Plantas autóctonas: Pintar de azul con el “Matorro”

En esta oportunidad, repasamos el famoso “Palo Azul”, que tiene una gran multiplicidad de usos. Adriana Bünzli, profesora de Botánica de la UNCo, repasa algunos consejos y también su historia.

Para continuar con el repaso de las plantas autóctonas de nuestra región, es momento de tratar el conocido “Palo azul” o “matorro azul”; muchas veces también llamado “matorro negro”, “tupis” o “tusillo”. Los ranqueles de La Pampa lo llamaban “kalvu-mamül” (Steibel, 1997), y su nombre científico es Cyclolepis genistoides. Pertenece, igual que el “botón de oro” o “melosa”, a la familia Asteraceae.


Actualmente, esta especie se encuentra en peligro de extinción por la deforestación de su hábitat natural. Es una de las tantas plantas que se adapta a los suelos duros, y ha sido utilizada por los aborígenes nativos como medicina a lo largo de los siglos.

Una de las características que más llama la atención de esta especie silvestre son sus tallos, que ante el contacto con el agua, inmediatamente toman una coloración azul. La profesora de Botánica de la UNCo, Adriana Bünzli, nos explica que esta especie nativa es “muy rica no solo en su belleza natural, sino también por sus muchas propiedades y usos”.

El palo azul es un arbusto de 1 a 2,5 metros de altura, densamente ramoso. Los tallos son estriados y con ramas rígidas, casi perpendiculares a los tallos, más o menos espinescentes; es decir, con forma de espina. “Las hojas se muestran densas, alternas, fácilmente caducas, oblongo-lanceoladas y con las láminas foliares enteras. Además, se observan cubiertas en ambas caras de pelos incoloros”, afirma Bünzli.

Según explica la experta, esta especie se distribuye por la zona central de Argentina hasta Paraguay y se extiende desde el Chaco paraguayo hasta el norte de la Patagonia. Es característica de los márgenes de las salinas y de los ríos salados; y forma con frecuencia consociaciones, es decir, agrupaciones de asociaciones de plantas muy densas. Habita hasta los 3000 metros sobre el nivel del mar.

Algunas de las ramas rígidas con espinas del Matorro.


Las flores se muestran de una gama de color amarillentas, dando su floración en septiembre y octubre. Estas se agrupan en capítulos, como las margaritas, densamente bracteolados (con muchas brácteas, hojas cercanas a la inflorescencia).

En cuanto a sus frutos se presentan en forma de cipselas (frutos como el del “girasol” y el “botón de oro”) cilíndricos y pubescentes (con pelos), de 3 milímetros aproximadamente. Presenta papus (pelos que acompañan al fruto como en el panadero del “diente de león” y como en la planta nativa “olivillo”) amarillento, formado por numerosos pelos sencillos de 10 milímetros.

Según la bibliografía de Toursarkissian, “M. Plantas medicinales de la Argentina” (Bs. As. Ed. H. Sur.1980) y Ratera, E y Ratera, M. “Plantas de la Flora Argentina empleadas en Medicina Popular” (Ed. Hemisferio Sur 1980), podemos advertir los distintos usos que en algún momento se le brindó a esta planta.

• Se usa como colorante azul. La característica de esta planta es que una vez que se introducen los tallos en el agua, inmediatamente toma una coloración azul.

• Proporciona leña y madera para fabricar instrumentos diversos: cabos de rebenques y husos de hilar, entre otros.


• Los ranqueles la utilizaban para “calzar” los jagüeles, para obtener agua de mejor calidad. Los jagüeles (rengangko) son pozos cavados a pala para la provisión de agua, sus paredes son revestidas con maderas para evitar que se derrumben. Es un recurso forrajero de emergencia y ocupa zonas salinas.

• Es muy ramoneado por guanacos, maras, zorros entre otras especies.

• Los ranqueles de La Pampa lo consideraban diurético.

• El Palo azul o Cyclolepis genistoides es una planta medicinal con excelentes propiedades terapéuticas .

• Empleado para eliminar el ácido úrico y combate y previene los dolores articulares y el colesterol.


• Esta planta también se emplea para reumatismo, artritis, lumbago, ciática y gota.

• Previene los cólicos renales y hepáticos.

• Es reputada como especie medicinal muy empleada como depurativo por excelencia; contra las impurezas de la sangre, herpes, forunculosis, acné, etc.

• Uso oftálmico.

• Las infusiones de sus ramas que resultan en un líquido de color azul se usan contra las enfermedades crónicas de reumatismo y en los casos de reumatismo deformante.

• Calmante de dolores de huesos producidos por golpes.

• Combinado con agua de Verónica alivia la tensión muscular.


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