DIGO: Sonia Costantini, en “línea con tu corazón”
La médica especialista en Cardiología se suma a DIGO con recomendaciones y consejos para mejorar nuestros hábitos.
Sonia Costantini es médica especialista en Cardiología. Es oriunda de Villa María, Córdoba, aunque su interés por crecer en su ámbito profesional la motivó a radicarse en Roca varios años atrás. A través de su ciclo en Digo, la aplicación que estrenó semanas atrás editorial Río Negro, acerca datos, consejos y recomendaciones para mejorar nuestros hábitos y así evitar enfermedades cardiovasculares.
Los problemas en el corazón constituyen la primera causa de mortalidad en el mundo, y Argentina no es la excepción. Hay estadísticas que alarman y hábitos que deberían ayudarnos a hacer algunas modificaciones en nuestra vida cotidiana para revertir esta situación. A su vez, hay factores que no se pueden modificar como la edad, el sexo y la carga genética. Sin embargo, hay muchos otros que sí pueden mejorarse con cambios y transformaciones. Estos son la hipertensión arterial, el sedentarismo, la obesidad, la diabetes y el colesterol.
“Es fundamental identificar estos factores para entender cómo nos afecta en nuestra sobrevida y en la calidad de vida”, comentó Costantini. La alimentación saludable es un paso fundamental para revertir cualquier problema cardiovascular.
“Hay que procurar mantener una dieta que aporte todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para que podamos llevar adelante las actividades diarias y mantenernos sanos”, agregó. Se estima que una de cada cinco muertes a nivel global son atribuibles a una alimentación inadecuada.
Distintos estudios indican que solo en un año, en 195 países se produjeron 11 millones de muertes causadas por dietas inadecuadas -sin contar la obesidad-. “Entre las principales causas se encontró el alto consumo de sodio, el bajo consumo de frutas y verduras y la baja ingesta de granos enteros” explicó Sonia, quien agrega que estos desajustes ocasionaron mayormente muertes por enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes. Lo llamativo es que en las últimas décadas se registró a nivel mundial un cambio en los patrones alimentarios, en particular en poblaciones urbanas.
Según indicó Costantini, “por un lado, se generó un impresionante aumento progresivo en el consumo de alimentos y bebidas con alto nivel de procesamiento que tienen un contenido energético alto, con muy bajo valor nutricional. Es decir, alto contenido de grasas, azúcares y sal”. Simultáneamente se produjo una disminución considerable en el consumo de alimentos sin procesar o mínimamente procesados como son las frutas, verduras, legumbres, granos enteros y semillas.
En los últimos 20 años, a nivel global, el consumo de frutas disminuyó un 41% y el de hortalizas un 21%. Por otra parte, la ingesta de gaseosas y jugos en polvo se disparó en el mismo periodo, principalmente en Argentina, Chile y México que lideran las ventas anuales en productos ultra procesados. “Nuestro país está en el primer puesto cuando nos referimos al consumo mundial de gaseosas, con 131 litros per cápita, superior incluso a Estados Unidos”, indicó.
La profesional marcó que “en nuestras ciudades, los cambios en las prácticas alimentarias siguen la misma tendencia mundial y atraviesan todo el entramado social, afectando fundamentalmente a las poblaciones más vulnerables y las de menor nivel educativo”.
Si hablamos puntualmente de consumo de azúcar, hay que mencionar que nuestro país se encuentra en el cuarto puesto. “Consumimos alrededor de 150 gramos por día, es decir 30 cucharaditas de azúcar por persona; frente a un recomendado de 50 gramos que serían más o menos unas 10 cucharaditas”, comentó.
Sonia admite que los factores se pueden modificar, aunque algunos cambios son complejos: “Se tiene que tener en cuenta el ingreso económico de los grupos familiares, los precios en este contexto, las tradiciones culturales, el ritmo de vida, la disponibilidad de productos, los cambios en los modelos de producción de los alimentos, la forma de comercialización, el marketing y la publicidad entre otros aspectos”. Es por eso que la Cardióloga sostiene que la protección del derecho a la salud y a una alimentación adecuada debe apuntar fundamentalmente a la regulación de los productos y a la implementación de políticas públicas en ese ámbito.
“Me sumé a Digo porque siento el compromiso de acercar a la comunidad el conocimiento en estas cuestiones. Es importante conocer las estadísticas para comenzar a generar conciencia acerca de cómo vivimos, qué comemos, cuánto sedentarismo tenemos y cómo podemos modificar nuestra calidad de vida con solo conocer la prevención de enfermedades”, expresó Sonia, quien estrena su ciclo “En Línea con tu Corazón” todos los martes a través de la app de Editorial Río Negro.
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