Violencia infantil, un tema que enciende las alarmas
El crimen de Lucio Dupuy volvió a poner en el centro de la escena una problemática que avanza en todo el mundo.
Violencia infantil, un tema que debería ocupar muchas energías en todos los ámbitos. Gubernamentales, educacionales, sociales. Sin embargo, está invisibilizado hasta que, la noticia de una muerte, como la de Lucio, hace reavivar alguna intención. Comparto la información del proyecto de ley como estudios realizados por UNICEF Argentina.
Desde mi lugar, comparto para que podamos revisar nuestro accionar. Existe la situación de violencia. En nuestras propias casas o en las de vecinos, familiares y/o amigos. Mirar esa realidad, hacernos conscientes es el primer paso para un cambio. Conversar, pedir ayuda son parte de la solución, aunque no es toda. Deben existir y concretarse acciones visibles y efectivas para resguardar a nuestros niños y adolescentes.
El caso de Lucio Dupuy, el niño de 5 años asesinado a golpes por su madre y la pareja de la misma, impulsó la formulación de un proyecto de ley de “Prevención y detección temprana de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes”. La iniciativa que lleva el nombre “Ley Lucio” fue aprobada en la Cámara de Diputados.
La “Ley Lucio” establece la capacitación obligatoria en materia de derechos de la infancia y violencias contra niñas, niños y adolescentes para todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
“Ninguna forma de violencia contra los niños y las niñas es justificable y toda violencia es prevenible”. Este es el mensaje central del Informe Mundial sobre la Violencia contra los Niños y Niñas, el primer estudio global exhaustivo acerca de todas las formas de violencia contra ellos.
El estudio advierte, además, que a pesar de las obligaciones que establecen los instrumentos internacionales de derechos humanos y de las necesidades que el desarrollo adecuado de los niños y niñas requieren, la violencia está socialmente aceptada en todas las regiones y frecuentemente es legal y permitida por el Estado.
La violencia en cualquiera de sus formas es una vulneración de derechos que implica múltiples consecuencias negativas en el bienestar presente y futuro de los niños y adolescentes, perjudicando su salud física y emocional, su desarrollo cognitivo, su autoestima y sus relaciones interpersonales. En el largo plazo, la violencia experimentada durante la niñez se asocia con la depresión, el abuso de alcohol y drogas, la obesidad y los problemas crónicos de salud. En sus formas más extremas, la violencia puede provocar discapacidades, lesiones físicas graves o incluso la muerte.
Un aspecto central de la problemática es que una gran parte de la violencia que sufren los niños y adolescentes ocurre en el ámbito del hogar y la familia, razón por la que en general aún se carece de datos y documentación, y no se denuncia en la medida en que se debería. Es decir, muchas veces la violencia queda invisibilizada. Paradójicamente, los ámbitos que debieran ser de protección, afecto y estímulo para el desarrollo integral, son donde los niños y adolescentes muchas veces sufren agresiones y maltratos.
La violencia contra ellos en el hogar y la familia puede producirse en el contexto de la disciplina -en forma de castigos físicos y psicológicos-, o incluso como abuso sexual, abandono o explotación económica. Los datos a nivel global describen la situación como alarmante.
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En promedio, 6 de cada 10 niños entre 2 y 14 años de edad (aproximadamente 1.000 millones) sufren de manera periódica castigos físicos por parte de sus cuidadores.
En América Latina y el Caribe, alrededor de 6 millones de niños y adolescentes se enfrentan a la violencia, el abuso y el abandono. A este panorama se suma que 80.000 mueren al año como resultado de la violencia que ejercen sobre ellos sus padres y madres.
Los resultados de diversos estudios sobre prevalencia de maltrato infantil en la región estiman que al menos el 51% de los niños y las niñas dicen haber sido víctimas de maltrato en el hogar y hasta un 82% de adultos admiten haber usado alguna forma de violencia física o psicológica contra los niños y adolescentes en el hogar.
En la Argentina, el motivo de ingreso del 44% de los niños y las niñas a los dispositivos del sistema de protección fue la violencia o el maltrato. Si bien la violencia contra niños y adolescentes es una práctica extendida en todos los países, se identifican factores que incrementan su vulnerabilidad. Más aún, algunos niños y niñas están expuestos a varios tipos de violencia provenientes de múltiples fuentes durante su vida.
Por Laura Collavini.-
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