poner discos se convirtió en un gesto individual de darle play al casete y andar por ahí con auriculares en la sien. Aunque dejó de fabricarse en 2010, la música sigue viajando con nosotros.
Comentarios