Inversiones hidrocarburíferas, un disparador de acciones
La evolución de los desembolsos en la industria y los hitos en los que se enmarcaron. Un sector que requiere medidas a largo plazo.
Por Alex Daniel H. Valdez (*)
La actividad de la exploración, explotación, transporte, refinación, distribución e industrialización de hidrocarburos líquidos y/o gaseosos necesita fuertes inversiones en cada una de sus etapas, medidas fundamentalmente en dólares estadounidenses.
Balance: «Vaca Muerta, otro aporte de Neuquén»
En el mundo, esos montos de inversiones son un número importante que son brindados por bancos u organismos dedicados a financiar, por ejemplo, este tipo de actividades. También pueden realizarse a partir de aportes del Estado.
Convengamos que, realizar inversiones en la actividad hidrocarburifera, tiene sus riesgos, externos y propios. Desde hundir importantes montos en proyectos que en el gabinete pueden ser atractivos, pero que en el campo chocan con la realidad: por ejemplo, que la perforación sea estéril, o sea negativa. Algo que generalmente ocurre con las explotaciones convencionales.
En cuanto a los no convencionales, que tienen historias recientes en el mundo, sobre todo en nuestra zona, el riesgo no es tan alto como en los anteriores. Pero sí necesita de constantes e importantes inversiones para su desarrollo.
Y todo esto ahondado por los tiempos en que nos encontramos en el que estamos navegando una transición energética, con un objetivo de cambio total en el consumo de combustibles fósiles en 2050.
En nuestro país, dentro del marco legal (Ley 17.319) se otorgan los permisos y concesiones, que obligan a los operadores a realizar inversiones, conforme a las más racionales y eficientes técnicas, en forma permanente.
Cada empresa que desarrolla estas actividades tiene una planificación pormenorizada con el objetivo de cumplir ciertas metas presupuestarias. Por lo general se incluyen cancelaciones de los financiamientos a los que debieron recurrir para el desarrollo y, en este caso, me referiré a la parte de explotación.
En este segmento denominado upstream, se abarca la perforación de pozos, instalaciones superficiales, líneas de conducción y plantas de tratamiento, entre otros, con la finalidad de obtener el hidrocarburo líquido y gaseoso, en las condiciones de mercado.
El Estado, sea nacional o provincial, como dueño del recurso, también debe acompañar a esta actividad. Por lo cual necesita tener información precisa para promover desarrollo de aquellas estructuras necesarias, que soporten las diversas tareas de las compañías, además de verificar el cumplimiento de los requisitos en que se otorgaron las concesiones.
Es por ello que, desde la secretaria de Energía de la Nación, se dictó la Resolución 2057/05, que modifica la Resolución 319/93, ampliando la obligación de suministrar datos con carácter de declaración jurada, agregando lo relacionado con montos de Inversiones.
Esta información debe presentarse en formato anual por parte de cada concesionario en los primeros meses de cada año, con los desagregados que se requieren en los anexos que son descriptos para el caso de inversiones.
En el registro de los datos que se encuentran en la página web de la secretaría de Energía de Nación, http://datos.energia.gob.ar/dataset/inversiones-en-mercado-de-hidrocarburos-upstream, se encuentra la información declarada por cada empresa para los periodos de 2005 hasta 2022.
Lamentablemente, no se pueden encontrar estos datos de períodos anteriores al mencionado, cuestión que sería muy útil a los fines de aquellos análisis que podrían realizarse.
En este sentido, menciono el período de 1990 a 2004, pues en estos años se desarrollaron grandes inversiones en todo el país, fundamentalmente de origen privado. Algunos ejemplos son yacimientos como Loma La Lata, Puesto Hernández y Chihuido de la Sierra Negra, en Neuquén; Cerro Dragón y El Tordillo, en Chubut; Aguarague y Acambuco, en Salta; por citar algunos.
Es importante destacar que se alcanzó la máxima producción de petróleo de origen convencional en 1998, mientras que en gas en 2004.
Retornando a datos de inversiones, citaré en un gráfico los valores que se encuentran en los registros de la secretaria de Energía de la Nación, que surgen de lo declarado por cada compañía operadora.
Los datos extraídos reflejan el monto realizado y con ellos pretendo mostrar la evolución total en el país y el impacto en la Cuenca Neuquina, resaltando cómo fue el desarrollo del no convencional, que en este caso supongo, muy buena porción o total, hacia formación Vaca Muerta.
El destino de los montos invertidos tiene la intención fundamental de obtener producción de petróleo y/o gas, con la aplicación de las mejores técnicas que se encuentren en el mercado.
Estos montos de inversión se recuperan a través de la producción que se obtenga, pero, no olvidemos, que esa producción también debe cubrir impuestos, gastos de operación y mantenimiento, como también otras nuevas inversiones. Además, deben dejar algunos puntos de ganancia para la empresa o el Estado que hizo aportes; se incluye también regalías a los Estados provinciales.
En el período que se analiza, detallo algunos hitos importantes que afectaron en la actividad, desarrollados fundamentalmente en la provincia de Neuquén, impactando en muchos de ellos positivamente en el actual panorama que se tiene, en el que Vaca Muerta es la nueva joya.
Las inversiones en los campos productores son el disparador para otros sectores como el midstream (transporte) y downstream (refinación del petróleo y distribución de gas natural), involucrando alrededor un gran número de otras actividades.
Por este motivo, la actividad requiere de planificación a largo plazo, que asegure rentabilidad y continuidad de inversiones. Se sabe de las intermitencias del precio del petróleo en las bolsas del mundo, como también ahora del gas natural. Creo que eso es suficiente como para tener en cuenta en las próximas décadas, las que se vislumbran tormentosas.
(*) Alex Daniel Horacio Valdez, nació en Zapala, cursó sus estudios primarios y secundarios en colegio Don Bosco de Neuquén capital, Ingeniero Industrial Orientación Química, egresó en la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue. Desde 1986, desarrollo sus actividades en el sector hidrocarburífero de la provincia de Neuquén, participando como representante provincial en la Organización de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI). Desde 2008, fue director provincial de Hidrocarburos de Neuquén hasta noviembre de 2019, como también representante en el directorio de Hidroeléctrica El Chocón S.A, cuyo mandato termino en marzo de 2020.
En la actualidad desarrolla tareas de Asesorías, Capacitación, Consultorías, recientemente asociado a Gas Transition Consultant (GTC), dedicada al sector energético, aportando soluciones en esta etapa de Transición Energética,
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