¿Segmentación o tarifazo? Los números de Nación que no cierran
Nación fijó un aumento del 80% en la tarifa del gas sin audiencia pública previa y los topes castigarán con fuerza a los usuarios con menores consumos. Lejos del 10% de quita de subsidios anunciado, la quita total llega hoy al 41% de los hogares.
En el sector de la comunicación institucional y política existe la estrategia de la sobreabundancia, el generar múltiples noticias, datos y más datos, para de cierta forma tapar “eso” que no se quiere que se vea. Algo así pareciera haber sido la extensa conferencia que esta semana dio el nuevo equipo de la secretaría de Energía de la Nación para anunciar al etapa 2 de la segmentación de los subsidios a la energía, ya que entre el extenso repertorio de anuncios y datos brindado pasó bastante a segundo plano lo central: que los números dados por el gobierno no cierran y que en realidad las quitas y los aumentos de tarifas son mucho más saladas que lo anunciado.
El mes pasado cuando se lanzó la segmentación energética fueron muchos los actores del gobierno, como la vocera presidencial Gabriela Cerruti, que detallaron que “el 10% de los usuarios de más altos ingresos del país perderán los subsidios”.
Un mes después, en la conferencia de esta semana el equipo comandado por la secretaria de Energía, Flavia Royón, -que dicho sea de paso dio la conferencia antes de asumir oficialmente en los cargos- dio a conocer que en el caso del gas natural hubo 269.725 usuarios o familias que quedaron en grupo que perderá todos los subsidios (grupo 1) pero además 3.543.155 familias o usuarios no se anotaron en el registro de acceso y, si no lo hacen a la brevedad, también los perderán.
Sumando ambos grupos, la quita total de subsidios en el caso del gas pasó del 10% al 41% de los argentinos.
En el caso de la electricidad, el propio subsecretario de Energía Eléctrica, Santiago Yanotti, se sinceró al decir en la conferencia que en realidad “no sabemos exactamente cuántos usuarios hay, pero estimamos que son 14 millones”. La aclaración fue a la baja, ya que desde algunas consultoras se consideró que en realidad son 17 millones de hogares.
Entre la estimación y la cantidad de 8.890.998 usuarios realmente inscripta y los que ya por sistema quedaron en el grupo sin subsidios (399.156), el recorte llega en este caso a 5.109.002 usuarios, o dicho de otra forma, el 36,5% de los usuarios u hogares que el gobierno cree que tienen el servicio.
Las quitas por topes
Pero este no será el número final ya que en el plan 2.0 la gran novedad es la fijación de topes por consumo para la entrega de subsidios.
En el caso del gas natural el subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, precisó que se subsidiará hasta el 70% del umbral de cada categoría de usuario en cada subzona del país. Y mostró una serie de gráficas sobre cómo serán esos techos.
Pero al contrastar los datos dados por Bernal con los actuales umbrales de consumo de las diversas distribuidoras más que tratarse de techos, en realidad están mucho más cerca del piso.
Tomemos por ejemplo el caso de la subzona cordillerana de Camuzzi Gas del Sur, que comprende a las localidades desde Junín de los Andes hasta la región cordillerana de Río Negro, incluyendo a Bariloche.
De los actuales topes a los fijados por Nación
Hoy el usuario de menor consumo, el R1 tiene un umbral de consumo anual que va de 0 metros cúbicos a los 2.200. Según los cuadros mostrados por Bernal, el techo ahora pasará a ser de 770 metros cúbicos anuales, un valor que no solo no es el 70%, sino en realidad apenas representa un tercio del nivel de consumo actual (35%).
De acuerdo al resto de la gráfica, los demás tipos de usuarios tendrán un techo de umbral que va del 64,4 al 62%, por lo cual la quita de subsidios se ubicará entre el 65% para el usuario que menos consume y el 35,6% para el que tendrá el techo más holgado.
En la práctica esto implicará dos cosas: al fijarse este techo tan bajo de corte de los subsidios serán muchísimos los usuarios del grupo de ingresos medios (3) que deberán pagar una parte de su consumo sin subsidios.
Pero además, se castigará con mayor fuerza al segmento que menos consume, el R1, que es donde contrariamente se ubica la mayor parte de los usuarios residenciales, en este caso de la zona Cordillerana son 15.235 familias de la región.
Mientras desde el gobierno se marcó que estos techos de subsidios apuntan a fomentar el ahorro energético, sucede que si un usuario en realidad consume mucho más y logra pasar a la categoría siguiente, muy posiblemente tenga el 100% de su consumo subsidiado, propiciando lo contrario al ahorro.
Las planillas mostradas por Bernal marcaron una situación similar en casi todo el país. En el caso de Chubut el límite actual de 2200 metros cúbicos anuales para el R1, pasaría a ser de 770. Para la zona costera de Buenos Aires, Río Negro y Chubut se pasa de 1700 metros cúbicos a 595 con subsidio.
En Santa Cruz el recorte lleva el techo para el R1 de 4300 metros cúbicos al año a 1505, y en Tierra del Fuego de 4700 a 1645.
Sucede algo similar con Metrogas, la distribuidora de Buenos Aires que también tiene techos que van del 62 al 64% de los máximos umbrales actuales, y que caen al 35% para el segmento de menor consumo, donde ya mencionamos, están la mayoría de los usuarios y que pasará de los actuales 500 metros cúbicos a solo 175 por año.
Esto hará que los usuarios deban pagar entre un 17 y un 32% más en sus boletas finales, solo por estos techos en los subsidios. Pero además deberán afrontar una nueva suba en la tarifa de gas que promete ser polémica.
Sí, además aumenta el gas
Bernal detalló en la conferencia que el Precio del gas en el Punto de Ingreso al Sistema (PIST) subirá un 164%, lo cual en la práctica representa un aumento de un poco más del 80% en la tarifa final que abonan los usuarios y que se suma a los dos aumentos que ya hubo en el año que ya promediaban un 42%.
Resumiendo nuevamente, Nación definió un nuevo aumento en el precio del gas como producto que impactará en un incremento del 80% en lo que pagan los usuarios de los grupos de recursos intermedios y del grupo de quita total. Este aumento se suma a los ya dados y llevará el total de aumentos de este año al 122%, un salto al que luego hay que sumarle la quita de subsidios.
Pero este nuevo aumento, que duplica a los dos dados en marzo y junio, no fue aprobado por ninguna audiencia pública como marcan las normas y de hecho, no se conocen los fundamentos por los cuales se resolvió tal alza.
Desde las distribuidoras de gas se reconoció que “hasta que el Enargas no emita la reglamentación de cómo se debe aplicar este aumento, hasta que no diga qué precio tenemos que cobrar, no sabemos qué hacer, pero sin audiencia pública previa todo puede ser anulado”.
Y agregaron que además este nuevo cuadro tarifario anunciado por Bernal en su rol de subsecretario en realidad no sería firmado por él como interventor del Enargas ya que dejó ese cargo. “Quien le ponga la firma en el Enargas se va a comprar un problema”, anticiparon desde una de las firmas del sector.
Un dato no menor se desprende de la presentación realizada por el equipo de Energía de la Nación, se omitió informar cómo serán los umbrales de consumo para Neuquén, la principal provincia productora de gas del país y la que tiene la mayor cantidad de clientes en la firma Camuzzi Gas del Sur. Un botón para la muestra.
El efecto verano
Mientras en el sector aguardan conocer la letra fina de las reglamentaciones para aplicar estos cambios, se advirtió que “de entrada la mayoría de los usuarios no van a notar el salto en sus tarifas porque van a llegar con los consumos de verano, los más bajos del año, pero es llamativo que las boletas saladas van a llegar en el invierno justo para las elecciones PASO”.
A contramano de esto, las subas en el servicio de energía eléctrica llegarán justo cuando más se necesiten los aires acondicionados, y prometen generar enojo no solo en las zonas más cálidas del país que no tuvieron una contemplación climática, como sucedió con el gas, sino también en las áreas más humildes en donde es habitual que más de una familia comparta el medidor de luz.
Mientras la medida del recorte de subsidios está a la vista, con una proyección para el año que viene de nada menos que 500.000 millones de pesos, es decir más de 3.600 millones de dólares, hay quienes no solo ponen en dudas el ahorro energético que pueda hacerse en los hogares de un país con un 40% de pobreza, sino que como en el dicho de quien se quema con leche, ven con preocupación el anuncio de Royón de que en poco tiempo “se anunciarán más medidas”.
Si bien los anuncios fueron enmarcados en un plan de segmentación y redistribución de subsidios, tienen un fuerte componente de aumentos de tarifas que si bien distan mucho de los tarifazos del anterior gobierno, son los más altos aplicados en este año, sin audiencias públicas mediantes y sin ser anunciados como lo que realmente son: aumentos de tarifas.
El rojo del Estado: el problema de los subsidios
El eje central del plan de segmentación es la necesidad imperiosa del gobierno de reducir la sangría de recursos que representan los subsidios que este año llegarán a los 15.600 millones de dólares.
El plan apunta a achicar ese nivel descomunal en 3.600 millones de dólares por una doble vía, reducir subsidios en sí, y reducir el consumo para achicar la energía más cara que es la pico de consumo.
Un dilema que tiene su origen en los constantes congelamientos de tarifas que generan un efecto bola de nieve que ya licuó la reducción hecha por Cambiemos con los tarifazos.
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