Desinformación y viruela del mono
Los expertos aseguraron que una de las claves para comunicar sobre esta enfermedad es no centrarse en las orientaciones sexuales de las personas, sino en las prácticas de riesgo que pueden generar contagios. La importancia de un mensaje claro y conciso.
Centrar la información en las prácticas que son de riesgo -contacto físico con persona infectada- y no en las orientaciones sexuales de las personas es clave para comunicar lo que sucede con la viruela del mono sin estigmatizar a ningún grupo, afirmaron hoy especialistas sobre esta enfermedad declarada emergencia sanitaria mundial.
“El desafío para realizar una comunicación sin estigma cuando hablamos de enfermedades transmisibles tiene que ver con identificar cuáles son las prácticas de riesgo, independientemente de ese concepto que está asociado a los inicios del VIH que es el de grupos de riesgo”, indicó Leandro Cahn, Director Ejecutivo de la Fundación Huésped, que desde hace más de 33 años es una referencia en la comunicación sobre la pandemia de VIH desde una perspectiva de derechos.
Y continuó: “Son las prácticas las que determinan el riesgo: en el caso del VIH las relaciones sexuales sin protección y en el caso de la viruela del mono todavía no está definido si hay transmisión por vía sexual pero sí es claro que es en el contacto físico que ocurre durante la relación sexual”.
El 98% de los casos reportados en el brote actual de viruela del mono en todo el mundo son de hombres que tienen sexo con hombres, y 41% de quienes han adquirido la enfermedad en estos últimos meses son personas que viven con VIH.
“Esto genera un desafío sobre cómo comunicar sobre esta población que evidentemente tiene un riesgo incrementado sin que quede la estigmatización; la respuesta es esa: hablando de las prácticas”, dijo Cahn.
En este sentido, el también politógolo remarcó que “es importante sostener desde los medios de comunicación el lenguaje que hemos aprendido para evitar estigmatizar, que lo único que genera es lo contrario a la respuesta buscada que en este caso sería una mejor prevención, una alerta más temprana y la consulta precoz al sistema de salud ante la aparición de síntomas”.
“Cuando caemos en una comunicación estigmatizante lo que generamos es lo contrario: incrementar las prácticas de riesgo y demorar la consulta”, sostuvo.
Y añadió que “además, es fundamental escuchar la voz de las comunidades, entendiendo que son actores y actrices fundamentales de la respuesta para evitar la propagación del virus”.
En el mismo sentido, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, señaló ayer en una entrevista que “es importante entender que el contagio se produce a través del contacto físico con una persona infectada, no tiene que ver la orientación sexual o la identidad de género y esto es clave porque si no aquellas personas que no son hombres que tienen sexo con hombres van a pensar que no se pueden contagiar y esto no es así”.
También Daniel Coso, activista de 100% Diversidad y Derechos, sostuvo que “es importante poner el foco en el comportamiento y no en la población diagnosticada; lo que sabemos hoy es que es el contacto piel con piel, no importa qué orientación sexual tengas”.
Esta semana, la Federación Argentina LGBT+ emitió un comunicado en el que también llamaba la atención sobre cómo comunicar las noticias respecto de la viruela del mono.
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“Con la experiencia que atravesó la comunidad LGBT+ con la ‘pandemia del sida’, durante los años 80 y 90, queremos alertar al Ministerio de Salud de la Nación sobre el estigma que atentó hacia las personas LGBT+ en aquellos años como les ‘principales propagadores de las infecciones’ y que hoy se retoma con discursos estigmatizantes desde la OMS y algunos medios de comunicación”, señalaron.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos también elaboraron una guía sobre cómo realizar una comunicación responsable (se puede ingresar al sitio https://www.cdc.gov/poxvirus/monkeypox/reducing-stigma.html).
Entre los primeros puntos menciona: “Promueva mensajes que brinden información sobre qué es la viruela del simio y cómo se puede propagar y aliente a buscar atención médica si experimenta síntomas similares a los de la viruela del simio” y “enfatice que cualquiera puede contraer la viruela del simio y promuévala como un problema de salud pública para todos”.
“Centrarse en casos entre hombres homosexuales y bisexuales puede estigmatizar inadvertidamente a esta población y crear una falsa sensación de seguridad entre aquellos que no son hombres homosexuales y bisexuales”, sostuvieron.
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La viruela símica fue declarada emergencia sanitaria internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 23 de julio pasado; en la actualidad se han reportado 22.054 casos y 11 muertes en 85 países en 6 regiones.
En la Región de las Américas, en los últimos siete días se notificaron 6.785 casos en 19 países o territorios, la mayoría en Estados Unidos, Brasil, Perú y Canadá (lo que representa un aumento del 79,9% en una semana).
El 99,2% de los casos son en hombres y el 81% tiene entre 25 y 45 años.
Estados Unidos, en alerta constante
Estados Unidos declaró el pasado jueves la emergencia de salud pública por la epidemia de viruela del mono, lo que le permitirá desembolsar fondos, recopilar datos y movilizar más personal en la lucha contra la enfermedad.
Se tomarán medidas rápidamente para controlar la epidemia y evitar que se extienda más, estimaron los expertos. Por el momento ya se superaron los 6.600 casos en el país, de los cuales alrededor de la cuarta parte en el estado de Nueva York.
La declaración, efectiva por 90 días pero que puede renovarse, tiene lugar tras superar en todo el país los 6.600 casos, aproximadamente la cuarta parte de ellos en el estado de Nueva York.
Los expertos creen que podría haber muchos más, porque a veces hay pocos síntomas, que pueden reducirse a simples lesiones similares a las de las enfermedades sexualmente transmisibles, una categoría en la que no entra la viruela símica.
Para combatir esta epidemia, el Estado federal ha suministrado unas 600.000 dosis de la vacuna fabricada por el danés Bavarian Nordic y comercializada como Jynneos en Norteamérica (Imvanex en Europa). Se desarrolló inicialmente contra la viruela.
Pero es una cifra baja teniendo en cuenta que unas 1,6 millones de personas se consideran de alto riesgo en el país y la próxima entrega (150.000 dosis) no llegará hasta septiembre debido a problemas de logística, según precisó un alto cargo del Departamento de Salud.
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