Nación: «Hay tensiones que atender para lograr una transición energética justa»

La subsecretaria de Planeamiento Energético de la Nación, Cecilia Garibotti señaló que la transición energética requiere atender a distintas tensiones. Entre ellas, la importancia de los combustibles fósiles para la economía del país y la falta de infraestructura.

Argentina tiene una matriz energética limpia en comparación con el resto del mundo. Foto: gentileza.

La subsecretaria de Planeamiento Energético de la Nación, Cecilia Garibotti detalló la agenda energética que están llevando a cabo de cara a los objetivos de transición energética en el país. Expresó que hay numerosas tensiones para su desarrollo, entre ellas, la importancia de los combustibles fósiles para el la economía del país y los desafíos en la infraestructura.

La agenda energética se imprime dentro de compromisos internacionales. Garibotti explicó que tenemos un contexto nacional «signado por ser un país federal donde las decisiones de política energética no están centralizadas, sino que la toman un montón de actores. El país tiene un montón de potencialidades en recursos, pero a su vez tiene un montón de desafíos en infraestructura«.

La agenda de transición energética debe ser ubicada en un contexto específico e irse actualizando según lo requiera, subrayó. A nivel mundial, el 78% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) surgen del sector energético. En Argentina, ese porcentaje disminuye al 51% según datos recopilados por la funcionaria.

Más allá de la responsabilidad ante el nivel de emisiones, se trata de un «sector estratégico en nuestro país y en todos los demás. Es una de las fuertes tensiones cuando hablamos de transición energética, porque estamos apuntando a cambiar las formas de producción, distribución y consumo de la energía, creando sistemas más limpios y sostenibles», explicó.

Si la descarbonización implica «un sistema mucho más caro, puede generar tensiones con el crecimiento económico. A la vez, tenemos proyecciones sobre los crecimientos en la demanda de energía correlacionados con el crecimiento poblacional que va en aumento. Necesitamos sistemas más limpios». A esta tensión se le suma el objetivo de «asegurarnos que la transición sea justa y sostenible«.

La transición justa consiste en desarrollar un sistema que sostenga el abastecimiento a grupos más vulnerables. Para ello, hay que tener en cuenta distintas variables, como los costos que pueden significar cambiar de matriz energética de forma rápida y cómo esto puede incidir en los distintos sectores, según explicó.

«Hay bastante consenso a nivel global sobre la transición justa. Se entiende que la descarbonización es importante para el cuidado de generaciones futuras, pero también tenemos que cuidar a las generaciones presentes», detalló.

En el contexto energético mundial, los combustibles fósiles siguen representando el 80% de la oferta total de energía primaria. En el caso de Argentina, en la matriz energética «vemos una mayor incidencia del gas natural, el llamado combustible de transición. Tenemos una matriz mucho más limpia comparado con el resto del mundo«, subrayó la referente.

Esto se debe a que el país no cuenta con el mismo nivel de industrialización que los países con mayores emisiones. «Como siempre dice el ministro de Economía (Sergio Massa), nosotros somos acreedores ambientales a nivel global, no somos deudores ambientales en el sentido de que nuestro nivel de población, economía son relativamente más bajas y tenemos más necesidades económicas».

«En el contexto energético mundial, los combustibles fósiles siguen representando el 80% de la oferta total de energía primaria»

subsecretaria de Planeamiento Energético de la Nación, Cecilia Garibotti.

La agenda del 2023 apunta al desarrollo del plan nacional de Transición Energética a 2050; el proyecto de ley de Hidrógeno, el de GNL y el de Eficiencia Energética. «Un punto en el que también se está trabajando se inserta dentro de las mejores prácticas, en búsqueda de una mayor equidad. Es una hoja de ruta para la incorporación de mujeres al sector energético», expresó.

La referente explicó que no se puede tener una estrategia igual para todos los sectores, como generación y transporte, debido a las distintas posibilidades de descarbonización. «Cuando pensamos en el sector industrial, además de la generación distribuida pensamos en políticas en eficiencia energética», ejemplificó. Esto puede ayudar a generar «mejores escenarios», comentó.


Transición Energética: Los recursos que hay en el país


Los recursos que hay en el país de cara a la transición energética son varios. Entre ellos, resaltó el gas natural, ya que «tiene un menor factor de emisiones por unidad de energía. Dentro de los GEI, tiene mayor metano, pero en el largo plazo uno de los mayores problemas que tenemos es el Dióxido de Carbono (CO2)», marcó.

En la actualidad hay cinco cuencas productivas en todo el país. Además, «existe un fuerte potencial exploratorio. Estamos desarrollando los proyectos offshore. Estamos rompiendo récords en la producción de gas no convencional, lo que está sirviendo para suplir el declino», detalló. En esta línea, remarcó la importancia de la seguridad energética ante factores externos, como el declino de la producción de Bolivia, desde donde se importa gas.

En cuanto a recursos eólicos, destacó el factor de carga de la región patagónica, que se ubica entre el 55% y el 65%, mientras que la media mundial es el 35%. «Tenemos mucho potencial en recurso eólicos pero es intermitente. Tenemos un adicional que es el problema de la infraestructura eléctrica, que al no haberse desarrollado muchas líneas en mucho tiempo nos pone un tope de cuánto podemos generar«.

Sobre los recursos fotovoltaicos, resaltó que «tenemos gran potencial en el norte del país con factores de carga también muy altos con respecto a la media mundial. Hemos tenido aumentos en la generación solar y de forma consistente, pero de nuevo encontramos el límite de la infraestructura eléctrica», una situación en la que están trabajando con un plan de obras eléctricas para todo el país, comentó.

Una de las fuentes de generación más importantes en América del Sur es la hidroeléctrica. «Se viene trabajando con políticas específicas a nivel general como para el vencimiento de las concesiones de las represas del Comahue. En 2022 aportó el 21,7% de la generación total del sistema«, resaltó.

En cuanto a la generación nuclear, «se está trabajando en proyectos de nuevas centrales y también en los reactores modulares del tipo vectores modulares son rectores Carem de baja potencia. Es una de las soluciones de bajas o cero emisiones«, indicó.

Para lograr los objetivos de la agenda, apuestan a los siguientes lineamientos: eficiencia energética; energía limpia en emisiones de GEI; gasificación; desarrollo de capacidades tecnológicas nacionales; resiliencia del sistema energético; federalización del desarrollo energético; desarrollo del hidrógeno de bajas emisiones; movilidad sostenible y transición justa e inclusiva.


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