La fuerza de la naturaleza
Carolina Albrecht es una joven artesana que combina los beneficios de las plantas y la Farmacia para crear productos naturales de calidad en Aluminé. Cómo surgió este emprendimiento y qué los diferencia de otros similares.
Carolina Albrecht (21) es una emprendedora y artesana que busca aprovechar los beneficios de las plantas, con su sentido ancestral, creando productos de cosmética natural y medicinal en Aluminé.
El sol, principal enemigo de la juventud
La conocimos en una de las tantas ferias que se realizan en esta ciudad neuquina, donde se destacaba por su pasión e interés por compartir su hacer, más allá de la posible venta.
Ella es parte de un movimiento que ha emergido ya hace tiempo en nuestro cordillera que converge en el turismo de bienestar, donde todos intentamos encontrar algo que nos haga bien en todos los planos de la vida. Carolina encuadra perfecto en esta ola que se cultiva en Aluminé.
Nació en Lanús, provincia de Buenos Aires y llegó a estas tierras 14 años atrás junto a su familia, que buscaba “el entorno natural que acompañara nuestras ganas de llevar a cabo un estilo de vida diferente al que teníamos en la ciudad”. Y lo encontraron. En su momento, “mi madre, Lorena Apraiz, comenzó con el reconocimiento de las plantas de la zona, formándose en el tema a través de cursos, estudio de medicina natural y aprendiendo a extraer los principios activos de las plantas a través de tinturas madre y aceites. Su intención era combinar este conocimiento con su profesión (psicofísica) para poder cerrar un círculo entre el tratamiento de las emociones y el cuerpo”, relata. Todo este conocimiento se lo legaría cuando Caro tenía 19 años. En este momento hacía un año que ella estaba viviendo en Neuquén Capital, cursando la carrera de Técnica en Farmacia. “Comencé a estudiar en el 2019 motivada por esa búsqueda que tenía desde pequeña por unir mi pasión por la química y la matemática con mi otra pasión que son las plantas y su capacidad de sanar”.
Fue en el 2020, en plena pandemia, “cuando comenzamos nuestro emprendimiento, Anki, juntando el conocimiento de mi madre y el mío -un mix entre el estudio de farmacia y de cosmética natural y ayurveda- Esto me permitió la elaboración de las fórmulas de los productos que realizamos”, agrega. Carolina siempre tuvo claro que no quería ser parte de la venta de medicación y productos industriales, que para eso no había estudiado Farmacia. “Es así que empecé a crear productos totalmente naturales y con los mejores beneficios para la gente”.
A partir de ese momento junto a su madre iniciaron la elaboración de cremas, ungüentos, jabones sólidos y líquidos, tinturas madre, shampoo y acondicionador sólido, aceites, agua micelar, espuma de limpieza, sérum, contorno de ojos, sales de baño, exfoliante, bálsamo labial, desodorante, pasta dental, preparados a pedido para diferentes problemáticas, entre otros productos. Tienen clientela local y en todo el país a través de revendedoras. “La intención de siempre y que actualmente llevamos a cabo fue la utilización de las plantas medicinales de la zona mediante su recolección responsable y respetuosa, plantas que producimos nosotras y otras que adquirimos de zonas cercanas”, dice.
Además de las plantas utilizan otras materias primas provenientes de Ecuador y Colombia (tensioactivos, aceites, mantecas y aceites esenciales). También recurren a otras materias primas como arcilla local y cera de abejas de productores locales. “Casi todos nuestros productos son veganos, excepto algunos que contienen cera de abejas. Todos son totalmente naturales y sustentables. No nos basamos en modas o tendencias. Nuestra intencion de brindar productos de calidad y el aprovechamiento de lo que nos brinda la naturaleza”, expresa.
Por esa razón es que “nuestros productos se destacan sobre todo por las técnicas de extracción y utilización de principios activos que llevamos a cabo, con mucha dedicación y amor”. Todo el proceso, desde la recolección de las plantas hasta la elaboración de etiquetas, es artesanal.
“Para nosotras es muy valioso que todos puedan acceder a nuestros productos y sacarle el mayor provecho, con la certeza de que estamos aportando un granito de arena, sin dañar el espacio hermoso en el que vivimos”, concluye Carolina. Se la puede encontrar en sus redes sociales, en las ferias que se hacen en Aluminé y alrededores y también todos los días en el gran salón de la Feria de Producción Artesanal, en el casco céntrico, frente al río Aluminé.
Filosofía & Comercio
Carolina Albrecht tiene algunas cuestiones bien claras a la hora de ser emprendedora:
– Pensar primero en personas antes que en consumidores.
– Desarrollar perspectivas holísticas a la hora de innovar y crear.
– Trabajar colectiva y transdisciplinariamente.
Ya se palpa y vive el convencimiento de la importancia en el consumo de lo cercano, lo conocido y próximo. El consumo local favorece la economía local.
Reducir la huella ambiental y animar el consumo responsable, solidario y circular.
Hay una clientela hoy más solidaria y consciente con el territorio.
Se crean circuitos cortos entre el origen y el destino.
Diseño más consciente
En el emprendimiento de Carolina Albrecht convergen claramente varias tendencias en boga, como por ejemplo la del diseño más consciente de los productos, que representan un compromiso más firme con el medioambiente, con implicancia emocional para el usuario.
Es así como podemos ver en este tipo de diseño un respeto por la cultura del origen de los materiales, técnicas y tecnologías.
Se presta más atención a los materiales, a cuántas y qué vidas puede tener un producto, a la calidad percibida no solo en el plano tangible sino también emocional.
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