Entrevista con Babasónicos: una discusión con la época
Con “Discutible”, su más reciente disco, la banda vuelve a plantarse con letras que interpelan la actualidad con poesía buenas melodías. En u diálogo con Télam, Adrián Dárgelos y Mariano Roger devela el lado político-filosófico del grupo.
El grupo Babásonicos acaba de lanzar su nuevo disco, “Discutible”, en el que desde las letras su líder, Adrián Dargelos, expone su postura sobre la frivolidad, la “súper exposición” de la vida privada, pero también deja sentada su opinión sobre los tiempos políticos y sociales que vive la Argentina.
Luego del elogiado disco show “Repuesto de fe”, los Babasónicos se encerraron en su estudio Juno, en el barrio porteño de Constitución, a darle una vuelta de rosca a su sonido y a su identidad: lo lograron desde un álbum con canciones que están muy lejos de la complacencia.
Para muchos fans, por el contenido de sus letras, “Discutible” pide un paralelismo con “Miami”, el disco de 1991, en el que a su manera la banda rechazó al menemismo como estilo de vida y se alejó de la frivolidad.
Su vocalista y letrista Dárgelos y el guitarrista Mariano Roger charlaron con Télam sobre el disco.
P: Ustedes dicen que “Discutible” es un disco contemporáneo. ¿Se puede trazar un paralelismo con “Miami”, que fue un disco muy en sintonía con su tiempo?
Adrián Dárgelos: Sí, aunque no tiene que ver directamente con la estética. No creo que sea el único disco que está atado a los tiempos que corren, o que discute la contingencia, creo que todos los discos en cierta forma lo hacen. “Romantisísmico” está muy en tema con cómo se replantean las relaciones humanas, la discusión entre las interrelaciones. Las letras a veces pasan por la preocupación que surge en esos años, porque yo no puedo arrastrar ideas del pasado para las letras. Y bueno, algunas veces es muy coyuntural, muy del presente de esa época. Y este tiene que ver con cosas del presente. Más que nada La Pregunta. El otro día había una pregunta de (Slavoj) Zizek que levantan en el diario Perfil. Él hace la pregunta: ¿cuál sería el problema de matar en este momento, antes de tener que soportar una sociedad conservadora, monopólica que te termina matando a vos?
Mariano Roger: “Si hay que matar para que la vida tenga algún sentido o un valor, ¿cuál es el problema? ¿Acaso no es mejor eso a que dominen el mundo los codiciosos y los mediocres?”.
A.D.: Bueno, Zizek entendió a Hegel, entendió a Marx. Yo no, pero llegué a la misma conclusión.
P: ¿Pero se puede considerar a “Discutible” como un disco “antiliberal”?
A.D.: Yo no lo pensé tan así. En la época de “Miami” usábamos más el sarcasmo y la ironía en el filo del comentario. Yo acá me lo planteo como que falta búsqueda y todo lo que se encuentra es decepcionante. Si no se lo empieza a plantear más que nada la juventud, va a llegar a reproducir lugares alienantes de trabajo que no le van a alcanzar para nada. Es decir, modelos de explotación que no van a tener satisfacción. Entonces La Pregunta interpela eso. Y lo que empieza a interpelar es la idea de si empiezo a desconfiar, dudo de la voz que da la orden. No representa nuestro beneficio, por lo menos el nuestro. A partir de ahí, eso es discutible.
P: ¿La llegada del formato digital puso en crisis a la industria discográfica?
M.R.: Tal vez no es una crisis, en realidad tal vez es una crisis de lo que sostiene el formato. El sistema de streaming está en un auge, los números del consumo de música a través de los medios digitales son infinitamente mayores a cuando se vendían un montón de discos. Hay una crisis desde el modelo tradicional de la industria musical en cuanto a su soporte físico o todo lo que nosotros, siendo de la generación que somos, estamos acostumbrados a qué son los discos o el consumo de música.
A.D.: El objeto de la crisis es la música de autor, ese es el objetivo del contenido. Lo que pasa es que el mercado empezó a tomar, y en ello se lleva a todos los oyentes, dimensiones tan grandes que las corporaciones que podían diseñar música corren atrás de la industria. ¿Quién es el que está sacando provecho? Los proveedores de Internet y las compañías eléctricas, nada más. Hay concentración, usan el contenido por concentración.
P: Pero la nueva movida de la música urbana latina tiene una poderosa llegada, mucha atención del publico, y están por afuera de la industria.
A.D.: Sí, la música creció de forma exponencial, de una manera que no lo pudieron prever ni manejar. Llega a todos lados, la tienen todos y la controlan algoritmos. En eso se ven beneficiados parte de la industria de la música, pero se los puede llevar puestos. Puede llegar el día que vengan los sistemas de streaming y negocien con los artistas por sobre ellos, que es lo que empieza a pasar.
P: Los artistas negocian con las distribuidoras que suben la música a las tiendas digitales.
A.D.: Claro, yo las considero monetizadoras, por ejemplo. Lo que pasa es que todas le tienen que pedir la plata normalmente a uno, que es Google. Va a empezar a pasar que el disfrute de algo artístico es no googleable, no lo podés encontrar.
P: ¿Las letras del nuevo disco y su discurso generan incredulidad o a las nuevas generaciones de Babasónicos hay que emanciparlas?
A.D.: Eso no lo sé. Yo supongo que la emancipación de la duda es imposible, pero sí uno puede estar en la punta del escenario gritando que lo único que quiere es saber quién es su gente. Creo que también pasa por encontrar cosas para gritar que sean únicas, porque ya vas a encontrar miles de mensajes, un montón de gente que te quiera caer bien, toda una catarata y torrentes de cosas agradables. ¿Cómo hacés para encontrar un mensaje único, con trascendencia y con un mínimo de sensatez y que te emancipen de un mensaje lineal? ¿Cómo inseminar ideas superadoras en el otro que ni siquiera las tengo yo? Para eso sirve la música, ese es el juego que la música propone y el juego que propone “Discutible”. Los demás no sé qué están haciendo.
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