Historias de la meseta: la cabeza barbada y la piedra templaria
La naturaleza depara estas cosas: misterios asombrosos, enigmas sin respuesta, curiosidades que vienen desde el fin de los tiempos.
Por Jorge Castañeda (Escritor/Valcheta)
En la misma Patagonia se han realizado hallazgos que sorprenden por lo fantástico e inexplicable. Por ejemplo, la piedra azul de Calfulcurá, la cabeza barbada de la meseta la meseta de Somuncurá, los restos de fogones y utensilios en la misma que datan de 13.000 años, las grandes ollas de cobre en la costa del océano en la Península de Valdes, la piedra templaria de Valcheta y muchos misterios insondables a los que todavía la ciencia no encuentra explicación.
Se abren miles de interrogantes e interpretaciones de todo tipo y calibre, desde las más racionales hasta las más descabelladas.
Verbigracia: Tornillos incrustados en rocas de 300 millones de años; otro artefacto de hierro también con forma de tornillo dentro de un meteorito hallado en Rusia; una curiosa piedra con pequeños hombrecitos en su superficie.
Faltaría hoy otro Charles Fort, autor del famoso “Libro de los condenados”, para agregar estas nuevas curiosidades que sorprenden y que parecen interrogarnos desde un pasado remoto y legendario.
¿Quién talló la cabeza barbada en la ladera de un cerro en plena meseta de Somuncurá?
¿Qué hacía enterrada en cercanías de Valcheta un gran bloque de basalto donde está tallada en bajo relieve una cruz de brazos iguales?
Todo, para los racionalistas, tiene o debe tener una explicación, porque así lo determina la ciencia.
Pero hay testimonios que nos dejan pensando y dan base para que se comiencen a tejer leyendas, algunas tan osadas como la de la llegada al Golfo de San Matías, más precisamente al Fuerte Argentino, de los caballeros de la Orden del Temple, que traían para esconder en la profundidad de la meseta de Somuncurá los tesoros del Templo de Salomón, del cual fueron custodios, destacando entre ellos el mayor tesoro de la cristiandad: nada más ni nada menos que el “Santo Grial”, o sea la copa en que el Señor Jesús bebió el vino en la Ultima Cena. Saga muy glosada en las antiguas leyendas artúricas y en las aventuras del caballero Parsifal, entre otras.
Por supuesto que al decir de Alejandro Dolina siempre estarán los “refutadores de leyendas” pero algunos osados se incorporan a las filas de los hombres sensibles y dan fe y credibilidad a estos hallazgos insólitos que solo han logrado hacer de estas suposiciones una atracción turísticas más.
Por supuesto que muchas veces realidad y ficción se entremezclan y sacan a luz nuevos descubrimientos como sucedió con el descubrimiento de la ciudad de Troya donde se comprobó que no solamente fue una ficción del poeta Homero.
Sin entrar en el imaginario fantástico podemos preguntarnos solamente dos preguntas relacionadas con nuestra región: ¿Quién labró en bajo relieve sobre un bloque de basalto la llamada “piedra templaria de Valcheta” una cruz de brazos iguales?
Y como cierre de esta breve nota ¿Qué manos tallaron la “cabeza barbada de Somuncurá? ¿Dan pie ambas para acrecentar las viejas leyendas y material para los escritores regionales?
Yo prefiero no adherir a osadas interpretaciones, porque todo con el paso de los años y de los siglos tendrá una explicación razonable.
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