Una dupla inclusiva: tecnología y aprendizaje
El binomio Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y educación se impusieron con mucha fuerza en la pandemia, proponiendo desafíos, pero Carolina Belwon y Romina Vásquez trabajan para que se mantengan unidos y avancen en pos de la inclusión.
Desde la pandemia de Covid-19, las identifican como “Dupla Inclusiva”. Romina Vasquez es licenciada en psicopedagogía, especialista en educación y TIC, y Carolina Belwon profesora de sordos e hipoacúsicos y terapeuta del lenguaje.
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En el año 2020, como respuesta a las necesidades que trajo el aislamiento por Covid a la educación, pensaron la mejor manera de comunicarse a través de las tecnologías y descubrieron un mundo de posibilidades que había que sostener para derribar barreras.
Al inicio de la pandemia, emprendieron talleres Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para sus compañeros de la Escuela especial 22 de Neuquén que fueron muy bien recibidos. La propuesta mediante la plataforma Zoom comenzó a ser demandada y se amplió a las escuelas primarias y jardines del radio escolar.
“Allí pudimos revisar nuestras prácticas, ver cuáles son las barreras que nos limitan en el desenvolvimiento cotidiano. Hoy apuntamos a que el uso de las TIC no se vaya, sino que siga estando para enriquecer las clases, que sean más dinámicas y accesibles, porque al entrar por distintos canales nos permite distinto tipos de aprendizajes”, explica Romina Vasquez.
Cuando todavía reinaba el aislamiento, se les ocurrió crear un canal de Youtube donde subir tutoriales y enseñar, en pocos pasos, a utilizar las herramientas. Así surgió “Recursos para una educación inclusiva”, su canal y sus redes sociales.
Se sumó gente de Salta, Buenos Aires, Córdoba, Tierra del Fuego, Catamarca, Misiones, La Rioja y también de otros países de Latinoamérica. El contenido no solo iba destinado a sus compañeros colegas de la escuela, sino que ampliaron los espacios de manera abierta y gratuita a todo aquel que participaba de procesos inclusivos. Ante la gran demanda, aportaron ideas en otras plataformas como Facebook e Instagram y decidieron continuar solas, sin ser parte de la escuela, porque el tiempo no alcanzaba para todo lo que había para hacer.
“De esta manera nos consolidamos como equipo profesional y empezamos a crecer en redes sociales con el objetivo de favorecer los procesos de inclusión social y educativa de las personas con y sin discapacidad”, cuenta Carolina Belwon. Consideran que al hablar de inclusión no solo se refiere al colectivo de las personas con discapacidad, sino que hay muchos grupos que quedan por fuera de lo considerado “normal” y que es necesario mirar, respetar y dar apoyo a todos los que necesiten.
En los espacios que brindan apuntan a un cambio en la mirada, intentan realizar presentaciones motivadoras que contemplen los diferentes canales de acceso al aprendizaje ya sea visual, auditivo, kinestésico; para de esta manera implementar espacios llevaderos y amenos de aprendizaje. Sostienen un Modelo Social de la discapacidad, que es aquel que evalúa las barreras del entorno, con la esperanza de algún día lograr cambios en la sociedad.
“La inclusión no es una tarea de la “educación especial”, es algo que nos contempla a todos como parte de esta sociedad. Al hablar del uso de las TIC, lo hacemos en líneas generales. Cuando implementamos imágenes de video, no solo le va a servir a ese niño que tiene un diagnóstico que no le permite leer, sino que abre el abanico para que todos los estudiantes se puedan apropiar del contenido. Si no parece que la persona con discapacidad es la única que necesita apoyo y cuando vas al aula ves que la diversidad es tan grande que ese recurso que pensaste para el estudiante en inclusión, le sirve a todos”, subraya la licenciada en psicopedagogía.
Reafirman que el escenario actual muestra que es necesario trabajar en las escuelas con la atención puesta en la diversidad, revisar las propuestas educativas, mejorarlas, trabajar desde un diseño universal que favorezca el acceso a todos y cada uno desde sus posibilidades.
“Los docentes con la pandemia, lograron más apertura y se involucraron más en el uso de la tecnología, porque no había alternativa. Las tecnologías permiten todo, por ejemplo, estudiantes con discapacidades muy severas, pueden de alguna manera comunicar a través de las tecnologías, hay muchísimas herramientas aprovechables, que a veces se desconocen y hay que tomarse el tiempo de explorarlas”, destaca Carolina Belwon.
En los talleres que dan se trata de trabajar sin juzgar, lo que interesa es que las personas se puedan llevar algo, que se interesen y se involucren. El objetivo es ampliar, ver distintos modos de aprender y enseñar. “No debemos hacer foco en la discapacidad, si no, terminamos segregando y sí en la diversidad porque diversos somos todos. Lo aprovechan todos, lo importante es implementar recursos”, destaca la profesional.
Hoy en Facebook tienen más de 11000 seguidores y día a día, la comunidad sigue creciendo. Valoran a aquellos que no se quedan con lo que tienen, sino que se animan a romper con estructuras áulicas para dar la mejor respuesta que pueden a sus estudiantes.
Este año la Universidad Nacional del Comahue brindó su aval para que sus espacios de capacitación estén acreditados con puntaje. En el auditorio del MNBA de Neuquén están hasta hoy con un taller presencial y hay talleres virtuales permanentes. El 18 de abril darán uno en Plaza Huincul y el 2 de mayo otro en Chos Malal. Además, el Concejo Deliberante de Neuquén hace días reconoció su proyecto como “de interés municipal”.
“Estos reconocimientos, nos alegran el corazón, porque esperamos algún día poder trabajar con más tiempo en el proyecto y destinar más visitas a las escuelas, jornadas para poder generar nuevos materiales y capacitaciones. Esperamos seguir creciendo y aprendiendo junto a esta hermosa comunidad”, concluyeron.
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