Alerta: El gasoducto a Vaca Muerta podría no estar listo para el invierno
La obra clave para el aprovisionamiento de gas registraría un atraso de entre 30 y 45 días. Es por varios factores como la construcción de los caños y el avance de las soldaduras. Además renunció otro funcionario clave de Enarsa.
La obra clave del gobierno nacional para evitar una sangría de divisas en este invierno, el gasoducto Néstor Kirchner que vinculará el corazón de Vaca Muerta con la provincia de Buenos Aires, podría no estar listo para este invierno por una serie de factores que habrían atrasado entre un mes y un mes y medio los trabajos, y en medio de los cuales se habría producido la renuncia de otro funcionario clave para el proyecto.
De acuerdo al artículo publicado por el periodista Hernán Dobry en el sitio especializado Desarrollo Energético, la obra va desde Tratayén en proximidades a Añelo y finaliza en Salliqueló tendría varios problemas, como una demora en la puesta en funcionamiento de la soldadora automática de Río Negro por su calibración.
De acuerdo a las fuentes citadas por el portal esto habría generado un atraso en el avance de los trabajos de soldadura que ya se deberían haber realizado a la fecha.
Otro factor que estaría generando demoras en la obra son los caños de 36 pulgadas. La firma a cargo de los mismos es SIAT, una compañía del Grupo Techint, que debió ampliar considerablemente sus instalaciones para la elaboración en tiempo récord de los caños.
Según publica Desarrollo Energético, una cantidad de esos caños habría llegado hasta las cabeceras de las obras del gasoducto con algún tipo de problema, como marcas en el metal base hasta problemas con la ovalación, generando que deban ser reparados y demorando así la construcción del gasoducto.
Energía On consultó días atrás a las empresas a cargo del grueso de los trabajos, la UTE formada por Techint-Sacde, cuál era el grado de avance de las obras, cuántos kilómetros del gasoducto se habían terminado y cuántos kilómetros de soldaduras se habían realizado.
Pese a lo concreto de las preguntas, desde la UTE se respondió oficialmente que «la construcción viene avanzando según el programa previsto cumpliendo con los hitos y exigentes plazos que tiene la obra», pero el único detalle de avance que dio fue que «estamos a toda marcha desfilando tubos a razón de entre 1500 y 2500 metros por día tanto en el renglón 1 como en el 2, desde ambos extremos de la traza: Neuquén y La Pampa».
Una respuesta llamativa de la UTE que construye el gasoducto
Una respuesta llamativa dado que el «desfile» de los caños no implica que esos metros de ducto estén listos ni soldados, sino que se trata de la simple colocación de los caños a un lado del lugar en donde deberán ir, en algún momento.
«Tuvimos un arranque muy desafiante a nivel logístico con la rápida movilización de más de 1500 equipos clave para el proyecto así como también con el reclutamiento y capacitación de la gente, pero ya contamos con más de 1800 personas trabajando», agregaron desde la UTE empresaria.
La renuncia de otro funcionario clave
Paralelamente a esta situación en el avance de la obra del gasoducto, se conoció también que otro funcionario clave de la empresa estatal a cargo de la obra, Enarsa, habría renunciado a su cargo.
Se trata del gerente de Energía y Gasoductos de Enarsa, Néstor Tassara, quien habría dejado su cargo la semana pasada.
Esta es la segunda renuncia de funcionarios clave para el desarrollo de la obra que se da en la empresa estatal desde el lanzamiento de la construcción del gasoducto, ya que en mayo quien dejó el cargo fue Antonio Pronsato, el titular de la Unidad Ejecutora de la obra que renunció en la víspera de la licitación de la obra clave para que en este invierno Argentina deba importar menos gas.
Con las demoras manifiestas, surge ahora el interrogante de si el gasoducto logrará estar listo para el 20 de junio, el Día de la Bandera, tal como estaba previsto en los pliegos, o si por el contrario, los atrasos harán el nuevo ducto esté terminado hacia fines del invierno, obligando así al gobierno a tener que recurrir nuevamente a costosas importaciones.
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