Injertos en rosales, el arte de la precisión exquisita
El técnico agrónomo Francisco Muñoz explica los distintos procedimientos para poder realizar esta precisa y delicada tarea que no sólo permite que existan nuevas variedades sino lograr una perfecta simbiosis.
Indudablemente, las rosas son una de las flores más hermosas que existen. A lo largo de la historia fue una notable fuente de inspiración en grandes obras de artes y literatura, dueña de una delicada belleza formada por cada uno de sus perfumados pétalos. En la actualidad existen una amplia variedad de rosales que se diferencian por la forma de sus pétalos, tallos, tamaños y aromas.
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En primer lugar debemos saber que los rosales son arbustos o trepadoras, y hay algunas colgantes. Por lo general los rosales son espinosos, y suelen alcanzar entre 2 a 5 metros de altura. En algunas variedades de trepadoras pueden llegar a los 20 metros. Tienen tallos semileñosos, casi siempre erectos, algunos de textura rugosa y escamosa, y pertenecen a las Rosaceae.
En esta ocasión, consultamos al técnico agrónomo Francisco Muñoz, de Roca, especializado en injertos, que es la técnica de unir dos especies para lograr una nueva. Muñoz define esta tarea como un arte.
“Con la navaja, se realiza un corte manual en un patrón o porta injerto verde, en diferentes épocas y de manera precisa y exquisita; y cada injerto tiene una técnica diferente, con distinta navaja. Un injerto bien realizado permite que los vasos cambiales, limber y corteza formen una perfecta unión de vida en simbiosis, para que la soldadura solo deje ver una cicatriz perfecta”, dice.
Según el experto, “un injertador es un cirujano y debe tener técnica, precisión, higiene, manejo de la madera y demás”. El injerto es una técnica conocida desde la Antigüedad. Esta delicada tarea se realiza en forma manual. Muñoz asegura que “la navaja, de hoja firme y bien filosa, permite un corte preciso y sin dañar los tejidos de la planta, para realizarlo se utilizara la técnica de injerto de yema despierta».
Procedimiento
Como primer paso se selecciona el material a utilizar. Generalmente en los injertos de rosas o rosa mosqueta, se debe tener fecha de cada injerto a realizar. Por ejemplo, la yema va del 15 de noviembre hasta culminado enero. Para ejecutar el injerto, se debe sacar la yema de la variedad. El proceso requiere de quitar la corteza de la yema. En el pie se hace una “T” invertida el primer corte recto y el segundo corte hacia arriba. Luego se introducirá la yema de abajo hacia arriba, que el cabo de la hoja quede mostrando la yema. El encintado se realizará desde abajo con culminación hacia arriba, el nudo será un medio bozal firme.
Después de 7 días, se corta la planta donde se realizó el injerto y se libera el injerto solo la parte de abajo dejando al descubierto la yema. A los 15 días se observará el injerto brotado. Vale recordar que los injertos son cirugías y requieren muchos cuidados y atención.
Tipos de injertos
Injerto de yema o escudete: consiste en colocar entre la corteza y la madera de un patrón, un trozo de corteza vivo, sin madera, a manera de escudo, provisto de una yema. Por su buen rendimiento de ejecución y alto porcentaje de prendimiento, se aplica en casi todas las especies frutales, siendo pocas las que no lo admiten.
Este tipo de injerto se puede realizar en dos periodos distintos. Con la yema dormida se realiza en los meses de febrero a marzo. Se dice a ‘’yema dormida’’ porque la misma produce el callo con el pie y transcurre de esta manera, el estado recesivo o inactivo, eclosionando en la primavera siguiente. Con la yema despierta se realiza en los meses de diciembre a enero, y se la llama así porque la misma forma el callo y eclosiona en el mismo periodo en que se llevó a cabo la operación.
“En nuestra zona del Alto Valle de Río Negro y Neuquén, no es muy conveniente injertar en esta época”, indica Muñoz, ya que las heladas otoñales ocurren cuando los injertos están en crecimiento activo, aun sin lignificar completamente y los queman. En cuanto a las “técnicas de ejecución”, sobre un portainjerto de 0,5 a 2,5 centímetros de diámetro y a unos 10 a 15 centímetros del cuello, se realiza con la navaja, un corte transversal de aproximadamente 1 centímetro.
Luego, de abajo hacia arriba y con la navaja lo mas plana posible, se hace un corte longitudinal de unos 2 a 2,5 cm., hasta unirse con el corte anteriormente realizado, quedando formado de esta manera, un corte en forma de ‘’T’’, indica Muñoz. Posteriormente se toma la rama con yemas y se procede a sacar una de ellas de la siguiente manera: se realiza un corte transversal en la ramita, aproximadamente a 1 cm. por encima de la yema. A una distancia de 1,5 a 2 cm. por debajo de la yema, se coloca la navaja de injertar y se hace una incisión hasta que llegue al corte que se ha hecho anteriormente. Cuando la navaja llega al nivel de la yema, se profundiza un poquito el corte de la madera. Una vez obtenido el escudete, se le saca el trocito de madera incluida en él, explica el profesor. Al realizar este último paso se tendrá la precaución de no sacar la base de la yema que constituye la parte vital.
Para realizar la envoltura, el profesional indica que se toma una porción de la extremidad del elemento para atar y se la asienta en el tallo del mismo lado del injerto, a 1 centímetro aproximadamente, del extremo inferior de la inserción y sin soltarla se le da una vuelta alrededor del tallo de manera que quede apretado. Luego se continúa envolviendo el tallo hasta llegar a la yema, la cual debe quedar al descubierto, terminando la envoltura por encima de la yema, de la siguiente manera: sin apretar la última vuelta de la atadura, se pasa por debajo de la cinta la punta y se tira para que ajuste el nudo contra el tallo. Es preferible asegurar la envoltura haciendo dos nudos terminales de la misma forma. En primavera, cuando el brote tenga unos 15 cm. de longitud, se suprime el resto del patrón (tira savia) realizando un corte perfecto por encima del nacimiento del brote de la variedad injertada. Con mastic se cubre el corte. Este tipo de injerto es recomendable hacerlo en dirección oeste; el viento predominante en esta zona hace desarrollar el injerto bien derecho.
Injerto de corona: consiste en colocar una o más púas, convenientemente preparadas, entre la corteza y la madera del patrón. Este tipo de injerto tiene mucha aplicación en frutales adultos, sobre todo en manzanos, perales y cerezos, que se desean cambiar de variedad. “La época oportuna de realizar la operación es en el momento de floración del frutal a injertar”, aclara el experto, “y se puede realizar desde fines de septiembre, en cuanto comienza a despegar bien la corteza hasta los primeros días de noviembre”.
Para este tipo de injertación es necesario hacer una púa en forma de cuña que se realiza de la siguiente manera: en el lugar más uniforme y sin accidentes se realiza un corte plano, recto y algo en bisel hacia el extremo inferior de la púa. Sobre el lado opuesto, se hace un corte similar, pero con cierta inclinación hacia la parte posterior de la púa y con un bisel tal que se forme una cuña con ambos cortes. La cuña será de 3 a 5 cm. dependiendo del grosor del material utilizado.
Al patrón se lo corta bien derecho y en forma perpendicular a la inclinación de la rama. Se realiza un pequeño corte en el patrón en un lugar en lo posible parejo que permita que la púa tenga un asiento perfecto. Se procede a realizar el atado de la púa con hilo firme en lo posible de tela que permita degradarse. Se pinta con pintura (látex fibrado) la zona y en las puntas de las púas cubriendo todo el tronco para que el injerto no tome aire.
Las recomendaciones para esta práctica, según Muñoz, son:
-Cortar la planta 30 días antes de injertar para permitir mejor manejo al momento de la injertación.
-Regar antes y después de la injertación. Controlar que la corteza despegue en un 70% o el 100%.
-Cortar a la altura que se realizara el injerto
-Limpiar la zona que se realizo el corte con la motosierra con la navaja
-Revisar que el material este en un perfecto estado
-Cortar el material con 5 yemas evitando las paradas de crecimientos o anillos
-Mantener las púas húmedas y frescas (no en recipientes con agua con hielo)
-Es importante que se rieguen 2 o 3 veces a la semana
-No desbrotar hasta que los brotes de los injertos tengan 60 cm. o más colocarle un tutor o atar al primer alambre.
Injerto inglés doble lengüeta: “Entre todos los injertos de púa es sin duda alguna, el más importante, por la facilidad y perfección de la soldadura”, señala Muñoz y además agrega que “es ventajoso por la época en que se realiza en los meses de julio, agosto, es la época ideal siendo un injerto de mesa”. En los perales y manzana, proporciona muy buenos resultados pudiéndose injertar los patrones (porta injerto) de mesa para luego plantarlos en vivero. Es importante que el material sea de 0,5 a 0,8 cm. de diámetro de espesor.
En cuanto a la técnica de ejecución es necesario hacer primero un corte a bisel pronunciado en el patrón, con la navaja bien afilada y otro en la púa, este debe ser lo más similar posible y 2,5 a 3 cm. de largo. En cortes más largo son para materiales más gruesos. En cada una de las superficies se hace una incisión (lengüeta) en sentido opuesto – aclara – esta se inicia hacia abajo cerca del tercio superior de la punta de la superficie cortada y debe hacerse como de la mitad de la longitud del primero, o se a, 1 a 1,5 cm.
La púa se deja con 3 yemas. Se inserta patrón e injerto con las lengüetas entrelazadas. Es muy importante que coincidan las zonas de cambium una vez que se ha acomodado el patrón y la púa. Para mantenerlo bien unido hasta que las partes hayan soldado se envuelve con alguna cinta plástica la zona injertada en forma apretada. Es necesario cubrir la punta con pintura o mastic (cera preparada) componente de la preparación: resina, aceite de lino, cera virgen y grasa vacuna o de cerdo.
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