La riqueza del gas de Vaca Muerta ya llevó a propuestas de segregación

Desde el Centro Argentino de Ingenieros (CAI) se planteó que será necesario contar con gasoductos que dividan la producción, para optimizar la separación de los líquidos. El salto en el petróleo que se espera con el puerto de YPF promete multiplicar el gas rico.

En la industria de los hidrocarburos del país podría decirse que existen dos tipos de problemas bien diferenciados. Por un lado, los derivados de la falta de producción, el famoso declino del convencional que se sintió con fuerza en la década pasada. Mientras que, por el otro lado, están los “problemas buenos”, los que surgen por los incrementos y cambios en la producción. Esto es exactamente lo que está pasando en el segmento del gas natural gracias a Vaca Muerta y que además promete multiplicarse en un puñado de años.

A poco más de una década del inicio de la actividad en Vaca Muerta, el incremento en la producción de gas natural desde Neuquén es un hecho tan palpable como el dato de que en mayo se batió el récord histórico de producción con 105,58 millones de metros cúbicos diarios solo desde Neuquén.

Este incremento en la producción de gas, de un 20% en términos interanuales, se debió a dos factores claves como son el enorme potencial productivo de Vaca Muerta, pero en especial, a la ampliación de la capacidad de transporte con la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner (GPNK) para poder dar salida a parte de ese potencial.

De ese total de producción récord, más de 76 millones de metros cúbicos diarios corresponden al shale gas, el gas específico de Vaca Muerta que tiene en muchas de sus áreas una particularidad que hoy es todo un dilema.

Esa particularidad es lo que se conoce como la riqueza del gas, es decir la gran cantidad de líquidos que tiene como etano, propano, butano y gasolina líquida además del metano en sí, que sobrepasan la capacidad de separación de las plantas existentes y que ponen además en jaque a las plantas de tratamiento.

El alto contenido de líquidos del gas de Vaca Muerta se está volviendo un problema para su tratamiento y separación.

Un gas pobre tiene mayormente metano, pero un gas rico tiene una alta cantidad de estos otros componentes que tienen sus propios mercados como el etano en el sector petroquímico y que suelen venderse a cotizaciones internacionales.

Algo similar sucede también con el petróleo ya que según se detalló Miguel Wegner del CAI son cerca de 18.000 barriles de gasolina cruda y 12.000 de GLP los que hoy no se están pudiendo separar en el sector del petróleo.

Por esto es que desde la entidad se planteó esta semana en una presentación especial que realizaron durante la Primera Jornada de Midstream organizada por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) la necesidad de ya mismo comenzar a pensar la “segregación” tanto del petróleo por su gravedad API, como del gas natural según su riqueza.


El impacto del oleoducto a Río Negro


Y es que en especial en el caso del gas natural hay un punto de inflexión que está a la vuelta de la esquina y es el proyecto que YPF acaba de comenzar, llamado Vaca Muerta Oil Sur.

La petrolera de bandera ya comenzó el tramo 1 de esta obra que va desde el corazón de Vaca Muerta hasta Allen con un oleoducto nuevo que se sumará a la red que ya existe de Oleoductos del Valle (Oldelval).

El tramo 2 es mucho más extenso y amplio, dado que no sólo implica la extensión de ese oleoducto hasta la costa rionegrina, en Punta Colorada, sino que allí se construirá un gran puerto para la exportación de petróleo.

Este tramo 2 está en estos momentos en proceso de licitación internacional y con la puerta abierta a las empresas operadoras que quieran sumarse, ya que la carga de crudo a transportar es de 390.000 barriles por día.

Y no es un error decir que esta obra que está planificada para estar lista en 2026 generará un dolor de cabeza en el segmento del gas natural. Porque implica elevar la producción de petróleo de Vaca Muerta al doble del nivel actual, algo que inevitablemente traerá aparejado una mayor producción de gas asociado.


Más gas asociado al petróleo


Hoy, de los cerca de 76 millones de metros cúbicos de gas natural que se producen exclusivamente en Vaca Muerta, son unos 15 millones los que llegan como asociados al petróleo.

Se trata de un gas altamente rico en líquidos, que como se indicó, requiere un tratamiento diferente al gas pobre o seco e idealmente una separación para aprovechar esos líquidos.

Desde el CAI, Dulce Gómez explicó en su presentación las proyecciones y escenarios que se vislumbran. En primer lugar, sumando una producción de gas natural de 10 millones de metros cúbicos -es decir contando la puesta en marcha de las dos plantas compresoras del Gasoducto Néstor Kirchner- “la infraestructura de planta y ductos es suficiente en cuenca”.

Los problemas comienzan a darse si se adicionan 18 millones de metros cúbicos a la actual producción, algo que pasaría con la etapa 2 del GPNK o ampliando su compresión como acaba de plantear TGS.
“Acá se saturan las capacidades de todas las plantas y es necesario segregar corrientes”, explicó la especialista y marcó que por eso “proponemos para segregar las calidades – del gas- para optimizar las capacidades de las plantas, y priorizar los que tengan menos etano para enviar por el Gasoducto Centro Oeste para que vayan a Chile”.

Además, el planteo incluye “separar el etano donde se pueda para uso de gas combustible en centrales térmicas y plantas de procesamiento”.

Luego de 2026, con el sistema Vaca Muerta Oil Sur funcionando, Wegner aseguró que “se van a requerir más plantas de turbo expansión, fraccionamiento y tratamiento. Porque no hay capacidad en las plantas de separación y acondicionamiento para absorber más gas asociado al crudo”.

Y destacó que “lo bueno es que ya sabemos que hay que hacer algo. Hay instalaciones existentes que podrían ser útiles. Hay que mirar mucho el etano porque sino no vamos a poder producir crudo. Hay que empezar con las plantas que están subutilizadas, completar el proyecto de TGS para que separe más líquidos y falta un poliducto”.

Los especialista plantearon que el pronóstico con el nuevo puerto exportador es que se sumen de 20 a 30 millones de metros cúbicos de gas asociado, obligando no solo a las empresas que participaron de la Jornada de Midstream a multiplicar los planes de ampliación que ya están realizando, sino a encarar de lleno el problema de la superabundancia que está por venir.


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