Vaca Muerta en modo industrial: el gas y petróleo en un nuevo nivel de desarrollo
Los proyectos de la formación avanzan sobre un nuevo esquema de operación, más enfocado en los procesos que en los resultados. Buscan consolidar un modelo de factoría de mayor eficiencia.
Vaca Muerta acaba de cerrar el mes de mayor actividad en su historia y, más que un dato técnico, el hito significa una consolidación de las operaciones, que la posicionan verdaderamente en modo industrial. Los proyectos de la formación hoy rozan el límite técnico, las ventanas de mejora son acotadas y se migró hacia una perspectiva de manufactura, donde el foco se puso en los procesos más que en los resultados, que están a la vista.
La constante búsqueda de mejorar la eficiencia en Vaca Muerta funcionó como un puente para transitar a la crisis de la pandemia y contrarrestar las restricciones macroeconómicas del país. Permitió no solo hacer pie en un contexto complejo, sino también para poder crecer a buen ritmo y de manera sostenida.
Este camino recorrido por la industria llevó a que el sector alcance nuevos récords de producción y actividad de manera constante, que se vieron limitados por otros motivos, como la capacidad de transporte.
La clave de estos nuevos hitos, como lo fueron las 1.398 etapas de fractura de septiembre, no necesariamente se explican en términos técnicos. Las petroleras de Vaca Muerta están casi al límite de lo que los equipos y herramientas lo permiten, con lo cual, el crecimiento se explica por otros factores.
Vaca Muerta: el nuevo nivel de desarrollo
La llave que comenzó a desbloquear el siguiente nivel desarrollo del gas y petróleo tiene que ver con un cambio de foco que migró de los resultados hacia los procesos. Los datos mensuales de producción, de actividad, y de puesta en marcha de nuevos pozos ponen en evidencia que las empresas obtienen los resultados que buscan.
La mirada del sector es que, si se opera en las fronteras de los límites técnicos y los resultados son los esperados, la oportunidad de mejora está en otro lado. Acá es donde apareció el concepto de Máquina Crítica, que es intrínseco de la industria manufacturera y que el sector empezó a apropiarse.
El CEO de YPF, Pablo Iuliano, en la última AOG 2023, trajo a colación este concepto, que no es nuevo, pero que explican gran parte de lo que mostró la empresa este año en la cuenca.
Hablar de Vaca Muerta es hablar de YPF y el ejemplo más significativo de este concepto es el récord que alcanzó la firma, en conjunto con la empresa de servicios SLB el mes pasado. En total realizaron 272 fracturas con un solo set, marcando de esta manera la mayor cantidad de etapas completadas con un solo equipo, en el período mencionado. En el acumulado del mes la operadora hizo 663 etapas, lo que significó más del 47% de toda la actividad de la cuenca.
Lo fundamental del hito con SLB es que la empresa trabaja con los mismos equipos que el resto (misma potencia de fractura), y con insumos, como la arena, también similares. Entonces, ¿cómo se hizo? En lugar de enfocarse en el resultado, se trabajó en minimizar los tiempos muertos del equipo, priorizando que, cuando esté disponible para usarlo, se use. Es decir, enfocarse en los procesos.
En números
- 272
- fracturas completó YPF junto a SLB, con un solo set, en un mes. Es un nuevo récord.
En lo relativo a fracturas, el objetivo de esta forma de trabajo es hacer la mayor cantidad de etapas, con el mismo set, en el menor tiempo posible. Es decir, que para la marca alcanzada con SLB no se fracturó más rápido, sino que el equipo se utilizó una mayor cantidad de tiempo, con lo cual, el resultado fue mejor sin llevar nada al estrés.
Este modelo también es aplicable a la perforación. La firma alcanzó un promedio de 300 metros por día en julio. Esto le permitió hacer pozos de 3.000 metros de rama horizontal en 16 días, de manera consistente. De nuevo, no se perforó más rápido, sino que se mantuvo el equipo más tiempo operativo.
En números
- 300
- metros por día es la velocidad promedio de perforación que registró la petrolera de mayoría estatal en julio.
Volviendo a lo conceptual, lo que se busca es que la Máquina Crítica esté parada el menor tiempo posible. Por consiguiente, es fundamental entender por qué un equipo está parado. Una vez que se hace un análisis de los tiempos muertos, es que se pueden ajustar los procesos (como el mantenimiento) y optimizarlos para que se concreten fuera de la ventana en la que se supone que el equipo debería estar en actividad.
En conclusión, el sector conoce, en mayor medida, cómo perforar y fracturar sus pozos para obtener la producción objetivo. Lo que busca Vaca Muerta ahora es industrializar los procesos lo más que se pueda y avanzar cada vez más hacia un modelo de factoría.
Equipos a medida para Vaca Muerta
Algo que suele pasar desapercibido es que, si bien en la formación se trabaja con la misma tecnología que en la cuna del shale en Estados Unidos (a veces hay un delay de hasta un trimestre en que se apliquen en la cuenca), las herramientas y los equipos fueron diseñados para las características de la roca de las diversas regiones ese país.
Si bien está demostrado que funcionan, así lo marcan los resultados, un potencial salto de escala para la formación podría ser la de tener sets y rigs fabricados a la medida de la geología que hay en la región.
Sobre esto hablaron los ejecutivos de la industria que dieron el presente en la última AOG 2023. Plantearon que Vaca Muerta tiene una enorme oportunidad de mejora en este sentido y, pensando en los proyectos futuros, podría ser una buena alternativa para continuar bajando los costos operativos.
Lo que queda claro es que Vaca Muerta está en un nuevo nivel de desarrollo en el que navega por las fronteras de los límites técnicos. Con los procesos como nuevo foco de desarrollo y los resultados sostenidos y en constante mejora, la formación está sentando los cimientos de la plataforma exportadora de hidrocarburos.
Un doble clic a la estrategia de crecimiento de YPF
La industria opera con una inmensa cantidad de datos que procesan en tiempo real y son fundamentales para saber qué pasa y también para entender por qué. Todo lo que se hace y de la forma que se lo logra queda registrado y luego se comparan campañas entre sí, en busca de potenciales oportunidades de mejora.
La petrolera de bandera YPF trabaja con un concepto que a la distancia parece complejo, pero en un doble clic a su estrategia se puede abordar con mayor claridad.
En términos generales, para garantizarse que las operaciones sean cada vez mejores, o más eficientes, la empresa se fija un objetivo o marca “ideal”. Lo característico de esto, es que además de tratarse de una meta “realizable”, en algún momento previo ya fue alcanzada por la empresa.
Dicho de otra forma, lo que buscan es que lo que alguna vez fue su techo, termine siendo en algún momento su piso.
En lo particular, la firma toma como base un período determinado (puede ser un trimestre), se sumergen en el big data y seleccionan, de cada tarea (como, perforación, fracturas, DTM, etc.) la mejor porción de registros que alcanzaron.
Luego, esa porción seleccionada funciona como el nuevo objetivo ideal al que la firma debe, además de alcanzarlo, volverlo a repetir y normalizarlo. De esta manera, con este concepto, YPF trabaja en la constante mejora de los procesos que luego se traducen en los resultados operativos que muestran.
Utilizan la fuente de datos que vienen desde el yacimiento, los procesan, y pueden ver en tiempo real dónde están las pérdidas u oportunidades de mejora. Más que una forma de operar es un cambio de cultura de trabajo que explica el detrás de escena de los récords de actividad y de producción de la petrolera.
Algo fundamental para el sector es que los avances y mejoras operativas y de eficiencia que alcanza una operadora, en conjunto con empresas de servicio, luego se transfieren al resto de las compañías de la formación. Con lo cual, la normalización de estándares cada vez más competitivos en casos particulares debe también medirse por su impacto aguas abajo.
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