Gasoducto Norte: por qué el gas de Vaca Muerta no puede llegar a Brasil

Nación inauguró este lunes la primera etapa de la Reversión del Gasoducto Norte. Pero aún hay puntos pendientes para que el fluido se exporte.

Nación reglamentó la reforma petrolera introducida por la Ley Bases, pero dejó interrogantes.

No todo es soplar y hacer botellas, y mucho menos si el punto es abrir un nuevo mercado de exportación para el gas natural de Vaca Muerta como es el brasileño. Y es que pese a la inauguración de la primera etapa de la Reversión del Gasoducto Norte, aún hay una serie de trabas sin solución a la vista para que el fluido de la formación pueda llegar a Brasil.

Contrariamente a lo que se podría pensar, la traba más importante que enfrenta el gas de Vaca Muerta para llegar a Brasil no está en las redes de transporte, en los gasoductos. Sino que se encuentra en el precio del mismo gas, dado que sin un precio acorde no solo no habrá compradores interesados, sino tampoco empresas dispuestas a financiar las obras de ampliación de los caños o sus plantas de compresión.

Esta traba parte de algo que es sencillo de comprender: ¿Les parece razonable exportar el gas de Vaca Muerta a un precio menor que el que pagamos los argentinos por ese mismo gas?

La respuesta no solo cae de madura, sino que además deja en una encerrona política su cambio: ¿Estará dispuesto el gobierno de Javier Milei, con su política de libre comercio, a permitir que el gas se exporte más barato que lo que pagan los usuarios argentinos?

En la industria petrolera se conoce a esto como precio de frontera o precio mínimo de exportación. Se trata de un valor de referencia de base que se fijó en 2020 cuando se lanzó el Plan Gas.Ar, el programa que, por un lado, marcó el aumento de la producción de gas del país que permitió reducir importaciones, y que se centra en contratos con precios fijos que van de 3,50 dólares por millón de BTU en el verano a 4,50 dólares en el invierno.

El acto de inauguración de la reversión fue celebrado por las autoridades nacionales por su impacto en las importaciones.

Estos valores son los que pagan en buena medida hoy los usuarios residenciales de todo el país -con las variaciones de la segmentación- y la generación de energía eléctrica.

Para evitar que las empresas priorizaran las exportaciones y perjudicaran al mercado doméstico con su precio, Nación fijó dentro del Plan Gas.Ar un requisito simple: no se puede exportar a un menor precio que el que se vende en el país. Un piso que se fue modificando y que hoy está además atado al precio del barril de petróleo.

En la práctica, esto hace que el precio del gas ofertado por las petroleras de Vaca Muerta para llevar a Brasil no baje de los 6,50 dólares, e incluso llegue a 9. Un valor al que además hay que sumarle el transporte que en el caso de Bolivia se trata de 2 dólares más.

“El precio mínimo es un problema que hay que resolver porque hoy al sumar todo, a Brasil le termina saliendo más barato, o lo mismo, recibir ese gas como GNL”, explicó el CEO de una de las petroleras con contratos con Brasil.

Pero hay un punto más en este enredo de regulaciones y es que los contratos del Plan Gas.Ar tienen vigencia hasta el 31 de diciembre de 2028, marcando entonces que si el gobierno decide bajar el precio de exportación, dentro del país se seguirá pagando un precio más alto durante los siguientes cuatro años.

Pero como se marcó, los gasoductos en sí son otra limitación para que el gas de Vaca Muerta llegue a Brasil. El especialista boliviano Alvaro Ríos Roca fue claro al respecto, y planteó que “si Argentina quiere exportar gas a Brasil tiene que ser en firme, los 365 días del año”.

Hoy los caños no están en condiciones de permitir eso, ya que con la primera etapa de la reversión sólo se pueden transportar 15 millones de metros cúbicos diarios, con lo cual en el invierno las provincias del Norte Argentino consumirán todo ese gas.

Siete provincias reciben desde esta semana el gas que se extrae en la región.

Para poder tener gas en condición firme hacia Brasil es necesaria no solo la terminación de la etapa 2, que se espera estará en algún momento antes del próximo invierno. Pero aún así, se trata de un volumen reducido, pues suma otros 4 millones de metros cúbicos, llegando a un total máximo de 19.

Si las empresas de Vaca Muerta quieren copar el mercado brasileño deberán ampliar aún más los ductos, ya sea el Gasoducto Norte u otro nuevo. Pero para esto, la base de todo es el precio: sin precio que garantice la venta del gas, no habrá fondos para ampliar ninguna red.

El secretario coordinador de Energía de la Nación, Daniel González, dijo en el acto de inauguración de este lunes de la reversión del Gasoducto Norte que “ésta será posiblemente la última obra que financie el Estado Nacional porque el sector privado ya está dispuesto a invertir en las obras de infraestructura”.


Por ahora, reemplazará importaciones


Si bien el mercado exportador vía Bolivia a Brasil tiene estas trabas -y algunas más como las obras de medición y bombeo que se realizan del lado boliviano- la primera etapa de la Reversión del Gasoducto Norte es un hito histórico en sí mismo.

Los trabajos permiten desde esta semana que el gas de Vaca Muerta llegue hasta todo el norte del país, reemplazando el gas que desde el 2006 se importaba a diario desde Bolivia, y que representa un ahorro en importaciones de hasta 1.000 millones de dólares anuales.

Y esto además con una obra que costará solo 740 millones de dólares y que permitirá reemplazar el gas importado con producción nacional, que genera empleo en la región.


Confianza y envíos permanentes, las claves para sumar un mercado


El exministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual socio director de la firma Gas Energy Latam, Álvaro Ríos Roca, fue muy claro en cuanto a qué necesita el gas de Vaca Muerta para poder sumar el mercado de Brasil a su cartera de clientes.

En primer lugar, sostuvo a Diario RÍO NEGRO que “Brasil necesita gas en firme. No le sirve recibir gas interrumpible, que es cuando le sobra a la Argentina, porque ellos lo destinan a las industrias”.

Este punto no es menor, dado que de momento el Gasoducto Norte no está -aún con la etapa 1 de la reversión- en condiciones de poder asegurar ese tipo de exportaciones los 365 días del año.

Pero además, Ríos Roca marcó que hay un segundo requisito paralelo a los envíos estables, que es ganar la confianza del mercado brasileño. “Hay que convencer al brasileño de que el gas argentino lo van a tener seguro, sin cortes y eso no es fácil”, planteó el exministro boliviano a la vez que recordó que Argentina cortó dos veces los envíos a Chile.


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