En Bariloche hay nuevos paradores de colectivos por canje
El municipio solo costea la base de hormigón y la contratista, una empresa de Neuquén, realiza el resto y se queda con el ingreso por publicidad.
El municipio de Bariloche comenzó a colocar nuevos refugios para los usuarios del transporte urbano y sólo corre con el gasto de las bases de hormigón, el resto de la inversión es asumido por la empresa que ganó la licitación de la cartelería en vía pública y que comercializa esos espacios en su beneficio a cambio de un canon mensual.
Las garitas están construidas hierro estructural y chapa negra, y el diseño fue acordado entre el municipio y la empresa ejecutora. Los materiales generaron algunas quejas de los frentistas, entre ellos Parques Nacionales, que pretendía estructuras de piedra o madera.
La subsecretaria de Proyectos Urbanos, Viviana Gelain, dijo finalmente el organismo nacional cedió y la parada fue ubicada “bien a un costado, para no afectar la visual del edificio”.
Señaló que ya llevan colocados 11 paradores, todos en la zona céntrica, desde el Ñireco hasta la calle San Martín. El plan comprende un centenar. El municipio licitó las obras básicas en grupos de 10 y ya están adjudicados los primeros 50. En enero saldrían a concurso los restantes.
Gelain dijo que el costo para el municipio es de unos 60 mil pesos por unidad, comprende la platea de hormigón y la instalación eléctrica. Dijo que entre las garitas ya instaladas hay dos “dobles”, para atender mejor la demanda de los usuarios. Una de ellas está en Esandi y 12 de Octubre y la otra en Moreno al 400.
El plan continuará en lo inmediato con otra serie de refugios en la avenida Herman, entre Pasaje Gutiérrez y Circunvalación y luego continuarán con la bajada desde Herman hasta Virgen de las Nieves por Arelauquen, el ingreso Este desde el Aeroclub hasta el barrio Las Victorias y las paradas de Bustillo, hasta Llao Llao.
Una de las dificultades a resolver son los permisos de Vialidad Nacional para el tramo que coincide con la ruta 40, entre Ñirihuau y la rotonda del aeropuerto.
Según la funcionaria, las obras fueron “bienvenidas” por los usuarios, que las usan no solo para esperar el colectivo sino como “punto de reunión”. En realidad la instalación de los paradores quedó atravesada por una crisis aguda del sistema de transporte, que redujo mucho sus frecuencias y todos los meses queda interrumplido durante varios días por protestas gremiales.
Algunas quejas en redes hicieron notar que el municipio se ocupa más de los refugios que de garantizar la continuidad del servicio.
Gelain admitió también que hubo algún malestar de frentistas y comerciantes, a quienes les tocó recibir los paradores en la puerta. “En algunos casos hicieron sugerencias y se tomaron, por ejemplo eliminar lo que yo llamo ´la espalda´de la garita, para no quitarle vista al negocio. Pero la idea es seguir adelante con el plan como está establecido -explicó-. En definitiva, la vereda es pública”.
La empresa contratista tiene domicilio en Neuquén y se llama Alto Impacto, aunque en la resolución que le adjudica la explotación de la publicidad aparece sólo el nombre de su responsable, María del Valle Quezada.
Fue la única oferente en la licitación, resuelta en junio pasado, y se aseguró la comercialización de la publicidad callejera por un lapso de 10 años en los llamados “chupetes” y también en los paradores de transporte. Debe pagar un canon de 540 mil pesos mensuales y reservar un 10% de los espacios para anuncios institucionales del municipio.
El monto del canon, según lo establecido en el contrato, se ajustará en forma anual de acuerdo al “indicador sintético de la actividad de la construcción”.
Un plan ampliado
Gelain dijo que la prioridad para elegir los lugares de los paradores fue ubicarlos donde faltaran, o donde los existentes estuvieran deteriorados. Admitió que en los barrios son muchas las paradas de colectivo sin refugio y progresivamente buscarán cubrir esa necesidad.
La licitación original obligaba a la empresa a instalar sólo 60 garitas. Por un acuerdo posterior entre las partes ese número fue elevado a un centenar.
Según Gelain, el primer grupo de cien paradores estará listo antes del próximo invierno y existe una propuesta de la empresa Alto Impacto para ampliar el plan con otros 150, “a cambio del canon”.
Si el municipio presta acuerdo, quedaría mucho más cerca el objetivo de mediano plazo, que es unificar por completo las paradas de colectivo en toda la ciudad, donde hoy perviven algunas de cemento, otras de piedra, de cemento, de chapa, y exhiben diferencias muy grande de tamaño y de calidad de protección.
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