Tarifa del gas: en la indefinición entre la política y la motosierra
El gobierno nacional había fijado como fecha para la publicación de los nuevos cuadros tarifarios de todo el país el pasado viernes 15. El revés político en el Congreso jugó en contra y puso el inicio de la suba tarifaria en el terreno de la incertidumbre.
El 8 de enero pasado Nación realizó la primera audiencia pública de la gestión de Javier Milei, para definir las nuevas tarifas del gas natural por redes de todo el país que guardan detrás una de las mayores metas del gobierno que es reducir los onerosos gastos en subsidios y traslados de costos de la energía que el año pasado llegaron a representar el 1,5% del PBI. Sin embargo, a casi tres meses de esa audiencia pública hay una incertidumbre total sobre cuándo, cuánto y cómo aumentarán las tarifas de un servicio que pagan más de 9 millones de familias.
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Comencemos con un repaso cronológico. El 8 de enero, en la audiencia pública el gobierno llevó al debate 3 ejes de aumentos.
El primero fueron los costos propios de las distribuidoras de gas, como es el caso local de Camuzzi Gas del Sur. Estas empresas solicitaron subas en sus costos cercanas al 500% por el atraso tarifario arrastrado, algo que en el final de la boleta que paga un usuario tendría un impacto de entre el 50 y el 55%.
En este pedido de reconocimiento de mayores costos también estuvieron las transportistas troncales, Transportadora Gas del Sur (TGS) y Transportadora Gas del Norte (TGN) con pedidos del 567 y 573%, respectivamente, que en el caso de la región tendrán un bajo impacto, menor al 15% en las boletas a pagar.
El tercer componente que se busca aumentar es el precio en sí del gas como producto, denominado Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST). Desde la Secretaría de Energía de la Nación que lidera Eduardo Rodríguez Chirillo, se explicó que si bien el precio promedio del PIST es de 4 dólares por metro cúbico, los usuarios están pagando unos 0,70 dólares solamente y más del 83% de ese costo -que se paga a las productoras de gas y por las importaciones- lo aporta el Estado, representando miles de millones de dólares al año.
El traslado del costo total del PIST a los usuarios es la última parte de la suba tarifaria a aplicar y la que más impacto tendrá en las facturas, ya que representa un alza del 471% en ese ítem, que traducido al final de las boletas da casi un 300%. Durante la audiencia se adelantó que, por su impacto, las subas se aplicarían en tres cuotas consecutivas.
En la resolución 52/2024 del Boletín Oficial, donde habían establecido que las tarifas transitorias de gas se publicarían antes del 15 de marzo, también se expuso que se evaluaría una determinación de un índice de actualización mensual para las tarifas de servicio público de transporte y distribución por redes.
Según marcaron, el resultado del análisis debería estar disponible el 15 de mayo. Y hasta allí llegó la claridad, dado que luego comenzó a primar la política en los planes de Energía.
Lo primero que ocurrió es que se decidió que suba primero la tarifa de energía eléctrica, que lo hizo en febrero cuando los consumos son más altos y por ende, reportando un mayor ahorro para las arcas estatales en subsidios y costos.
Con ese primer corrimiento, hasta el 15 de marzo se esperaba la publicación de los nuevos cuadros tarifarios del gas, dando así inicio a ese esquema de suba que se esperaba se extienda por tres meses.
Sin embargo, en la víspera de ese 15 de marzo el gobierno tuvo el mayor revés político que registra en estos primeros 100 días de gestión y que fue el rechazo en el Senado del DNU 70. La publicación del tarifazo más fuerte que planifica el gobierno debía darse a menos de 12 horas del voto negativo de los senadores, lo que llevó a suspenderlo.
Las versiones que surgieron luego dieron cuenta de que se frenó su puesta en vigencia para evitar un mayor impacto en la inflación general de marzo, que Nación espera que se ubique por debajo del 10%.
Pero la realidad es que de haberse publicado los cuadros tarifarios e incluso, de haber entrado en vigencia el aumento, no habría tenido ningún impacto en la inflación de marzo, dado que las facturas recién se estarían pagando en abril.
La pausa en la suba del gas hace ahora que su aplicación coincida con el nuevo sistema de subsidios diseñado por el equipo de Milei, que promete meter motosierra y cercenar fuertemente la cantidad de beneficiarios y, a su vez, el monto a subsidiar.
De acuerdo a lo fijado en la audiencia pública por subsidios, este nuevo sistema debe ser publicado antes del 10 de abril, es decir durante las próximas dos semanas. Según informaron desde Nación a Energía On, para el nuevo esquema de subsidios no será necesario llenar un nuevo formulario si el usuario ya completó el del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE), puesto en marcha en el gobierno anterior.
“Los que ya están recibiendo los subsidios no tienen que volver a inscribirse porque el sistema va a tomar esa base de datos”, por lo que el traslado será automático. “Después se decidirá si el hogar necesita el subsidio o no”, afirmaron.
En ambos casos, tanto si se pone en marcha la quita de subsidios como si se aumenta la tarifa del gas a partir de abril, su impacto se sentirá recién en mayo. Pero es precisamente ese mes al cual desde la Secretaría de Energía se mira como fecha límite, pues marca el inicio del invierno en lo que hace al consumo del gas.
Es que de aumentar la tarifa del gas en marzo o abril, su aporte en el buscado ahorro con motosierra del gobierno será reducido, pues el consumo se encuentra casi en su mínima expresión, sin que aún se hayan prendido los calefactores en casi ningún punto del país.
Sin embargo, en mayo es cuando el consumo comienza a multiplicarse, y con él los mayores costos que aporta Nación tanto en subsidios como en el pago de la diferencia del precio PIST del gas.
El domingo pasado en una entrevista el presidente Milei aseguró que, de cara a este aumento, se respetarán los fallos judiciales vigentes, en clara referencia al fallo CEPIS que tuvo lugar durante el gobierno de Mauricio Macri y que obligó a su ministro de Energía, Juan José Aranguren, a aplicar en cuotas los aumentos.
El fallo marca que las subas deben ser “razonables” y “previsibles”, dos puntos que en la víspera de la definición de los aumentos no pueden ser analizados claramente, ya que aún no hay certezas de cómo serán las subas tanto en porcentajes, como en cuotas. Lo único claro es que, cuando se definan, habrá que pagarlas.
Las obras de gas para el autoabastecimiento
Una lectura sobre las tarifas de gas lleva a pensar en el alcance del autoabastecimiento en el país. Una obra fundamental que se puso en marcha el año pasado es el primer tramo del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que está en condiciones de transportar alrededor de 11 millones de m3/día.
El gasoducto está terminado y en operación. En diciembre, también se puso en marcha la obra complementaria del Gasoducto Mercedes Cardales, que permite transportar gas de Vaca Muerta desde el sistema troncal del sur al del norte. Se estima que podrá transportar alrededor de 15 millones de m3/día, cuando se termine la planta de compresión que lleva el mismo nombre.
Esta planta, adjudicada en julio del 2022 a la constructora Esuco, aún no está finalizada. Según adelantó una fuente de la industria a este medio, estaría lista para fines de mayo o primeros dias de junio. La planta de compresión, ubicada en la cabecera del Mercedes Cardales, permitirá balancear la presión de las redes de TGS y TGN, para efectuar el traslado del gas a donde sea necesario.
Más allá de esta demora, su puesta en marcha no es clave para este invierno, ya que de todos modos no podría redireccionarse todo el gas al norte. Por esto, la demanda deberá ser cubierta con la producción local más importaciones que se puedan pactar con Bolivia hasta octubre y buques de GNL en Escobar, que fueron recientemente licitados por Energía Argentina SA (Enarsa).
Sí será necesaria su operación para el verano que viene, periodo en el que podría entrar en operación la reversión del Gasoducto Norte, que permitirá la llegada del gas de Vaca Muerta al norte del país y, con ella, reducir importaciones. Para esta obra, también complementaria al GPNK, se requieren tareas en cuatro plantas compresoras. En este caso, su operación es fundamental para lograr la bidireccionalidad del flujo a transportar.
Para el verano que viene también será necesario sumar la operación de las plantas de compresión de Tratayén y de Salliqueló, que aún no están terminadas y que pertenecen a la obra del GPNK. Ubicadas en ambos extremos del gasoducto, permitirán duplicar la capacidad del GPNK hasta 24 millones de m3/d, pero recién hacia mayo se espera que solo una -Tratayén- esté lista.
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