Volvieron las clases, volvió el dolor de espalda
Con el retorno de los niños a las aulas, retornó también una vieja complicación: el tema de la mochila y las complicaciones que genera. Límites de peso recomendados, consejos para distribuir los elementos y algunas alternativas.
La vuelta a clases presenciales implica una readaptación a la rutina. Desde los horarios hasta las actividades, todo vuelve a ser como era (al menos en la mayoría de los casos) antes de la pandemia. Y en ese contexto, también regresó un dolor de cabeza: las mochilas llenas y el dolor de espalda.
Por eso mismo, el Colegio de Kinesiólogos de la Provincia de Buenos Aires (Cokiba) difundió una serie de recomendaciones para evitar que las mochilas le causen dolores y trastornos a niños, niñas y adolescentes en edad escolar; y en ese marco, sugirió que no superen el 15 por ciento del peso corporal de quien la usa, que se reparta la carga en forma simétrica y se lleven colgada de los dos hombros.
Para realizar estas recomendaciones, se realizaron algunos estudios científicos específicos. Y tiene su razón de ser: contando solamente el área de influencia del Cokiba, en la provincia de Buenos Aires, son al menos cinco millones las y los jóvenes afectados por el peso de la mochila. Imaginemos si trasladamos ese número a todo el territorio nacional.
El licenciado Pablo Dolce, kinesiólogo fisiatra (M.P. 2685), explicó que “existe un consenso generalizado sobre el mal uso de las mochilas que podría estar asociado a los dolores de espalda, cuello y hombros”. Al mismo tiempo, el especialista aclaró que esa afirmación siempre va asociada a otros factores “como el sedentarismo, la distancia de traslado y el tiempo que un niño debe recorrer caminando de su casa a la escuela”. En esa misma línea, según explicó, “también influyen el crecimiento acelerado del sistema osteoarticular en la edad pediátrica y cuestiones psicosomáticas”.
El Colegio de Kinesiólogos informó que para el estudio se analizaron varios aspectos de las mochilas: el peso límite, el diseño y la forma de cargársela en la espalda. Al respecto, desde la institución aseguraron que “se recomienda que los niños utilicen una mochila que se adapte a sus condiciones físicas”.
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Pero, ¿de qué hablamos cuando marcamos estos límites? Por ejemplo, de que las mochilas no deberían superar el 15% del peso corporal y deben llevarse colgada de los dos hombros a la vez. Lo mismo respecto a la carga, que tiene que repartirse de manera simétrica. Respecto a ello, los elementos más pesados deberían ubicarse más cerca de la espalda, con los libros como primer elemento a guardar.
Según señaló la investigación, “el peso deberá quedar equidistante entre los hombros y la cintura, repartido homogéneamente entre la columna dorsal y lumbar para evitar compensaciones que alteren la postura y la dinámica de la marcha”. Además, se recomienda que “las tiras de la mochila sean anchas, contorneadas y acolchadas, para reducir la compresión, aportar comodidad y facilitar una mejor distribución del peso a través de los hombros. El respaldo también deberá ser acolchado y firme, para mayor comodidad y protección”.
Entre otras cuestiones, es importante que las mochilas tengan ciertos elementos para facilitar la organización del contenido. Por ejemplo, poseer bolsillos y compartimentos varios, o la correa que se ata a la cintura y permite estabilizar la zona lumbar. O las mochilas con rueditas, que permiten reducir la carga en la espalda durante algunos momentos. Sin embargo, en este sentido, debemos ser estratégicos para no cargarlas con un sobrepeso porque habrá situaciones -escaleras, colectivos, terrenos irregulares o demás- que no nos permitirán aprovechar las ruedas.
También se recomienda revisar diariamente los elementos que serán necesarios esa jornada, de forma que no haya que cargar demasiados libros y elementos innecesarios que solo suman dolores.
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¿Por qué es tan importante tener en cuenta las cuestiones relativas al peso de la espalda? Básicamente, porque el mal uso podría generar inconvenientes varios a los niños, comenzando por requerir un consumo extra de energía y generar una inclinación exagerada del cuerpo hacia adelante o atrás. Esto causaría una tensión en la musculatura de cuello, espalda y hombros; y podría traer contracturas o hasta alguna lesión permanente.
A la investigación de Cokiba se sumaron algunas recomendaciones para combatir las molestias. Por ejemplo, kinesiólogos recomendaron la práctica regular de deporte y actividad física, para aliviar los dolores y fortalecer las zonas afectadas.
Así, no solo es recomendable tratar (en la medida de lo posible) de adquirir mochilas con estas características; sino también revisar siempre el peso de lo que los niños le cargan, explicarles la importancia de cuidarse y cuidar la postura, y siempre alentarlos a prevenir a partir de la actividad física.
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