La protección de los más pequeños: ya se aplican vacunas contra el Covid desde los seis meses
Llegaron 9.600 dosis a Neuquén y otro tanto a Río Negro. Desde ayer, se aplican dosis de la vacuna contra el coronavirus para los niños a partir de los 6 meses de edad en Neuquén. La opinión de los infectólogos de la Sociedad Pediátrica Argentina.
Infectólogos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) señalaron que la vacuna contra el coronavirus del laboratorio Moderna para la población a partir de los seis meses de vida “es segura” y “contribuye a reducir la circulación del virus”, lo que “protege la socialización en general y la presencialidad escolar”. Estas vacunas arribaron ayer lunes a la región, y desde hoy ya se aplican en Neuquén; mientras que en Río Negro comenzarán a aplicarse recién a partir del jueves.
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“Considero que la posibilidad de vacunar a los niños desde los seis meses hasta los tres años es una muy buena noticia, ya que eran los que todavía no podíamos proteger”, dijo Omar Tabacco, médico infectólogo y expresidente de la SAP. El especialista destacó la importancia de la vacunación “en todo el rango pediátrico” por tres razones: contribuye a la protección de los niños, aumenta la inmunidad colectiva ya que disminuye la circulación del virus y la posible aparición de nuevas variantes, y “es una forma de promover y proteger la socialización en general y la presencialidad escolar en particular”. Además de los bebés a partir de los seis meses y hasta los dos años, 11 meses y 29 días a quienes se les dará el esquema primario de dos dosis, la campaña incluye una aplicación de refuerzo para los niños de tres y cuatro años que hayan recibido previamente el esquema del laboratorio Sinopharm.
Tabacco aseguró que la dosis producida por el laboratorio Moderna “está aprobada por los entes vacunatorios: la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) en Argentina, y la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) en Estados Unidos, que valoraron la eficacia y seguridad del inmunizante. Es importante transmitir a los padres eso”, insistió.
“Con la vacunación hemos logrado controlar la peor cara de la pandemia, que hoy forma parte de un virus estacional más; puede haber nuevos casos pero sin que esto de alguna forma se traslade a un índice importante de internación o fallecimientos”, continuó el especialista. Y agregó que esta situación “es lo que le pedimos a las vacunas, que nos protegen de las formas más graves de la enfermedad”.
Por su parte, la infectóloga pediatra Elizabeth Bogdanowicz sostuvo que “si bien el virus es menos grave en la población pediátrica, no deja de ser una enfermedad que puede llegar a tener relevancia”; y agregó que está descrito “que los chicos menores de un año pueden tener enfermedad significativa y también pueden provocar complicaciones de lo que se llama Covid prolongado o síndrome post Covid”. “La vacuna ayuda no solo a reducir el impacto que puede tener (el virus) en la circulación de la comunidad”, sino también para “cuidar la salud de los más pequeños”, sumó.
En cuanto a los síntomas posvacunación, indicó que puede manifestarse dolor y sensación de picazón en el sitio de aplicación, fiebre, decaimiento e inflamación de los ganglios. “Todas las vacunas pueden tener reacciones secundarias, aún las del calendario, y no por ello dejamos de aplicarlas”, dijo y detalló que “la experiencia ha demostrado que las vacunas son muy seguras”.
En paralelo, la infectóloga e investigadora clínica Ana Ceballos -miembro de la SAP de la provincia de Córdoba- remarcó la importancia de la vacunación ya que “aunque no tengan factores de riesgo, los niños pueden infectarse, enfermarse severamente y tener secuelas”. De esta forma, la vacuna colabora a la prevención ya que al haber “una mayor población vacunada, menos posibilidad le damos al virus que circule, evitamos que los niños se enfermen y que contagien a quienes no se vacunaron”.
A su vez, precisó que la dosis de Moderna “es una vacuna ARN mensajero que genera muy buena respuesta inmune” y precisó que fue producida por una empresa “experta en el desarrollo de vacunas”. La especialista también disipó dudas sobre los efectos adversos, al afirmar que las dosis “no llegan al mercado sin estudios previos, que en este caso se hicieron en Canadá y Estados Unidos siguiendo distintas fases” y dijo que “nunca se dejan de controlar los efectos secundarios en las investigaciones”.
El esquema de la vacuna de Moderna se aplica con dos dosis para las niñas y niños desde los seis meses hasta los dos años, 11 meses y 29 días, con un intervalo de cuatro semanas entre ambas. La única diferencia que tiene la vacuna para el grupo etario más joven “es que la formulación tiene menos miligramos que la que se usa en los mayores de 12 años”, señaló Ceballos.
Las vacunas de Moderna también serán incoculadas como refuerzo para la población de tres y cuatro años que haya completado su esquema de dos dosis de Sinopharm, transcurridos 120 días de la última. Por otro lado, para los bebés y niños inmunocomprometidos “se recomienda una dosis adicional a los 28 días, pero esto ya es con indicación médica”, especificó la infectóloga, quien destacó que las demás vacunas del calendario nacional “podrán coadministrarse junto con la de Moderna”. Al respecto, agregó que “no existe un intervalo de tiempo entre las dosis de distintas vacunas”.
Por último, la especialista sostuvo que los estudios en adultos de la vacuna “han mostrado su eficacia en los niveles de anticuerpos y que no generan, en la mayoría, efectos secundarios severos”, motivo por el cual llamó a “seguir vacunando para aumentar la barrera epidemiológica”.
Una prevención para otros síndromes
El síndrome inflamatorio multisistémico, una afección que ocurre mayormente entre los tres y los 12 años después de haber padecido la infección por coronavirus, “también fue descrito en bebés”, y la prevención es través de “la vacunación”, dijo Bogdanowicz. “Se cree que lo que ocurre es que se desarrolla una respuesta inmunitaria excesiva en la que el Covid mantiene los fenómenos inflamatorios locales”, añadió.
A su vez, añadió que esto genera que “algunas células inflamadas se transformen en superantígenos y se responda a ese estímulo inmunológico de una manera muy importante”. De este modo, la infectóloga destacó que la “forma de prevención” de este síndrome es a través de “la vacunación”. En tanto, si bien la edad promedio de aparición de este síntoma es entre los tres y los 12 años, “también fue descrito en bebés”, señaló la especialista.
Según los últimos datos del Ministerio de Salud en su informe de Niñez, Adolescencia y Covid-19 de la semana 11 de 2022, hubo 226 casos confirmados de este síndrome, ya sea a través de laboratorio o por criterio clínico-epidemiológico, en el que pueden presentarse “un conjunto de signos y síntomas variados”.
Entre ellos, Bogdanowicz destacó la fiebre que se mantiene por más de 24 horas, síntomas intestinales, como dolor abdominal, diarrea y vómitos; erupciones en la piel, taquicardia y aceleración de la respiración. Asimismo, se puede presentar enrojecimiento de ojos y boca, hinchazón en las manos y los pies e inflamación del músculo cardíaco, lo que puede provocar “miocarditis o pericarditis”.
Por este motivo, destacó que si el niño “tiene evidencias de que le baja la presión y que tiene problemas para respirar, se asume que el cuadro puede ser severo”. En estos casos “es necesario modular la respuesta inmune suministrando gammaglobulina endovenosa desde el punto de vista hemodinámico y monitoreando a estos chicos en unidades críticas”, precisó.
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