Entre carencias y expectativas, crece el edificio municipal

Entre espinas de alpatacos, jarillas, botellas rotas, algunas bolsas perdidas y tierra -la barda misma, en realidad-, se levanta en lo alto de la ciudad el nuevo edificio de la municipalidad de Neuquén. Es una gran ventana para mirar la capital desde el oeste y será el lugar donde se tomen las decisiones a partir del 2019.

La tercera y última etapa está en ejecución y tiene septiembre como meta. Los vecinos del sector, que nuclea la toma Alto Godoy y Gran Neuquén Norte, miran crecer al gigante entre expectativas y algo de molestia.

“No sé qué van a hacer con nosotros que estamos de este lado cuando esto esté terminado. ¿Irán a levantar un muro?”, cuestionó una de las mujeres que viven sobre Godoy, justo frente a uno de los laterales del edificio.

Como muchas de las 200 familias en esa zona, no tiene servicios básicos. Está “colgada” de la luz y utiliza un pozo ciego para su vivienda, porque no hay cloacas.

Alto Godoy fue uno de los diez barrios que más asistencias alimentarias recibió en 2017, según el último informe de gestión municipal. Por mes se le acreditó la tarjeta Comer en Casa a 73 familias vulnerables, lo que hizo un total de 874 asistencias en el año.

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En la cuadra que bordea la obra al oeste hay una camioneta de la policía custodiando una vivienda. Desde allí se ve el empinado ingreso por donde se subirá al futuro palacio municipal. 12 escalones, descanso. 12 escalones más, descanso. Otros 12, descanso. Y un tramo final de 13 para llegar a la terraza. En un futuro será “verde”, porque el edificio promete ser sustentable. Tendrá paneles solares para producir un 25% de la electricidad que usará, su propio mecanismo de reutilización de aguas grises y un diseño arquitectónico pensado para mantener en su interior la temperatura fresca en verano y el calor en el invierno.

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Las tecnologías serán bastante diferentes de las que están alrededor, donde “las prioridades son otras”, avisan los vecinos. Si bien no todos carecen de infraestructura básica, sí esperan pequeñas mejoras para el barrio. Por ejemplo, el asfalto.

El intendente Horacio Quiroga dijo en una de sus últimas recorridas que “toda esta zona mejora las condiciones urbanísticas, con espacios públicos asfaltados y buena actividad comercial”. Quienes tienen sus negocios sobre la calle Godoy esperan un repunte de ventas por el mayor movimiento de personas, por un lado, y la posibilidad cierta de que aumenten los alquileres, por el otro. Junto con la del Metrobús, esta será una de las obras más importantes para el oeste de la capital en este 2018. Tanto así que el jefe comunal se entusiasmó con la posibilidad que venga a inaugurarlas el presidente Mauricio Macri.

“Es una obra muy importante, pero las prioridades acá son otras. No tenemos cloacas, alumbrado, gas ni estamos regularizados”,

explicó Eli Ramos, vecina de Alto Godoy desde hace seis años.

“Nos viene de diez porque va a valorizar las casas y los terrenos. Va a ser un bien, pero faltaría que nos asfalten la calle”,

evaluó Eulogio Morales, quien vive en la 1° de Mayo hace 13 años.

El tramo final, casi 100 millones de pesos

La obra del nuevo edificio municipal se licitó en tres etapas. Actualmente, se está ejecutando la última.

Este tramo demandará un presupuesto de 98,8 millones de pesos y quedó en manos de Roque Mocciola.

Se inició en octubre de 2017 y tiene un plazo de finalización de 360 días corridos.

Si bien terminaría de construirse en septiembre, la mudanza sería en 2019.

Según explicaron desde la municipalidad, tendrá terrazas verdes, su propio mecanismo de reutilización de agua de lluvia y paneles solares para generar el 25% de la energía que demandará el edificio.

Alto Godoy, donde se levanta el edificio, es uno de los diez barrios que más asistencia alimentaria recibió, según datos oficiales del municipio.

Presupuesto

Los que tienen negocios en la zona, esperan un repunte de ventas cuando se produzca el traslado. También hay especulación con los alquileres.