Vaca Muerta, a un paso de duplicar la producción de gas de toda Bolivia
En junio el shale gas marcó su récord histórico de generación. Con la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner se espera que aumente aún más. En contraposición, Bolivia enfrenta un marcado declino y no podría garantizar sus exportaciones a Argentina.
Los pozos de Vaca Muerta y los de los bloques de Bolivia son muy diferentes, como también lo es el rendimiento que está teniendo la producción de ambas cuencas. Mientras Bolivia evidencia un declino sin freno, la formación shale estrella de Argentina creció exponencialmente y ya está a un paso de generar el doble de gas que toda Bolivia.
Antes de proceder a la comparación de los niveles de producción de ambos países realizada por este medio vale aclarar que mientras la producción de Bolivia se tomó en base al promedio anual, la de Vaca Muerta se lo hizo sobre los valores de agosto de cada año, ya que la producción nacional de gas sigue mostrando grandes variaciones en línea con la demanda del país que se dispara en los inviernos.
Hace 10 años atrás esta situación era impensada, pero el análisis comparativo realizado marcó cómo en 2013 Bolivia producía 56,5 millones de metros cúbicos por día, mientras que en Vaca Muerta apenas se alcanzaron los 0,12.
Al año siguiente, en 2014 Vaca Muerta generó 1,38 millones de metros cúbicos por día, pero Bolivia también subió a 59,6.
La producción shale de Neuquén fue paulatinamente subiendo, llegó a 2,76 en 2015 y 3,42 en 2016. En 2017 tuvo su primer crecimiento fuerte con 6,09 millones de metros cúbicos diarios gracias a la mejora que estaban aportando los pozos horizontales que comenzaron a realizarse en 2016.
Pero será en 2018 cuando la producción de gas de Vaca Muerta dé el gran salto, llegando a 20,42 millones de metros cúbicos diarios, gracias al impulso del desarrollo del bloque Fortín de Piedra de Tecpetrol.
La razón del fuerte crecimiento del shale y de Fortín de Piedra fue la Resolución 46, similar a los anteriores Planes Gas, que llevó a la producción de Vaca Muerta hasta los 35,48 millones de metros cúbicos en 2019, un año electoral que pasará factura.
Si miramos qué pasaba en esos años en Bolivia notamos que la producción comenzó a declinar lentamente. En 2015 fue de 60,3 millones de metros cúbicos por día, que bajaron a 56,6 en 2016; 55,1 en 2017; 51,5 en 2018 y 45,3 millones de metros cúbicos por día en 2019.
En 2020, en plena pandemia, Vaca Muerta mostró las consecuencias de lo que había pasado un año atrás cuando el gobierno nacional recortó los beneficios de la Resolución 46 y las empresas achicaron sus trabajos.
Fue la primera y única caída de la producción que ha tenido el gas de Vaca Muerta, que en ese invierno pandémico llegó a los 32,19 millones de metros cúbicos.
En Bolivia la producción también cayó hasta los 43,3 millones de metros cúbicos por día, no por la modificación de una resolución en vigencia, sino por la madurez que tienen los pozos, sin que se hayan sumado nuevos desarrollos.
En 2021 Bolivia hizo el esfuerzo de reacondicionar algunos de sus pozos y elevó los rindes a 44,9 millones de metros cúbicos, mientras que en Vaca Muerta ya se veían los resultados del nuevo Plan Gas.Ar que se lanzó en noviembre de 2020, y dejó la producción a un paso igualar a Bolivia, con 43,54 millones de metros cúbicos diarios.
En 2022, la continuidad del Plan Gas disparó los rindes del shale a 55,80 millones de metros cúbicos y el mes pasado se llegó hasta los 62,62, marcando así el récord histórico de la formación shale.
En contraposición Bolivia siguió declinando, y mientras el año pasado bajó a 41,1 millones de metros cúbicos diarios, en mayo pasado registró su peor balance con 33,6 millones de metros cúbicos.
De esta forma se espera que en agosto, con la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner la producción de Vaca Muerta tenga un nuevo salto, que no solo podría llevarla por encima de los 70 millones de metros cúbicos al día, sino que también habría que sus rindes más que dupliquen a toda la producción boliviana.
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