Nación condiciona la reactivación de la PIAP a conseguir acuerdos con clientes internacionales
El Gobierno nacional prevé asegurar la demanda antes de avanzar en la reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP).
La reactivación de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) parecía estar confirmada con aquel contrato firmado en junio del 2023 entre el Gobierno nacional, su propietaria y la empresa ENSI, dedicada a su mantenimiento y operación. Sin embargo, hoy su futuro está atado a obtener acuerdos con clientes internacionales.
La exportación es el objetivo que aparece cada vez que se habla del destino de la producción de agua pesada de la PIAP. El cliente fuerte parece ser Canadá, interesado en adquirir para usos en la medicina o en industrias. También, evalúan adquirir agua pesada para abastecer una central en el 2032, pero aún no hay novedades.
Desde la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), propietaria de la PIAP, explicaron a Energía On que «ante la potencial demanda que podría tener el agua pesada en los diferentes mercados internacionales, tanto para el sector nuclear como para el de salud y electrónica, se están llevando a cabo reuniones con interesados en adquirir este producto«.
«El objetivo es lograr acuerdos que permitan reactivar la planta ante pedidos concretos de producción«, señalaron. En otras palabras, el plan de puesta en marcha se implementaría una vez asegurada la demanda. El ministro de Infraestructura, Rubén Etcheverry, afirmó en diálogo con este medio que esa es la condición que pone CNEA para avanzar en el contrato de reactivación.
«La planta es una instalación crítica para el sector energético nacional, necesaria para abastecer al sector nuclear internacional y de interés para la industria electrónica y biomédica», marcaron desde el organismo del Estado argentino.
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De firmarse acuerdos, la CNEA habla de producir 80 toneladas por año (tn/año) con la operación de una de las dos líneas que tiene la planta. En total, las instalaciones tienen una capacidad de producción de diseño de 200 tn/año en dos líneas de 100 tn/año cada una.
El mercado internacional ya tenía su porción en el destino de la producción de la PIAP antes de su parate, en 2017. Durante su operación, produjo más de 1.500 toneladas de agua pesada para abastecer al sector nuclear local y a países como Canadá, Corea del Sur, Alemania, entre otros.
Su última campaña para producir agua pesada fue para la puesta en marcha de la Central Nuclear Atucha II, entre 2006 y 2013. Después, entró en parada programada y no reactivó su actividad, lo que hace que el horizonte sea cada vez más difuso.
Vale marcar, que en el mismo predio de la PIAP se sostiene la intención de avanzar en otras producciones: «se está evaluando la posibilidad de desarrollar otros proyectos de interés general, como la producción de fertilizantes, lo que permitiría la participación de otros inversores en el desarrollo del sitio», marcaron desde CNEA.
El contrato firmado entre el Gobierno nacional, durante la gestión de Alberto Fernández, y ENSI en junio del 2023 establecía una inversión que ronda los 20.000 millones de pesos desde Nación para realizar tareas de acondicionamiento de las instalaciones. El objetivo era que en 25 meses ya esté operativa.
Sin embargo, las partidas que envía cubren solo la conservación de la planta y el sueldo de los trabajadores que llevan a cabo esta tarea.
De haberse cumplido el cronograma de tareas, la planta estaría en condiciones de producir en mayo del 2025. Si las obras hubiesen seguido en tiempo y forma, restarían pocos meses para asegurar la producción de agua pesada.
Reactivación de la PIAP: el reclamo de los trabajadores
La Junta Interna ATE PIAP llevó a cabo medidas de fuerza para obtener respuestas desde Nación y la Provincia sobre el compromiso de reactivación de la planta. A la vez, buscan tener seguridad sobre qué sucederá después de abril del 2025, cuando termine la vigencia del contrato desde el Gobierno nacional, CNEA y ENSI.
En la actualidad, son 80 los trabajadores dedicados en su mayoría a la tarea del mantenimiento de la planta, pero con el plan de reactivación, estaba prevista la contratación de 120 personas más. A la vez, su puesta en marcha también daría certezas sobre la continuidad laboral.
En un comunicado, expusieron que «el Gobierno nacional no cumple con el contrato firmado, no tiene intenciones claras de invertir en energía limpia y segura como la nuclear, no profundiza el saber en esta materia que ya conocen cientos y cientos de especialistas y trabajadores de la Argentina y tampoco hay certezas de la continuidad productiva a partir de abril 2025 donde finaliza el contrato».
Una de las medidas tomadas por la ATE PIAP fue una panfleteada sobre el puerte de Arroyito, a pocos kilómetros de la planta. En los papeles, se exige «el cumplimiento inmediato del contrato ya firmado de alistamiento y conservación de la PIAP» y la fabricación de agua pesada «para stock de las centrales nucleares argentinas y la gran demanda de Canadá, Rumania, China y otros países».
El dato
- abril de 2025
- finaliza el contrato firmado para la reactivación de la PIAP
Sobre el plan de la planta de fertilizantes, reclamaron su concreción: «basta de distracciones políticas. Es una necesidad de desarrollo para el país«. A los reclamos, sumaron la construcción de otra central nuclear tipo Candu, modelo de operación canadiense, que emplea uranio natural y agua pesada presurizada.
«La continuidad del plan nuclear es con ATE y sus trabajadores. Por un Neuquén y un país pujante, exigimos la continuidad energética nuclear«, se lee.
La reactivación de la PIAP: el estado de la planta según CNEA
La Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) se inauguró el 15 de marzo de 1993. Desde entonces, fue operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), que está conformada por la CNEA con el 49%; y la Provincia de Neuquén, con el 51%.
Tras su última operación, el 30 de mayo de 2017 entró a una parada programada «en condiciones normales, con la premisa de rearranque en agosto de 2017. En dicha parada de planta se realizaron los trabajos necesarios para poder iniciar una nueva campaña de producción», detallaron desde CNEA. El corte de actividades se dio durante la gestión del expresidente Mauricio Macri.
Sin embargo, ante la falta de demanda local, la planta no volvió a producir. «Desde entonces, ENSI realiza tareas de mantenimiento para la conservación de la planta en el marco de un acuerdo específico con la CNEA», expusieron.
«Existe un plan de Conservación de todos los activos asociados a la producción de agua pesada con el fin de mantener su integridad y relativa confiabilidad operativa durante un período prolongado. A efectos de cumplir con este objetivo, se realizan todas las tareas necesarias», aseguraron.
El plan incluye aplicar actividades de operación, mantenimientos preventivos, ensayos no destructivos, inspecciones, calibraciones y mantenimientos correctivos. «En síntesis, actualmente la PIAP se encuentra en perfectas condiciones de seguridad y mantenimiento«, marcaron.
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