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Con el congelamiento de las tarifas, la segmentación encontró su límite

El congelamiento de las tarifas de energía, no anunciado pero implementado al no emitir una resolución oficial con el recálculo de los precios estacionales de la electricidad, le puso un límite de hecho a la segmentación iniciada en julio del 2022.

Implementada tras dos años y medio de internas oficiales, la segmentación contribuyó de manera decisiva a reducir en el equivalente en pesos a unos 1000 millones de dólares los subsidios energéticos en los primeros siete meses del año, de US$ 8000 a US$ 7000 millones, según los datos de Economía & Energía, la consultora que dirige Nicolás Arceo. Asimismo, esta política fue clave para ir cumpliendo objetivos del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), aunque el programa dejó de ser una prioridad a 50 días de las elecciones en la que Sergio Massa se juega su sueño de ser presidente.

No obstante,  la cuenta de subsidios energéticos sigue siendo bastante superior a la de los años previos (en julio fue +22% vs 2020 en términos reales), detalló un informe de Ecolatina.

De acuerdo a la versión de la Secretaría de Energía, el 30% de los hogares quedaron categorizados como Nivel 1 (N1), al tener ingresos o patrimonios «altos», o no haber pedido los subsidios o haber renunciado a ellos; apenas el 15% son N3 o de ingresos medios, entre 1 y 3 canastas de pobreza; y el 55% restante están en el Nivel 2, de ingresos bajos y tarifa social.

Los porcentajes están lejos de ser síntoma de una crisis terminal. En el Gobierno creen que una buena parte de los usuarios N2 mintieron o subdeclararon ingresos y patrimonios para seguir recibiendo los subsidios; por ejemplo, mediante la declaración de titularidad de un jubilado que cobra la mínima, mientras otros integrantes del hogar tienen ingresos suficientes.

Por eso, aseguran fuentes oficiales, la siguiente etapa, a cargo de la subsecretaria de Planeamiento Energético, Cecilia Garibotti, es la de pulir base de datos y retirar subsidios a quienes no les correspondan.


La devaluación y el pase a tarifas


Con cientos de contratos dolarizados, el costo de la devaluación elevó en 11% el precio monómico promedio estimado para los próximos meses. Por eso, al no hacer el pass through a las tarifas, todos los hogares vuelven a tener subsidios, y se amplía el porcentaje de cobertura del Estado nacional sobre los usuarios de menores ingresos, que ya supera el 85%.

Para el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), los subsidios a la electricidad crecerán en $ 70.000 millones -US$ 200 millones- hasta fin de año por encima de lo presupuestado. En términos de Producto Interno Bruto (PIB) representa casi 0,04%, insignificante al lado de la meta de 1,9% de déficit primario fiscal.

La disparidad tarifaria es más notable, como siempre, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), donde un hogar de clase media de la zona de Edenor pagó en julio unos $ 2947 u US$ 11,11 por mes por un consumo de 250 kilovatios-hora (kWh), mientras que el promedio de los últimos años (de 2019 en adelante) es de $5348 y US$ 14, respectivamente. En el mismo sentido, los hogares N1 abonaron $9243 o US$ 34,70, el triple.

«Hasta julio el precio pagado por la demanda cubrió en promedio sólo el 45% del costo de generación eléctrica, por encima del 35% en 2021 y 2022, pero inferior al 55% de 2020, según datos de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa). Además, el guarismo de este año se ubica aún más lejos del de 2019, cuando, luego de sucesivas actualizaciones, se llegó a cubrir cerca del 70% del costo», recordó Ecolatina.

Desde que arrancó la segmentación, los hogares N1 experimentaron aumentos nominales mayores al 500% en apenas un año, mientras que la factura promedio para los usuarios N2 y N3 cayó en términos reales un 25% y 20%, respectivamente, respecto de la pre-segmentación.

Por consiguiente, los usuarios de ingresos medios (N3) y bajos (N2) pagaban apenas el 17% y el 13%, respectivamente, del costo de la generación eléctrica previo a la devaluación, porcentaje que caería a 14% y 12% tras el salto del dólar.


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