Un campo de lavandas a orillas del Limay: belleza y salud en Villa Llanquín

Los paisajes paradisíacos de nuestra región. La fauna con sus colores y sus olores. La tranquilidad, el descanso. El cuidado personal, la salud. Y también, por qué no, los sabores. Si hay un lugar que puede juntar todo esto, es el parque “Lavandas del Limay”, un sitio que ocupa toda una hectárea al borde del río Limay, en el paraje Villa Llanquín, a tan solo 30 kilómetros de San Carlos de Bariloche.

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Es un lugar de ensueño, un predio que viste de color azulino durante las diferentes épocas del año, estampando una imagen única e inigualable y llevando la calma total a cada uno de los visitantes. Y es también una apuesta, grande, por parte de una familia que decidió arriesgar.

El parque es de los Signorelli, y es atendido por sus propios dueños. Allí participan Marcelo y Mabel, padres de Cristian que, junto a Maximiliano, se dedican a la producción de estos formidables aceites esenciales hace 9 años, cuando decidieron incursionar en el uso de esta planta. El eje principal del cultivo en el sitio es la lavanda, basado en la búsqueda de “lo saludable”. Además de brindar un área integral donde se realizan diversas actividades por el bienestar, la salud y la belleza, este año la familia aporta un agregado, la “Casa de Té”.

La idea está pensada para que sea un ámbito único y reconfortante para todas las personas que deseen visitar el lugar. Allí pueden pasear y disfrutar, además de una bellísima vista, de una buena infusión “con todo tipo de pastelería derivado de la lavanda”. Es así que próximamente abrirán sus puertas con la invitación a conocer el lugar, y con la intención de brindar este servicio “con la particularidad de ofrecer toda la pastelería a base lavanda, como algo diferencial”, argumentó Cristian.

Si bien no está definido con exactitud el menú a emplear, los dueños remarcan que el servicio de la casa de té estará basado en la lavanda, ya se trate de tortas, pasteles, macarrons o chocolates, entre otras opciones que se irán incorporando sobre la marcha, con novedosas recetas caseras. “La idea es tener un mínimo de tres variedades en repostería combinados en lavanda y vainilla, cheesecake y chocolates”, comentaron; al tiempo que agregaron que “también se podrá disfrutar variedad de bebidas, de infusión de lavanda y de té, algunos blends y hierba de trigo, entre otras”.

La familia cuenta con el aporte y la experiencia de Romina, gastronómica de gran experiencia que hace poco tiempo se sumó a este emprendimiento. Por otra parte, Maximiliano también es chef especialista en gastronomía y alta cocina. Ambos estarán a cargo de la producción de la pastelería, para realizar diferentes recetas caseras y así deleitar los paladares de sus visitantes. Cristian, en cambio, es un gran experto en lavandas, y además de la fabricación de productos de aceites y cosmética, se encarga del acompañamiento en el lugar, asesoramiento e información sobre la lavanda desde la semilla y durante todo el proceso que le da valor.

El predio está destinado al cultivo principal que es de “lavanda intermedia”, pero también cuentan con 14 variedades más de diferentes colores. Entre ellas se encuentran las “lavandas angustifolias” y “stoechas”. Según explicó Cristian, “la lavanda intermedia es una variedad de mezcla, entre dos variedades originales de lavanda, adaptada al sur”.

Cristian argumentó que “la elegimos por sus características de gran porte, gran cantidad de flores, largas varas y porque contiene mayor cantidad de aceite esencial que otras variedades”, y además destacó el acompañamiento por parte de profesionales del INTA en todo este proceso de desarrollo productivo. A eso se suma que tuvieron una importante participación -de hecho, fueron finalistas- en el concurso de emprendedores de Río Negro, realizado en el 2021. “Nuestro principal objetivo es ofrecer productos de calidad, ya que la lavanda se utiliza para la salud, la higiene y la belleza, y no todas las variedades se ajustan para todo”, agregó.

Según cuenta Cristian, todo comenzó allá por el 2014 con apenas 50 plantines de lavandas, con la idea de ver su desarrollo y acompañar además los cuidados en todo el ciclo de la especie, desde la siembra hasta darle el valor agregado. Dicha experiencia resultó ser el puntapié inicial para crear todas las demás plantas restantes.

Entre los productos que ofrecen pueden encontrarse desde flores secas hasta aceites esenciales, pasando por jabones y muchas otras cosas más, siempre a base de lavanda. Un ejemplo es el hidrolato de lavanda ecológico, que suele utilizarse para calmar, revitalizar y reafirmar la piel aportando hidratación y luminosidad. Se trata de un producto apto para todo tipo de pieles, sobre todo aquellas que han sido dañadas por el sol o por otro tipo de afecciones cutáneas. Este producto refresca, purifica y tonifica.

“Es uno de los aceites esenciales más usados en todo el mundo y es por eso que elegimos empezar con lavanda”, expresó el joven a Río Negro. Actualmente tienen unas 4000 plantas de lavandas productivas y además agregaron romero, caléndula y azafrán, como alternativa a esta propuesta. “En Lavandas del Limay creemos que el valor de la sustentabilidad es muy importante, por eso no utilizamos químicos en ninguno de los productos con los cuales trabajamos y si tenemos que incorporar alguno, como ser los envases, buscamos siempre uno que sea reutilizable”, añadió Cristian.

Este lugar mágico, vestido de diferentes azules y violetas, se puede visitar durante todo el año. Se puede hacer durante los fines de semana, en el horario de las 11 y hasta las 18; y en época de temporada, este horario se amplía al igual que los días. Según explicó Cristian, se trata de un espacio para visitar, contemplar y por sobre todo disfrutar. La esencia de estos productos y propuestas es un deleite con todos los activos de la lavanda en sus diferentes formas, despertando los sentidos a través de sus diferentes beneficios.