Entrevista a Sean Rooney: “El 2020 será un año intenso para Shell”
En diálogo con ENERGÍA ON, el presidente de Shell Argentina anticipó los planes de la operadora para el año que viene cuando buscarán elevar un 70% su producción de petróleo. Sostuvo que el 2019 fue desafiante pero bueno. Pidió un marco regulatorio estable.
El presidente de Shell para el país es un enamorado de Argentina y, como dice, de la Vaca Muerta. Con más de 100 años de presencia en el país, la compañía hizo a fines del 2018 una apuesta de peso al pasar a desarrollo masivo tres de sus áreas en la formación no convencional en donde también operan y participan en otros bloques aún en etapa piloto y se prepara para inaugurar su segunda planta de tratamiento y elevar un 70% su producción. En diálogo con ENERGÍA ON, Rooney hizo un balance del año, del impacto del DNU 566 en la empresa y de los planes que para el 2020 tiene la compañía.
P- Estamos a pocos días del término del año. ¿Cuál es el balance que hace del 2019 para Vaca Muerta y para Shell Argentina?
R- Fue un año desafiante, pero muy positivo, en el que dimos los primeros pasos del plan de desarrollo masivo que anunciamos en diciembre pasado para los bloques de Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Coirón Amargo Sur Oeste (CASO). Pusimos en funcionamiento un segundo equipo de perforación, con el que ganamos un nivel de eficiencia casi a la altura de nuestras operaciones en Permian, y ya tenemos una producción mensual promedio de más de 7.000 barriles diarios de petróleo.
Pero el mayor éxito fue que comprobamos que nuestro equipo y nuestros proyectos pudieron sobreponerse a las diferentes circunstancias en que la coyuntura nos puso a prueba. De cara al futuro de largo plazo que tenemos por delante, eso es muy importante.
P- En septiembre, durante la Argentina Oil&Gas 2019, se mostró optimista sobre la salida de la crisis que se desató en Vaca Muerta luego de las elecciones PASO y el DNU 566. Ahora que pasaron tres meses, ¿sigue siendo optimista sobre la salida de esta crisis en Vaca Muerta?
R- Sí, seguimos siendo optimistas. El decreto fue una medida transitoria y paulatinamente seguiremos avanzando hacia mayores condiciones de competitividad, como las que teníamos previamente. Y celebramos que tanto el gobierno saliente como el entrante vean la oportunidad que ofrece Vaca Muerta y quieran impulsar su desarrollo.
Estamos en Argentina hace más de 100 años y siempre hemos sido muy optimistas sobre su potencial de desarrollo energético y acompañamos con nuestro compromiso cada intento por alcanzarlo.
P- ¿Cómo afectó a Shell el DNU 566?
R- Las medidas adoptadas para el sector energético generaron un impacto significativo en la cadena de valor de la industria. Los valores a los que se fijó el precio del barril estaban por debajo de los requeridos para posibilitar el desarrollo a gran escala de los bloques que operamos en Vaca Muerta. Pero fueron transitorias y paulatinamente seguiremos avanzando hacia mayores condiciones de competitividad, como las que teníamos previamente. En nuestro caso particular, no modificamos nuestro proyecto en absoluto. Pero estamos atentos a cómo seguirá la situación en el futuro.
P- ¿Cuáles son los planes de Shell para el 2020?
R- El año 2020 será un año intenso para la compañía, asumiendo que continúan mejorando las condiciones de competitividad. En los bloques que pasamos a desarrollo pondremos en marcha nuestra segunda planta de tratamiento de petróleo con capacidad para 30.000 barriles por día. Tenemos una ambiciosa meta de producción para estos bloques, aspirando a finalizar el 2020 con caudales superiores a los 12.000 barriles diarios de petróleo, lo cual significa un incremento del 70% respecto del caudal actual. El plan es mantener dos equipos de perforación activos durante el año y evaluar la incorporación de un tercero para el 2021.
En Bajada de Añelo pondremos en producción un nuevo pad de 5 pozos, continuaremos ensayando los pozos y recolectando información para definir el plan de desarrollo.
En los bloques no operados de Rincón la Ceniza y La Escalonada, seguiremos acompañando a Total Austral en el plan de actividades para mantener la planta de gas operando a capacidad nominal, evaluar el potencial y terminar de definir el plan de desarrollo masivo.
P- ¿Cuáles cree que serán los principales desafíos que Vaca Muerta deberá enfrentar tanto en 2020 como en el corto plazo?
R- El desarrollo de Vaca Muerta necesita un marco regulatorio para la inversión que sea estable y previsible en el tiempo. Tenemos que ser capaces de poder mirar el largo plazo y saber cómo va a ser. También se requiere más y mejor infraestructura, especialmente en el transporte del gas, si Vaca Muerta gana escala como esperamos que suceda, y también mayor disponibilidad de servicios, impulso a la innovación y desarrollo de talentos.
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