Covid y sus variantes: la pandemia no ha terminado
La llegada de la subvariante BA.5 debe ser un recordatorio de que la línea de meta aún no se percibe por ningún lado.
The Washington Post
La pandemia es una carrera implacable contra la Madre Naturaleza. Oleadas de infección acabaron con millones de vidas y solo las vacunas altamente eficaces evitaron aún más muertes. Ahora, el coronavirus está acelerando su ritmo una vez más, mutando, evadiendo la inmunidad y manteniendo su marcha. La llegada de la subvariante BA.5 debe ser un recordatorio de que la línea de meta en esta carrera aún no se percibe por ningún lado.
¿Qué es la BA.5?
Esta es la más reciente subvariante de la ómicron, la cual irrumpió en el planeta a finales del año pasado y provocó una enorme ola de infección. Desde ahora, la BA.5 y una variante estrechamente relacionada, BA.4, representan alrededor de 70% de todas las infecciones en Estados Unidos, según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, basadas en parte en modelos. Estas dos subvariantes recién llegadas están facilitando una variante previa, la BA.2.
El nombre confuso no debería ocultar el poder de la BA.5. Eric Topol, profesor de medicina molecular en Scripps Research, asegura que la BA.5 “es la peor versión del virus que hemos visto”. Topol agrega: “Lleva el escape inmunitario, ya de por sí extenso, al siguiente nivel, y en función de eso, mejora la transmisibilidad”, mucho más allá de las primeras versiones de la ómicron.
Topol informa que no ha habido un marcado incremento en las hospitalizaciones y muertes porque existe mucha inmunidad acumulada por la ola de ómicron de invierno. Sin embargo, hay aspectos de esta nueva variante a los que se debe estar muy atentos, ya que Estados Unidos sigue atascado en un tope incómodamente elevado de miseria pandémica. Además, las nuevas variantes están impulsando un aumento de casos en Europa.
En el centro de la diferencia de la BA.5 está su biología. La evolución le ha proporcionado mayor aptitud, un término que incorpora su capacidad de transmitir, crecer y evadir la inmunidad; la variante muestra una “marcada diferencia con todas las variantes previas”, informa Topol.
Una forma en la que lo hace es evadiendo el sistema inmunitario del cuerpo, y la BA.4 y BA.5 juntas son “las variantes más evasoras de la inmunidad” vistas en múltiples estudios hasta la fecha.
Aún no se sabe con certeza si la BA.5 conducirá a casos de enfermedad más graves. Pero saber que el virus se está propagando debería reforzar la necesidad de las conocidas medidas de mitigación: cubrebocas de alta calidad, mejor filtración y ventilación del aire, y evitar la exposición en espacios cerrados abarrotados.
Una duda importante es si los próximos refuerzos de la vacuna deberían incluir las nuevas variantes.
¿Tiene algún sentido una dosis de refuerzo con una versión anterior del virus si esa variante ha desaparecido de la población?
La Administración de Alimentos y Medicamentos le ha recomendado a los fabricantes que generen una vacuna bivalente o de dos componentes, con variantes viejas y nuevas como objetivo. Ciertamente tiene sentido ser flexible, o como dice la leyenda del hockey Wayne Gretzky, patinar hacia donde va el disco y no hacia donde ha estado.
Pero el tiempo apremia, y ¿quién sabe qué variantes estarán presentes a finales de este año? A largo plazo, estar persiguiendo variantes no es para nada un escenario ideal.
Lo que más se necesita son vacunas de próxima generación que brinden una protección más amplia, sean más duraderas (con inmunidad que dure mucho más) y que puedan mitigar la transmisión. Existe actualmente un gran esfuerzo investigativo para lograr esto, pero la línea de meta no se vislumbra todavía.
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