Ciclo Licuadora en El Arrimadero de Neuquén: un viaje al futuro de las artes escénicas

Desde hoy hasta el sábado podrán verse, en El Arrimadero de Neuquén, las nueve obras surgidas de la Residencia Licuadora, el proyecto que impulsa el desarrollo de artistas emergentes del Alto Valle.

Un viaje al futuro de las artes escénicas, de eso (nada menos) se trata el Ciclo Licuadora que comienza este miércoles en El Arrimadero Teatro, de Neuquén: nueve obras cortas surgidas de una convocatoria de cincuenta proyectos del Alto Valle presentados a mediados del año pasado para ser parte de la Residencia Licuadora y tener, finalmente, sus funciones de estrena en el denominado Ciclo Licuadora.  

Este miércoles, subirán a escena “Füllerismo”, de Camila Kozempel; “Carne fresca”, de Julieta Sandoval; y “Yo te saludo, divina”, de Nahuel Lavorato. El jueves se podrán ver “Efectos de un afecto”, de Abril Casanova; “Nijinska”, de Belén Welpmann; y “Mi caballo por un reino”, de Joaquín Suárez. El viernes, serán el turno de “Mundos internos”, de Sebastián delgado Delvas; “Nijinska”; y “Cárcel”, de Fiorella Contreras. El Ciclo cerrará el sábado con “Füllerismo”; “Movimiento líquido”, de Flaw Muñoz; y “Yo te saludo, divina”. Las obras tienen una duración de entre 15 y 30 minutos, las funciones comenzarán a las 21:30 y las entradas tienen un costo de $3500 anticipadas por whatsapp el 2994158861 y $4500 en puerta.  

«Füllerismo», de Camila Kozempel. (Foto: Lautaro García Lupi)

Creada por las neuquinas María Sol Fuentes, investigadora escénicas y productora; Camila González, formada en la Escuela Experimental de Danza Contemporánea y en el IUPA; y Julieta Sandoval, formada en danza clásica; y Joaquín Suárez, bonaerense de Moreno formado en actuación y expresión corporal, Licuadora es una plataforma de artes escénicas que se sostiene desde el 2021 con el objetivo de ampliar y consolidar el circuito escénico del Alto Valle.   

El Ciclo, que sucede a comienzos de febrero y cuyas obras podrán verse desde hoy hasta el sábado en El Arrimadero, es el tramo final de un trayecto que comienza varios meses antes con una convocatoria pública a la Residencia.   

«Mi reino por un caballo (esto no es Shakespeare es drama)», de Joaquín Suárez. (Foto: Lautaro García Lupi)

Podría decirse que Licuadora, que empezó en 2021, empezó por el final: primero fue un Ciclo; al año siguiente, a las obras seleccionadas les asignaron una serie de tutorías que recién el año pasado, a partir de la tercera convocatoria, se formalizaron en una Residencia.  

“Lo que proponemos con la plataforma Licuadora es un acompañamiento de obra y de su proceso creativo”, cuenta Julieta Sandoval en un diálogo con Río Negro. “A mitad de año se hace una selección de jóvenes artistas del Alto Valle, de entre 18 y 35 años, que tienen el deseo y las ganas de hacer sus primeras creaciones escénicas”.   

«Cárcel», de Fiorella Contreras. (Foto: Josefina Fonseca)

La primera convocatoria incluyó solo la instancia de Ciclo, las aperturas a público. Pero se percataron que a los artistas y grupos seleccionados les faltaban herramientas y que se necesitaban espacios para ensayar y trabajar con artistas referentes de acá.  “Lo que hicimos fue plantearnos hacer un acompañamiento previo que pueda darle un sostén más profundo a los trabajos”, explica Julieta. Así fue que se sumaron a Licuadora Jorge Onofri (actor, titiritero, docente y gestor cultural), Sebastián Fanello (dramaturgo, director y actor), Mariana Pessoa (artista escénico-performática, directora, docente y gestora cultural) y Verónica Martínez Durán (actriz, directora y dramaturga), todos ellos referentes destacados de las artes escénicas de la región.  

«Carne fresca», de Julieta Sando.

Los nueve proyectos que subirán a escena surgieron de una convocatoria de aproximadamente cincuenta propuestas, la mayoría de ellas provenientes del Instituto Universitario Nacional de Artes (IUPA) y de la Escuela de Danza Contemporánea de Neuquén. “Hay mucho interés en la creación, sobre todo de la creación colectiva que es a lo que apunta Licuadora, que haya un espacio no solo formativo, sino también de acercamiento hacia la otra persona que también está creando en un mismo contexto”, destaca Julieta, quien también se encuentra desarrollando “Bastarda”, la primera obra de su autoría.   

Radicadas desde hace varios años en Buenos Aires para continuar con sus formaciones, Julieta, Camila y María Sol vieron que aquí, en el Alto Valle, faltaba esa instancia de formación y acompañamiento para los y las artistas que buscaban desarrollar sus primeros proyectos. Incluso, para ellas mismas. Así, junto a Joaquín Suárez, crearon la plataforma Licuadora, que la propia Julieta define como un semillero de artistas.    


Entradas:

Anticipadas $3500/ En boletería de la sala o por por Whatsapp: 2994158861.

En puerta $4500


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