En Cinco Saltos alertan sobre un edificio abandonado

CINCO SALTOS (ACS).- Los vecinos que deben lidiar con una pared de más de nueve metros de alto que amenaza con caer sobre sus terrenos, le solicitaron al municipio que busque la manera de exigir la demolición del peligroso edificio.

Se trata del ex frigorífico Auca Mahuida, que según información que recabaron los vecinos, habría sido comprado por una firma que luego se declaró en huelga, razón por la cual las decisiones respecto al inmueble están en manos de un juzgado en Buenos Aires.

El 27 de octubre pasado hubo un incendio que terminó con parte del techo del establecimiento abandonado, y el hecho alarmó aún más a los vecinos porque la edificación se tornó más inestable.

Parte de la mampostería, ladrillos en bloque y chapas ya volaron hacia la parte trasera de sus terrenos en días de viento.

El día del incendio, más de tres metros de la parte superior de la pared del frigorífico se desmoronó hacia el lado de adentro del edificio y la pared fue luego apuntalada con troncos para evitar que ante un nuevo siniestro o vientos, se caiga hacia el patio de la familia Avila.

«Estos puntales no nos garantizan que la pared se no se nos va a caer encima, yo hace unos cuatro o cinco años que vengo peleando contra esto, que es un peligro», dijo Vicente Avila.

Alfredo Soto, Hortensia Alonso y Alicia Berola tienen el mismo problema, porque el edificio también linda con la parte de atrás de sus casas. También en sus casas ha caído ladrillos con mampostería.

En una nota elevada al municipio, le solicitaron que antes de que se produzca una desgracia, «gestione a la brevedad posible la demolición», de lo que queda del frigorífico.

La mole de cemento abandonada está ubicada en pleno centro saltense, a dos cuadras de la comuna, en la manzana de Rivadavia y Ameguino entre Don Bosco y 25 de Mayo.

Debido al abandono del ex galpón, en la noche ingresan personas al interior de las cámaras que aún quedan en pie, y de esa manera sospechan que se desató el incendio de la semana pasada.

«Las paredes están en mal estado y las chapas sueltas. Con los vientos, dos chapas ya se cayeron hacia nuestros patios, menos mal que en ese momento no había nadie», dijo Soto.

Su vecina Hortensia planteó que «ahí hay telgopor, alquitrán y no sabemos si queda amoníaco; tememos por todo eso y somos los primeros perjudicados. A la noche entra gente y no sabemos qué puede pasar o qué hacen. El día del incendio nos evacuaron por la peligrosidad que significaba quedarnos en nuestras casas».

En la nota elevada a la municipalidad, solicitaron celeridad en la demolición de las paredes que quedan del frigorífico «ante quien sea el responsable o propietario del inmueble», en tanto destacaron los episodios en los que en sus patios han caído partes de ladrillos con mampostería.