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Reversión del gasoducto Norte y Vaca Muerta: cuál es el escenario para el gas en 2024  

Los plazos oficiales para el caño anticipan que se llegará otra vez tarde al invierno con una obra clave. Los campos de gas en Vaca Muerta seguirán limitados.

Con un poco más de aire que años anteriores, y a contramano de lo que sucede con el petróleo, el segmento del gas en Vaca Muerta sigue -y seguirá- limitado por los mismos factores: falta de caños troncales e infraestructura de exportación, fuertes regulaciones para ventas regionales y, quizás la más importante, falta de celeridad en la toma de decisiones políticas.  

El segmento del gas en Vaca Muerta viene de cerrar un año en el que no sólo alcanzó el registro más alto de extracciones de shale gas, sino que también impulsó a Neuquén a un récord absoluto de producción. Algo que posiblemente se repita este año, aunque de igual manera se deberá importar gas. 

Este hito fue posible con la puesta en marcha del primer tramo del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK), que le dio una bocada de oxígeno al sector, aunque empezó a transportar gas después de lo anunciado.  

Ahora las miradas están puestas en la reversión del gasoducto Norte, que sobrevivió al parate de la obra pública de la administración de Javier Milei. No es un dato menor que cuenta con financiamiento de la Corporación Andina de Fomento (CAF), por 540 millones de dólares. 

Se trata de una obra que tiene similitudes con el primer tramo del GPNK: además de compartir empresas constructoras para dos de los renglones, como lo son la UTE Sacde y Grupo Techint, viene atrasada y cumplir con los plazos fijados (7 meses) implicará llegar tarde al invierno 2024.  

En números

7 meses
es el tiempo aproximado que proyectaron las empresas que construirán el renglón 2 y 3 de la reversión del gasoducto (100 km).

Antes de que cierre enero, Energía Argentina (exIeasa), adjudicó los renglones 2 y 3 de la reversión a la UTE de empresas, que contemplan la construcción de 100 kilómetros de caños, entre La Carlota y Tío Pujio en Córdoba. Las firmas anticiparon que trabajarán con dos frentes de obra casi en simultáneo y apuntan a terminarla para mediados de agosto.  

Teniendo en cuenta que para la industria el invierno comienza en mayo (cuando se registran los primeros picos de consumo) cumplir con los plazos estipulados significará otra vez llegar tarde con una obra clave. Dicho de otra forma, se deberá importar más para abastecer toda la demanda de invierno, principalmente para el norte del país.  

Las empresas ya habían comenzado con el abastecimiento de caños para la obra el año pasado, sin embargo, la tormenta política que atravesó el país entre elecciones PASO y balotaje, dejaron a la obra paralizada. 

Para que este caño de 100 km que ya fue adjudicado tenga sentido, son necesarias otras obras, de menor dimensión, pero que son fundamentales para que pueda llevar gas de Vaca Muerta hacia el norte del país. ¿En qué estado están estas obras? 


Gasoducto Norte: la relicitación del renglón uno y un plan de salvataje 


La semana pasada, el Gobierno nacional relicitó el renglón 1 de la reversión que había quedado desértica a finales del año pasado, porque las ofertas excedían lo presupuestado (la cruda devaluación de diciembre tuvo mucho que ver).  

La nueva licitación contempla, por un lado, la construcción de un caño de 22 kilómetros, que se une al de 100 kilómetros ya adjudicado a Sacde y Techint, y también otros 62 kilómetros de loops, que son caños paralelos.  

Por otro lado, también incluye la reversión de cuatro plantas compresoras existentes en Córdoba, Santiago del Estero y Salta: Ferreyra y Dean Funes (Córdoba), Lavalle (Santiago del Estero) y Lumbreras (Salta). 

La UTE Techint Sacde se adjudicó los contratos para el segundo y tercer renglón. (Foto: gentileza)

Según publicó el sitio especializado Econojournal, la compañía Transportadora gas del Norte (TGN) le ofreció al Gobierno la posibilidad de avanzar con la reversión de 2 de las cuatro plantas compresoras, con personal propio. Se trata de las dos de Córdoba, Ferreyra y Dean Funes, que permitiría reducir los plazos y habilita (junto con el resto de la obra) a transportar casi 15 millones de metros cúbicos por día desde Vaca Muerta hacia la Puna argentina.  


Gasoducto Norte: la centralidad del proyecto y el estado del mercado 


La reversión del gasoducto Norte se presenta como una obra clave para garantizar el abastecimiento en el norte, ante la fuerte caída de la producción en Bolivia. Además también le ofrece al país la oportunidad de reducir importaciones durante el invierno, le garantiza a Vaca Muerta un mercado más amplio de gas y, a mediano y largo plazo, permite pensar en un mercado regional de exportación más grande.  

La falta de obras, signada por una lenta toma de decisiones políticas, limita el verdadero potencial de Vaca Muerta, que es el gas. Y además desaprovecha las oportunidades que abren las redes actuales, que no fueron baratas.  

Los registros oficiales dan cuenta de que las empresas aprovecharon casi de manera instantánea la habilitación del primer tramo del GPNK y llevaron la producción a un nuevo máximo histórico. Sin embargo, las necesidades del país demandan más obras y más rápidas, de lo contrario, el segmento del upstream comenzará a sufrir crisis de precios más recurrentes, por la falta de demanda, que se traduce en cierre de producción. Vale recordar que el Plan Gas.Ar tiene fecha de vencimiento en 2028.

Tal como publicó este medio, el segmento viene de cerrar diciembre con el nivel de demanda más baja en 13 años, respecto a lo que habitualmente se registra durante ese mes. En detalle, la demanda de gas del país cayó un 16% respecto al mes anterior y desplomó el precio en el mercado spot por debajo del cuarto de dólar por millón de BTU.  

Todavía sin los datos oficiales de enero, se estima que la demanda de las centrales térmicas repuntó por las mayores temperaturas que se registraron en lo que va del año. Aunque esto lejos de resolver el problema, es apenas un parche. 

La actualización de tarifas que aceleró el Gobierno, sumado la recesión económica, son dos factores que condicionan la demanda residencial e industrial y que indudablemente afectarán a la oferta. En este escenario, la industria requiere de obras que le permitan sobrellevar los vaivenes locales con mayor cintura, mientras se expande a nivel regional. 


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