Wintershall DEA apunta los cañones a la gestión del carbono y el hidrógeno
La petrolera alemana presentó los resultados del segundo trimestre del año y resaltó que avanzará en la gestión del carbono y la producción de hidrógeno. A su vez, buscará reforzar su presencia por fuera de Rusia.
La firma alemana vendió sus activos a una compañía británica, incluyendo los de Vaca Muerta y Tierra del Fuego.
Wintershall DEA presentó los proyectos de la firma tras finalizar el segundo trimestre de este año. Con un contexto convulsionado por la guerra de Rusia contra Ucrania, el abastecimiento de gas es una de las principales preocupaciones de la firma. Por eso buscan reforzar la cartera por fuera de Rusia, y diversificar y descarbonizar con «las tecnologías del futuro» en la gestión del carbono y el hidrógeno.
En la presentación, el CEO de la firma, Mario Mehren dio un discurso en el que destacó el crecimiento de la empresa por fuera de Rusia, como son las inversiones en Argelia y Noruega. Este último es el segundo exportador de gas a la Unión Europea. Su objetivo es producir hasta 80.000 barriles de petróleo al día. Mas de la mitad de estos serán gas de necesidad urgente.
A su vez, proyectan avanzar en el mismo país con proyectos de gestión del carbono, en particular «la CAC (Captura y Almacenamiento de Carbono), la que consolidará aún más la posición de Noruega como plataforma para la transición energética», detalló Mehren.
Por otra parte, proponen producir la mayor cantidad posible de gas natural y petróleo en Alemania, país donde posee mayor cantidad de activos. «Si queremos reducir nuestra dependencia de las importaciones, la producción dentro de la Unión Europea es imprescindible«, remarcó.
«Además de la diversificación de la producción, la segunda cuestión estratégica clave para nosotros es: la gestión del carbono y el hidrógeno«, recordó el CEO. En esta línea, señaló la importancia de la producción de gas para la firma y cómo buscan avanzar en la transición energética: «nuestro trabajo se centrará en el almacenamiento seguro de CO2 y la producción de hidrógeno a partir de gas natural», adelantó.
Wintershall Dea es uno de los cinco principales productores de gas en Argentina. En Vaca Muerta tiene actividades en los bloques San Roque y Aguada Pichana Este (APE) donde está asociada con otras operadoras para la producción de gas. En el país, la firma se destaca por su participaciones offshore, al cual se suma el esperado proyecto Fenix en la Cuenca Austral.
De cara al hidrógeno y la captura y almacenamiento de carbono, destacaron un enorme potencial del mercado: «para el 2040, de hasta 20.000 millones de euros al año para la CAC y de hasta 40.000 millones de euros para el hidrógeno bajo en carbono». Para su desarrollo la firma cuenta con reservas de gas natural, conocimientos tecnológicos y «depósitos agotados que podemos utilizar para almacenar CO2, especialmente en el norte de Europa».
De esta forma buscan reducir las emisiones de carbono entre 20 y 30 millones de toneladas al año
a 2040.
En cuanto a la captura de carbono, avanzarán con la CAC, que les permitirá «capturar el CO2 inevitable, por ejemplo, el procedente de la industria, antes de que entre en la atmósfera», A su vez, a mediano y largo plazo, buscarán «potencialmente eliminar el CO2 del aire, es decir, a generar emisiones negativas».
La iniciativa parte de que el volumen de CO2 que «puede almacenarse solo bajo el mar del Norte es 50 veces superior a las emisiones totales de la UE en 2020«, según detalló Mehren. En la parte danesa ya están avanzando en la primera inyección de CO2 en alta mar para principios de 2023.
En cuanto al hidrógeno, «estamos haciendo un trabajo pionero con proyectos piloto, como BlueHyNow». El mismo consiste en la producción de hidrógeno azul en Wilhelmshaven, en la costa alemana del Mar del Norte. Allí ya cuentan con infraestructura para su desarrollo, por lo que «deberíamos estar en condiciones de obtener hidrógeno ecológico a partir de gas natural ya en el 2028«, aseguró el referente.
En este sentido, «analizamos el almacenamiento seguro del CO2 capturado durante la producción de
hidrógeno en los yacimientos de Noruega o Dinamarca, o incluso en Alemania. Por ello, la legislación debe finalmente apoyar la transición energética y estar abierta a todas las potenciales tecnologías», cerró.
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