Incontinencia urinaria, la incomodidad de la que no se habla
Hoy es el Día mundial de la Incontinencia, un mal que afecta a 1 de cada 4 mujeres en Argentina. Ejercicios para prevenir, reducir y a veces hasta solucionar el problema.
Cuando se habla de Incontinencia Urinaria, instantáneamente se suele asociar a mujeres de mediana edad o de edad avanzada. Pero lo cierto es que puede ocurrirle a cualquiera y además, se puede mejorar o curar.
Alrededor del mundo, existen 400 millones de mujeres de todas las edades que atraviesan esta situación y, la mitad, lo ocultan. En Argentina particularmente, 1 de cada 4 mujeres después de los 40 años tiene incontinencia urinaria. Además, el 43% usan toallitas femeninas, que no siempre tienen control de olores, o pueden resultar insuficientes para cubrir los escapes de pis.
Un ejemplo de que la incontinencia se puede presentar en diferentes casos es el de las deportistas. Aunque son escasos los estudios que han abordado este fenómeno, se estima que entre el 25% y el 28% de las mujeres jóvenes que hacen ejercicio de alto impacto se enfrentarán a problemas de pérdidas de orina.
«La incontinencia de orina produce mucha angustia en los pacientes, afecta social y psicológicamente a la persona que lo padece y es mucha la gente que no se trata por vergüenza o desconocimiento», aseguró a Télam Marita Motta, miembro también de la Sociedad Kinésica Argentina de Pelvipereonología (SOKAP) y del Colegio de Kinesiólogos de la provincia de Buenos Aires (CoKiBA). «Muchos de los afectados, por pudor o desconocimiento, no siguen el tratamiento médico kinesiológico que permite la reeducación del piso pélvico y una notable mejora de la enfermedad. Ante casos graves, existen cirugías y tratamientos de rehabilitación», agregó.
La fuga involuntaria de orina puede darse ante cualquier esfuerzo como toser, estornudar, levantar peso y micción nocturna. Sucede, en general porque los músculos que controlan el paso de la orina funcionan mal y eso también provoca o está asociado con algunas disfunciones sexuales.
Motta detalló que el piso pélvico está compuesto por músculos y ligamentos ubicados en la cavidad abdominal y pélvica que sostienen al útero, vejiga, recto y que cumplen diferentes funciones.
Cuando esta estructura se altera por debilidad muscular o alteraciones funcionales, puede ocurrir incontinencia urinaria, fecal, dolor abdominal o disfunción sexual.
Para otras mujeres jóvenes, el problema puede ser hereditario, ya sea a causa de los músculos débiles del suelo pélvico o de una uretra defectuosa. En estos casos, es recomendable que las mujeres exploren otras opciones, como aprender a hacer los ejercicios de Kegel. Además, algunas mujeres también pueden experimentar estos problemas debido a la obesidad o el tabaquismo.
Los ejercicios Kegel y las alternativas
Sara Gottfried, ginecóloga entrenada y certificada por la junta de Harvard y autora de The Hormone Cure, se dedica a enseñar a las mujeres cómo hacer el ejercicio de Kegel como una manera de fortalecer el suelo pélvico que ayuda a prevenir, reducir, y a veces incluso eliminar la incontinencia. Sin embargo, en base a su experiencia, descubrió que los Kegel “pueden ser difíciles de integrar en la vida o sentir que valen la pena» y, en línea con esto, sugirió una alternativa: Mula Bandha, un ejercicio practicado en yoga.
¿Cómo realizarlo?
1. Siéntese o párese cómodamente lejos de las distracciones. (Ponga un temporizador para cinco minutos.)
2. Respire hondo una vez y cuente hasta cinco. Mientras inhala, levante y sostenga suavemente los músculos del piso pélvico un poco más arriba con cada conteo (como subir un piso a la vez en un ascensor imaginario).
a. Conteo 1: empiece a inhalar y levante un poco el suelo pélvico.
b. Conteo 2: continúe inhalando y levante el piso pélvico un poco más alto.
c. Conteo 3: continúe inhalando y levántese al tercer piso de su ascensor imaginario.
d. Conteo 4: continúe inhalando y eleve el piso pélvico a otro nivel.
e. Conteo 5: complete su inhalación profunda en los lóbulos inferiores de sus pulmones mientras eleva los músculos del piso pélvico a su posición más alta.
3. Exhale contando hasta cinco. Con cada conteo de uno a cinco, suelte su piso pélvico un poco (como si bajara un piso de un elevador con cada conteo) hasta que el piso pélvico vuelva a su posición normal a la cuenta de cinco, momento en el cual habrá exhalado completamente.
4. Repita por cinco minutos dos veces al día. (Sólo toma cinco minutos. Cuanto más tiempo, mejor. Sin embargo, la frecuencia y la consistencia sí importan.)
Fuente: Kimberly-Clark y Télam
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