Entre salud y economía, el gobierno ya eligió
El gobierno niega la necesidad de escoger. Pero los resultados revelan que existe un plan coordinado en materia sanitaria, que está ausente en el área económica.
El diccionario presenta dos acepciones para la palabra “dinámica. La primera define dinámica como la ‘parte de la física que estudia el movimiento en relación con las causas que lo producen’. La segunda como el ‘conjunto de hechos o fuerzas que actúan con un fin determinado’.
Ambas definiciones sirven para explicar la forma en que se estructura el desarrollo de una crisis. La misma se conforma en base a un conjunto de variables en movimiento, que interactúan en una secuencia de causa y efecto. Es por ese mismo motivo que resulta tan complejo hacer proyecciones, y mucho más todavía tomar decisiones. Cualquier medida o política que se adopte, implica beneficios y perjuicios.
El gráfico que acompaña la nota, resume en un diagrama de flujo algunas de las variables que interactúan en relación a la crisis global que produjo el coronavirus, revelando su interrelación y su interdependencia.
La lectura del cuadro puede iniciar en cualquiera de sus filas, y seguir la secuencia de encadenamientos. Sin embargo, suponiendo que el mayor impacto económico comenzó una vez que se produjo el desplome de las bolsas bursátiles del mundo en la segunda semana de marzo, el casillero ubicado en la segunda fila y primera columna, es buen punto de partida.
Desde ese punto y hacia arriba (por la primer fila), puede apreciarse el encadenamiento de la crisis en el sector real de la economía. La caída en el precio de los activos financieros, resulta en una baja en el valor patrimonial, y como consecuencia, se retrotraen los planes de consumo de la mayoría. Ello resulta en recesión y más tarde, en despidos, lo que alimenta la caída en el valor patrimonial. En el caso argentino, la crisis del coronavirus, viene a reforzar una recesión que ya estába desatada dos años antes.
Del lado inferior del cuadro, se observa la pata financiera de la crisis. La incertidumbre genera aversión al riesgo y se inicia un proceso de ‘fly to quality’ en el que los inversores corren al Bono del Tesoro de los EEUU en busca de seguridad. Ello trae aparejado una apreciación de la moneda en la zona Euro y la caída del precio de las comodities.
Por el centro del cuadro, aparece la pata de la crisis relacionada a la deuda soberana. Los países carecen de incentivo para endeudarse, se desploma la cotización de los papeles públicos, y se refuerza el proceso de fly to quality y de caída en el precio de las comodities.
Estos son solo algunos de los elementos que influyen en el desenlace de la crisis. El cuadro no contempla la fase política a nivel interno en Argentina y ni el impacto social que podría acarrear en el mediano plazo la cuarentena. No obstante, hasta el momento las mayorías acompañan la estrategia sanitaria.
Una encuesta de opinión nacional realizada por la consultora Analogías, revela que el 85,3% de la población cree que la cuarentena tendrá resultados positivos para frenar la pandemia, mientras que el 87,5% de la gente estaría de acuerdo en que la misma se extienda hasta fines de abril, e incluso durante el mes de mayo.
Sin embargo hay una pregunta que empieza a imponerse con fuerza: ¿Qué pasará con la economía después de la cuarentena? Nadie conoce la respuesta.
Cuando en nuestro país se cumple un mes de confinamiento preventivo y obligatorio, comienzan a conocerse las primeras proyecciones de lo que puede llegar a ser el escenario post pandemia, tanto en el país como a nivel global. Lo que puede anticiparse con certeza, es que miles de pequeñas y medianas empresas enfrentarán serio riesgo de cierre, y que millones de puestos de trabajo quedarán al borde de la desaparición. Esto último se agrava, si se considera que en nuestro país cuatro de cada diez trabajadores se desempeñan en la informalidad.
El Banco Mundial publicó esta semana un informe titulado “The economy in the time of covid-19”, en el que anticipa sus proyecciones en relación al impacto de la pandemia sobre la economía, con especial foco en América Latina y el Caribe. El organismo prevé una fuerte caída del producto global en el acumulado del año 2020, y espera una recuperación desde 2021. El pronóstico para el continente es una caída del 4,6% en el Producto durante este año, y una recuperación del 2,6% para 2021. En el caso de Argentina la proyección es -5,2% y 2,2% respectivamente, y para Brasil -5% y 1,5%. Los ratios son similares en todos los países de la región. Se advierte que la pandemia ha ‘igualado’ a los países ante la pandemia. Todos caen este año, todos deberían levantarse el año próximo.
En Argentina, la Fundación Observatorio Pyme, realizó un relevamiento respecto a la cruda realidad que atraviesan las empresas en el país. De allí surge que solo el 10% de las pymes se encuentra totalmente operativas, mientras que el 54% de las mismas se hallan absolutamente paralizadas. Equivale a 325.000 empresas que no pueden abrir sus puertas a raíz del confinamiento. El informe indica que el parate alcanza al 74% en la construcción, al 65% en manufacturas, y al 65% en comercio. Se estima además, que el costo diario de la parálisis en el sector pyme, asciende a u$s 115 millones a nivel nacional. Se estima además que hay un 6% de mas mipymes que analiza la posibilidad de bajar definitivamente las persianas. El dato representa un universo de 35.000 empresas y 190.000 puestos de trabajo, que hoy mismo están en riesgo. Los datos obligan a observar en detalle la dinámica de la crisis de cara al final de la cuarentena.
En este sentido, resalta la dicotomía que hace semanas se plantea entre salud y economía.
El Presidente Alberto Fernández se ocupó de negar públicamente la existencia de semejante elección, y afirmó que la gestión debe atender al mismo tiempo la salud y la economía. Sus palabras fueron respaldadas por la Directora Ejecutiva del FMI, Kristalina Georgieva, tras la presentación de la propuesta argentina a los bonistas el último jueves. No obstante, las decisiones hablan más que las palabras. El gobierno ha determinado priorizar la prevención sanitaria.
No solo surge de la extensión de la cuarentena. Se demuestra en el minucioso trabajo diario que los equipos oficiales realizan en conjunto con los especialistas infectólogos. Al igual que en el resto del mundo, la pandemia sorprendió. Pero una vez desatada, el gobierno nacional parece tener claro a dónde quiere llegar con la estrategia sanitaria: reducir al máximo la cantidad de infectados y evitar un pico en la cantidad de muertos.
En materia económica en cambio, pareciera no haber un trabajo tan minucioso y detallado. Las medidas anunciadas hasta el momento lucen como un conjunto necesario pero descoordinado de parches. Por fuera de la re estructuración de la deuda, no se advierte aun adonde se quiere conducir la economía en el corto plazo, ni una idea acabada de las medidas que se adoptarán una vez que finalice la cuarentena para fomentar la recuperación. Sobran los interrogantes. ¿Qué sucederá con los pesos excedentes una vez que la cuarentena termine? Más allá de una línea de crédito blando de contingencia ¿cuál es el plan para recomponer la matriz productiva dañada por el confinamiento? ¿Qué sucederá con el tipo de cambio? ¿Tiene sentido el Impuesto País que distorsiona el precio de la divisa en un mundo donde ya no se puede viajar y es casi imposible importar? ¿Habrá finalmente una reforma en la estructura impositiva?
La ausencia de respuestas, deja entrever que todos los esfuerzos oficiales están puestos en contener la crisis sanitaria. Los resultados al respecto son positivos en comparación con otros países. No obstante, mientras los flashes apuntan a los datos diarios sobre la cantidad de nuevos infectados, el área económica de gobierno padece dos males, uno nuevo y otro de larga data.
El primero es que el Ministro Guzmán se ha enfocado 100% en solucionar la negociación con los bonistas. No es para menos. La deuda es la espada de Damocles que pende sobre la economía nacional. Salir airoso de la negociación es la llave de la gestión hasta 2023. No hay plan B.
El segundo está íntimamente relacionado con el primero. El enfoque de Guzmán en la deuda, hace que la política económica carezca nuevamente de una mirada macroeconómica integral. Al igual que durante el gobierno de Mauricio Macri, la gestión económica está dividida en cuatro ministerios, que administran sin una coordinación clara.
En números
- u$s 115
- Los millones diarios que pierden las pymes argentinas desde que se estableció el confinamiento obligatorio.
- 190.000
- Los puestos de trabajo que están en riesgo a raíz de la parálisis que por la cuarentena, experimentan 35.000 mipymes.
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