Nación achica el Plan Gas y no sumará nuevos desarrollos en Vaca Muerta
Lopetegui anunció que no habrá reforma y que se limitarán los volúmenes a subsidiar. Tecpetrol amenaza con acciones legales, pero no es la única perdedora.
La posibilidad de que las petroleras entablen millonarias demandas contra el Estado, un freno en la actividad de ese segundo motor generador de divisas que es Vaca Muerta, e incluso un retroceso en la producción de gas que se logró en los últimos meses, eran las variables que el gobierno nacional tenía para definir un cambio en el nuevo Plan Gas que fijó la Resolución 46/17 a la luz de que el presupuesto disponible no alcanza para mantenerlo como fue diseñado.
Y fue ayer el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui, quien anunció ante los CEOs de la mayoría de las petroleras que se optó por evitar juicios pues no habrá reforma del plan que permita incorporar nuevos desarrollos, ni incrementar la producción.
El plan quedó en offside a mediados del año pasado con la corrida cambiaria. Es que mientras la disparada del dólar licuó los fondos disponibles en pesos -28.700 millones para este año- el sendero creciente del precio de boca de pozo debió ser eliminado para evitar que los usuarios domicilios afronten un tarifazo casi imposible de pagar.
Esto llevó a que con un presupuesto de unos 700 millones de dólares el nuevo Plan Gas se achique, pues para garantizar los 7 dólares por millón de BTU que se fijaron para este año, sólo se alcanzará a cubrir una producción diaria de 18 millones de metros cúbicos.
Lopetegui había planeado una reforma en la que reducía el monto a pagar por cada millón de BTU, ampliando así la producción que podía acceder al plan. Incluso había dejado trascender que 7 u 8 de los 11 proyectos con la media aprobación de Neuquén serían incorporados.
El esquema contemplaba además que el 30% del subsidio no sería liquidado sino que pasaría a un fideicomiso a cobrarse una vez que termine el plan, en 2022. Estos cambios permitían elevar la producción a la que puede llegar el subsidio a cerca de 30 millones de metros cúbicos diarios.
La reforma tenía el visto bueno de Tecpetrol, la petrolera que con el desarrollo explosivo de Fortín de Piedra capturó el 65% del subsidio al llevar en un año su producción de 0 a 17 millones de metros cúbicos, pues le garantizaba cobrar el subsidio reducido pero por toda su producción. También el gobierno de Neuquén, la provincia que capitaliza Vaca Muerta, estaba conforme porque el cambio permitiría sumar nuevos desarrollos, aunque sólo durante los meses de invierno.
Pero esta reforma no cuadró en las demás operadoras pues de aplicarse las habilitaba a iniciar acciones judiciales contra el Estado por las sumas que dejarían de percibir.
La tijera finalmente pasará por la producción, pues Lopetegui ratificó que sólo se pagará la curva de producción presentada por las petroleras al momento de postularse para ingresar al plan.
Las consecuencias de la decisión se verán en los próximos meses cuando se defina si los desarrollos que estaban a la espera de ingresar al plan comienzan o no a producir gas ,pero es Tecpetrol la que más pierde pues en su declaración inicial postuló llegar a 8,5 millones de metros cúbicos, la mitad de lo que hoy produce.
Esto podría generar que en el corto plazo la firma levante el pié del acelerador y baje su producción, pero también podría llevar a una demanda contra el Estado. Así lo anticiparon ayer al anunciar que hacen “expresa reserva de sus derechos y se encuentran analizando los cursos de acción a seguir”. Dado que explicaron que “el cambio de criterio de pago alcanza retroactivamente a las liquidaciones de abril a octubre de 2018. Implica hasta septiembre un menor pago de 1.994 millones de pesos y de 5.655 millones para todo el 2018.
Pero lo que pasa en Vaca Muerta no queda sólo en Vaca Muerta, dado que así como el incremento de la producción de shale gas permitió al gobierno festejar con bombos y platillos la salida del buque regasificador de Bahía Blanca, una contracción en su actividad –sumada a la caída que registra la producción de gas tight y convencional– podría poner al gobierno ante la necesidad de volver a contratar al buque o salir a comprar gasoil para cubrir el pico de demanda de este invierno.
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