Cómo se forma un perro de búsqueda
El olfato y el oído son los sentidos que más deben desarrollar los canes que ayudan a buscar a personas perdidas, atrapadas bajo escombros o muertas. Una tarea de enorme ayuda. Lo cuenta Martín Brítez, experto entrenador y vecino de Las Grutas.
Hace 18 años que Martín Brítez trabaja con perros, haciendo honor a su profesión como educador canino, y 12 años que forma parte del entrenamiento de perros de búsqueda. El primero que formó se llamaba “Pepo” y según cuenta Brítez, el can era hijo de un famoso perro conocido como “Sureño”, de raza Blood hound que pertenecía a la Policía de Viedma.
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No todos los perros de búsqueda se entrenan igual: los hay entrenados para encontrar personas en avalanchas, en catástrofes, en estructuras colapsadas o en búsquedas específicas, según señala Martín Brítez, que vive en Las Grutas. “La diferencia es la marcación”, dice.
Brítez lo explica: el perro entrenado para búsqueda de personas debe ser generalmente pasivo para no alterar el estado de la persona a encontrar, mientras que el can entrenado para la búsqueda cadavérica debe ser activa. “En las búsquedas de personas vivas, al encontrar a la persona o víctima, el perro toma una actitud tranquila, sin ladrar, se sentará al lado de esa persona para evitar un estado de shock. Bajo este tipo de circunstancias , el can para rastreo, al dar con la persona indicada, se echa, y se deja acariciar”.
En el caso de búsqueda de cadáveres, la actitud del animal entrenado es muy distinta, según el experto. En ese caso, el perro llega al lugar de encuentro y debe ladrar. “A veces no se ve el cadáver a simple vista porque está enterrado, pero los gases que este emana, el perro los siente y lo marca con su ladrido”, argumenta el profesional.
Para la búsqueda, el hecho es que el perro siga a una persona con un patrón. Para ello, se le da una “prenda patrón” para que el animal identifique y busque a la persona con ese olor. También se enseña por grandes áreas y el perro hace “venteo” que detecta todo olor humano en una cuadrícula o en un predio, donde el can trabaja con corrientes de aire.
El tiempo de búsqueda de una persona desaparecida- desde el inicio de la perdida hasta que se deba ir a buscarlo-, no debe superar las 72 horas, “pero en Argentina es difícil que se cumpla”, según argumenta Brítez. “No existe un protocolo de búsqueda de persona, solo un protocolo de actuación, que no es lo mismo”. El protocolo de actuación indica que luego de que la persona desaparece, se da aviso; la comisaría informa a la fiscalía o justicia, se avisan a las otras comisarías y la policía sale a buscar. Por último, pasado los días, salen los perros.
Preguntas y respuestas
– ¿En qué consiste el entrenamiento? La búsqueda de persona con perro, explica el experto, es como un juego de la escondida, y el perro, a través de su olfato, debe encontrar a un figurante, que es la persona que se esconde. Esto es para que el perro entienda el trabajo que debe hacer, explica, dejando una prenda para el inicio de la búsqueda, y a través de su rastro, el perro se dirige hacia él.
En su etapa formativa, el animal debe ver a la persona esconderse y cuando llega el perro al figurante, éste lo premia. “Esto sería básicamente la iniciación, luego los trabajos se van dificultando”, comenta el experto quien forma equipo de trabajo con Facundo Leonel Castia, Mariela Paola Paz, Jorge Andrés Larreguy, Pedro Julián Paredes y Gabriel Manquenao..
¿Cualquier perro sirve para la búsqueda? Según Brítez no existe una raza única para esta especialidad, aunque no todos son útiles para esta labor. El perro destinado a la función inicia la “enseñanza” a partir de los 20 días de vida, con ejercicios simples y sin interferir en la comunión que tiene el cachorro con la madre. Cuando ya se cumplió el tiempo indicado para apartarlo de la madre, los ejercicios se profundizan, pero lo que se busca es habituación en el terreno y asociación, tanto intra como interespecífico hasta llevarlo al adiestramiento de la búsqueda.
¿Cuánto tiempo lleva adiestrarlo? Para Brítez, tanto el adiestramiento como el entrenamiento dura hasta que el perro, por su edad, se retira de la operatividad. Y nunca se debería interrumpir el adiestramiento o entrenamiento (son dos cosas diferentes) y por el simple sentido de que siempre hay ejercicios por hacer, desafíos nuevos y situaciones que el binomio todavía no las ha tenido. Entonces se deben trabajar para tener conocimientos de cómo afrontarlos en el caso de ser convocados para ese tipo de búsqueda. Generalmente lleva dos años para tener un binomio operativo, indica el experto.
¿Un perro adulto puede entrenarse? Según el profesional ha habido casos, en el que se pudo trabajar con un perro adulto para la búsqueda, pero eso depende mucho de las condiciones físicas y psicológicas del animal. Principalmente se da si el perro tiene interés por el juego, que cumple un rol primordial para este tipo de disciplina.
¿Hasta que edad se puede desempeñar? Eso depende mucho del animal, la raza, o condición física que lleva a su edad. “En sí, la búsqueda de personas es un trabajo muy estresante, para la persona y mucho más para el perro – asegura el hombre – y es debido al simple hecho de que solo trabaja con sus sentidos de olfato y oído, para encontrar a la persona. Pero un promedio estimativo es de 8 a 10 años. Luego se retira o jubila”.
¿Qué pasa con los perros que cumplen su ciclo en la provincia? Depende de la institución en la cual “trabaje”. “Mayormente, el perro una vez que cumplió su ciclo laboral, se lo retira y pasa a tener una vida netamente de familia. Se lo da en adopción o se lo lleva el guía a su casa”, acota. “En el caso del perro preparado para la detección de olores cadavéricos o perros de r. h. (restos humanos), el trabajo es diferente, por el simple hecho que trabaja en la asociación de olores de proteínas degradadas (cadaverina, putrescina, ácido butírico y hemoglobina) porque esos son los olores que presenta un cadáver”.
En trabajo de campo, no es como el perro de búsqueda, afirma el profesional, porque el perro debe estar más concentrado, ya que el cadáver puede estar enterrado o sumergido. El experto afirma que un perro de búsqueda de personas puede llegar a encontrar a una persona fallecida, pero un perro detector de cadáver no podría encontrar, a una persona con vida.
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