Más gas y petróleo: Vaca Muerta superó los 2.200 pozos conectados
La formación shale es la estrella de la producción de hidrocarburos del país y avanza a un ritmo notable de casi un nuevo pozo por día. Hasta abril fueron 2.281 las perforaciones productoras que se conectaron a las líneas del país. Pese al potencial gasífero, la enorme mayoría apuntan al petróleo.
En octubre de 2010 se realizó el primer pozo experimental con destino a algo que solo era una promesa, una roca de la que se buscaba sacar petróleo y gas y que se llama Vaca Muerta. Hoy, 14 años después, Vaca Muerta dejó de ser una simple promesa para el mundo de los ingenieros y pasó a ser la promesa de un multiplicador de divisas para toda la Argentina, pues no solo ya cuenta con más de 2.200 pozos conectados a las redes del país, sino que prácticamente suma una nueva perforación por día.
Luego de ese pozo pionero del 2010 hubo que esperar un par de años, hasta el 2012 para ver el inicio de una actividad un poco más sostenida, que sin dudas se desplegó a partir del inicio del desarrollo del área Loma Campana (YPF – Chevron) en agosto de 2013.
De acuerdo al último relevamiento realizado a abril por el ministerio de Energía y Recursos Naturales de Neuquén, hay un total de 2.281 pozos conectados a las redes que tienen por destino Vaca Muerta.
Tal vez el número frío no llegue a impactar a los lectores en la correcta medida, pero para ponerlo en la dimensión de su envergadura se puede señalar que implican no solo que ya se han invertido más de 30.000 millones de dólares solamente en esos pozos, sino que es una cantidad de perforaciones que representa más del 50% de todos los pozos que se han realizado en la provincia de Río Negro en unos 70 años de actividad petrolera.
Pero volviendo a los pozos shale, hay dos puntos que se destacan con claridad al observar el balance de esta década de actividad: el primero es que el foco de atención de las empresas, pese al enorme potencial productivo en gas natural que tiene Vaca Muerta, se concentra, y con mucha fuerza, en el segmento del petróleo.
Y el segundo punto destacado del análisis es una notable aceleración en la cantidad de pozos que se han ido sumando en los últimos años, marcando un auge en Vaca Muerta ya que ya desde el año pasado viene incorporando un nuevo pozo por día y promete elevar aún más la vara.
Vaca Muerta tiene pozos activos y pozos jubilados
En este universo de 2.281 pozos ya conectados en Vaca Muerta, no todos estaban en abril en producción, un punto que las empresas operadoras deben declarar ante la Secretaría de Energía de la Nación.
En detalle, el 92% de los pozos estaban activos: 1.791 tenían producción y 324 se indicaron como activos pero sin producción. Este estado se puede deber a varios factores, como por ejemplo pueden incidir los cierres de producción por baja demanda que son usuales en el segmento del gas, o por trabajos de conexión de instalaciones de tratamiento, entre otros.
Pero además de los pozos activos, en abril los sistemas de la secretaría de Energía de la Nación detectaron la existencia de 149 pozos de Vaca Muerta inactivos. En este caso, se trata de una declaración realizada por las empresas, no una situación puntual de freno, y son el paso previo para la última etapa en la vida de un pozo hidrocarburífero: el abandono.
Precisamente, en abril, ya se contabilizaban en Vaca Muerta los primeros 17 pozos abandonados. Es decir, que las empresas que los operaban decidieron cerrarlos definitivamente y de forma segura, algo así como un sellado.
Estos pozos abandonados y en ese camino son los llamados “pozos abuelos” de Vaca Muerta, ya que se trata en su mayoría de las primeras perforaciones que se hicieron hace más de una década, y que no contaron con ramas laterales sino que solo descendieron en forma vertical hacia la formación.
Muchos de estos pozos se ubican en las áreas que iniciaron la actividad en la formación shale como son El Orejano y Loma Campana y si bien son pozos que ya fueron abandonados o cerrados por no dar producción, son los que marcaron la curva de aprendizaje para las perforaciones que vinieron luego
El destino de los pozos de Vaca Muerta
Sobre el total de 1.791 pozos activos con destino a Vaca Muerta, es decir que fueron puestos en producción en algún momento, casi el 60% apuntaron a capturar el petróleo de Vaca Muerta.
En concreto, un total de 1.345 pozos con objetivo shale se han destinado hacia los recursos del petróleo. Hilando fino dentro de los pozos con destino al shale oil, se observa que la mayoría apuntan al petróleo negro, con 673 perforaciones, seguidas por las 608 que buscan petróleo volátil, y un grupo de 90 pozos que van hacia el condensado.
En el caso del gas natural, el enorme potencial que tiene la formación y que se estima que podría aprovisionar al país por más de 100 años, el informe elaborado por el ministerio de Energía de Neuquén, da cuenta que hay un total de 446 pozos conectados con esa meta.
En este universo más pequeños de pozos hacia el shale gas, la enorme mayoría buscan específicamente el gas seco de la formación: 351 pozos. Los restantes 69 pozos del segmento del gas apuntaron hacia la producción de gas húmedo.
Esta variedad de objetivos se da por las diversas ventanas de producción que tiene Vaca Muerta y que en resumen van de este a oeste, pasando por gas seco, húmedo, la ventana del petróleo volátil y finalmente la del crudo negro.
La distribución de estas ventanas de producción hace que haya áreas en las que se puede incluso contar con cuatro de esos sectores, y que llevan a que incluso en algunos casos sea difícil poder determinar si un bloque es productor de gas con petróleo asociado, o al revés.
Las áreas con más pozos
Al observar la ubicación de los pozos activos de la formación shale hay un grupo de áreas que se destacan con claridad, coincidiendo por esto con los bloques que lideran la producción de Vaca Muerta.
En el segmento de la producción de petróleo la “santa trinidad” de YPF lidera por varios cuerpos de ventaja el sector. El bloque Loma Campana es el que tiene la gran mayoría de los pozos de shale oil activos, con 549.
Le sigue otro bloque de los operados por la petrolera de bandera, La Amarga Chica, con 207 pozos en producción, y cierra el trío de YPF Bandurria Sur con otros 99 pozos entregando producción. En este sector el cuarto lugar correspondió en abril al áreas Bajada del Palo Oeste de Vista, con 94 pozos activos, seguida por Cruz de Lorena de Shell con 51 pozos en esa condición.
En el segmento del gas natural de Vaca Muerta el escenario está más repartido entre empresas operadoras pero con un claro líder: Fortín de Piedra de Tecpetrol.
El bloque insignia de la petrolera del Grupo Techint tenía en abril un total de 122 pozos entregando gas, bastante más que el segundo bloque con más pozos activos que fue Aguada Pichana Este (APE), un área operada por la francesa TotalEnergies que sumó 72 pozos activos.
En tercer lugar se posicionó un bloque que tiene bastantes años menos en desarrollo pero avanza a paso rápido: La Calera. El área operada por Pluspetrol con YPF como socio al 50%, tuvo en abril 42 pozos en producción.
En cuarto lugar se ubicó Aguada Pichana Oeste (APO), en este caso operada por Pan American Energy (PAE) que tuvo 39 pozos en producción. Y el quinto lugar de este breve podio fue para un área de YPF, Rincón del Mangrullo, con 35 pozos entregando gas de Vaca Muerta.
En el primer cuatrimestre de este año ya se conectaron 124 pozos hacia Vaca Muerta, correspondiendo 95 a producción de petróleo y 29 al segmento del gas. En abril la tendencia fue similar, sobre un total de 27 pozos incorporados ese mes, 25 buscaron el crudo de la formación y solo 2 el gas natural.
Esto hace que en este año, la conexión de nuevos pozos tenga en el podio a cuatro bloques productores de crudo y uno solo de gas. Y es que este listado tiene en el primer lugar con 25 nuevos pozos a La Amarga Chica, seguida por Bajada del Palo Oeste con 11 y misma cantidad para Loma Campana, recién allí con 9 pozos aparece Fortín de Piedra, y cierra el podio Aguada del Chañar (100% YPF) con 8 pozos conectados.
Un nivel de incorporación que podría superar al año récord, que fue el 2023, cuando la formación sumó un total de 326 pozos.
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