De Netflix al bar: el trago que se impone en la serie «Emily in Paris»
Ya está en Netflix la tercera temporada de la serie con Lily Collins que tanto le debe a “Sex and The city”. Incluido los tragos. ¿Nace otro clásico?.
No habla de una generación y quizás le falte un poco de osadía. Pero nadie negará que “Emily in Paris”, la serie que ya va por su tercera temporada y que hace una semana está disponible en Netflix, tiene varios parentescos con aquella “Sex and The City” de Sarah Jessica Parker, de los ya lejanos noventa.
La ciudad del personaje de Sarah Jessica Parker, Carrie Bradshaw, era Nueva York. Por sus calles, sus bares, sus tiendas y sus departamentos , transcurrió la historia de Carrie, de sus amigas Samantha, Charlotte y Miranda, y de sus amores. Por esas mismas calles transcurre ahora “And Just Like That”, que es una especie de puesta al día para mayores de 50, de las mismas mujeres y (casi) las mismas obsesiones (tamizadas por la menopausia, la viudez, y un exceso de corrección política).
La ciudad de Emily (Lily Collins), tal como lo dice el título es París, adonde llega esta simpática norteamericana a ocupar un puesto inicial en una agencia de publicidad.
Es cierto que todo lo que en “Sex and The City” era desvergonzado, aquí es un poco mojigato. Pero igual funciona como una comedia liviana que puede devorarse de una sentada (son diez capítulos de media hora).
Ambas series comparten al mismo escritor y productor Darren Star, y también algunos sellos de fábrica: las dos protagonistas, Lilly Collins y Sarah Jessica Parker, son más modernas que lo moderno a la hora de elegir qué ponerse, y las dos viven muy por encima de lo que en la realidad podría una recién estrenada trabajadora del ámbito publicitario y una periodista de columna semanales, respectivamente.
Pero hay un punto más: Carrie Bradshaw impuso el Cosmopolitan, como el trago de moda durante largo tiempo. Y Emily Cooper, en esta nueva temporada , ya hizo que subiera la cotización de un trago: el Kir Royale.
Como el Cosmopiltan en Nueva York, el Kir Royale parece ser la bebida para compartir con amigas, a la noche, en una terracita parisina. Como dice Luc (Bruno Gouery) mientras pasa el rato con Emily, el Kir Royale es la ‘bebida perfecta para tomar un sorbo y no hacer nada mientras gira la rueda de la fortuna’.
A Emily le encanta tanto la bebida que le sugiere a su amiga Camille (Camille Razat) que sus padres, dueños de un viñedo, la embotellen en una lata de cóctel llamada Chamère.
Un poco de historia
Lo cierto es que el Kir Royale no es un trago nuevo, sino un clásico de la coctelería francesa, con una historia que se remonta a 1904.
Originalmente, el Kir era una bebida conocida a comienzos del siglo XX en la zona de Dijón y se lo elaboraba con vino blanco con una cepa blanca típica de la Bourgogne, la Aligoté. El trago se lo llamaba Blanc Cassis.
Parece ser que el creador de este aperitivo fue un mozo llamado Faivre, que quiso honrar a Felix Kir, un sacerdote que luego de la fuga del alcalde de Dijón por la llegada de los alemanes fue desginado en su lugar.
En 1951, el vino blanco fue sustituido por champagne y entonces, el Kir pasó a ser Kir Royale. Y ahora, de la mano de Emily Cooper está a punto de transformarse en la bebida chic y de moda.
La receta es así:
Ingredientes
– Espumante 8 a 9 medidas.
– Licor de Cassis 1 o 2 medidas
– Frambuesas para decorar
Preparación
En una copa flauta (las alargadas para espumante) servir el licor de Cassis
Agregar el espumante bien frío.
Decorar con una o dos frambuesas.
Para hacer un Kir Royale, se necesita licor de Cassis ( licor dulce de color rojo oscuro elaborado con grosellas negras). Pero, si no se consigue ese, se puede sustituir por Licor de Frambuesa, Chambord o Licor de duraznos, que agregarán diferentes notas afrutadas a la bebida.
Quizás cumpla con la consigna que promete Luc, eso de la bebida perfecta para tomar un sorbo y no hacer nada. Y si no, siempre nos quedará (Emily en) París.
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