Economía circular eólica: conocé la casa hecha dentro de los restos de un aerogenerador
Una empresa energética europea aprovechó la góndola de un aerogenerador para hacer una casa pequeña.
La empresa sueca Vattenfall y el estudio de diseño Superuse aprovecharon una góndola, la parte superior de un aerogenerador, para hacer una minicasa. El primer desarrollo fue construido a partir de un molino eólico que estuvo activo durante 20 años en Austria.
La góndola es la estructura donde se aloja el generador y la caja de engranajes, junto con las instalaciones eléctricas necesarias para su funcionamiento. La utilizada para este proyecto es de cuatro metros de ancho, diez metros de largo y tres metros de alto.
Fue retirada de una turbina V80 de 2 MW, que perteneció al parque eólico austriaco de Gols en 2005. Durante 20 años de plena operación, la turbina produjo 73 GWh de electricidad, lo que equivale al abastecimiento de más de 29.000 hogares durante un año. La góndola estaba a 100 metros de alto.
En el exterior se distingue que la pequeña casa fue en su día parte de una turbina eólica, pero en el interior está completamente equipada con los insumos necesarios para tener cocina, un baño y un living. Además, la casa incorpora tecnología como una bomba de calor, paneles solares y un termotanque solar.
En las próximas décadas, miles de aerogeneradores serán retirados. «La mayoría de las partes de un aerogenerador (la base, la torre, las partes de la caja de cambios y el generador) están hechas de metal u hormigón y, por lo tanto, son fácilmente reciclables», expresaron desde la empresa energética.
«Buscamos formas innovadoras de reutilizar al máximo los materiales de las turbinas usadas y fabricar algo nuevo con las mínimas modificaciones posibles. Así ahorramos materias primas y consumo de energía y garantizamos que estos materiales sigan siendo útiles durante muchos años después de su primera vida útil», marcó el director de innovación de Vattenfall, Thomas Hjort.
La minicasa fue diseñada por Superuse y ejecutada por Blade-Made y Woodwave.
«Hay al menos diez mil de esta generación de góndolas repartidas por todo el mundo. La mayoría de ellas todavía no fueron desmanteladas, lo que ofrece perspectivas y supone un reto. Si una estructura tan compleja como una casa es posible, también existen numerosas soluciones más sencillas y escalables», señaló el socio de Superuse y Blade-Made, Jos de Krieger.
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