Empieza el juicio contra los policías que atacaron a Facundo Agüero

Mañana será la primera audiencia contra los cuatro efectivos. Están imputados por vejaciones. El joven tiene secuelas irreversibles por un cuadro de cuadriparesia. Su madre exige ayuda para continuar los tratamientos ambulatorios.

Adelina Rivas quiere justicia para su hijo y exige ayuda del Estado para continuar con las curaciones ambulatorias. (Florencia Salto)

Mañana se sentarán en el banquillo cuatro policías de la Comisaría Primera de Neuquén que fueron acusados por el delito de vejaciones. Están imputados con distintas responsabilidades de haber dado una paliza a Facundo Agüero, un joven de 23 años oriundo de Picún Leufú, quien desde el 8 de marzo del año pasado se encuentra internado en el hospital Bouquet Roldán con un estado clínico irreversible.

Los efectivos que fueron acusados por la fiscal del caso Valeria Panozzo son: Romualdo Mardones Vázquez por vejaciones en concurso ideal con lesiones leves en carácter de coautor; Lucas Exequiel Medina por vejaciones en carácter de coautor; Pablo José Escudero por vejaciones en concurso ideal con lesiones gravísimas en carácter de autor y; Juan Alberto Rubilar por vejaciones en concurso ideal con lesiones gravísimas por omisión impropia en carácter de autor.

Se trata de un hecho estremecedor que quedó captado por las cámaras de seguridad del hall de entrada del edificio donde fue el ataque, ubicado sobre la calle Periodistas Neuquinos al 100.

A poco más de un año de el hecho Adelina Rivas, madre de Facundo, todavía no vio las imágenes, pero sabe que las deberá afrontar el próximo miércoles cuando ingrese a la sala 14 de la Ciudad Judicial para presenciar el juicio. Aunque la mujer parece descreída de las instituciones aún apuesta a que “la justicia del hombre se anticipe a la justicia divina. Yo soy muy creyente en Dios y sé que en esta vida todo se paga”, manifestó.

La evolución médica de Facundo no fue la mejor y si bien presenta mejorías gracias al esfuerzo de los profesionales que lo atienden día a día, las secuelas que padece son gravísimas y no le permiten cortar algunos tratamientos que deberá continuar por el resto de su vida.

Sin descanso

El último año fue de idas y vuelta para Adelina, quien tiene 41 años. Al dolor de ver a su hijo postrado se sumó que su vida dio un vuelco rotundo. Ella vivía en Picún Luefú, trabajaba en el barrio privado Chocón Medio realizando tareas de maestranza, le dieron licencia de seis meses y cuando intentó regresar a trabajar no pudo seguir el ritmo por el agotamiento mental y físico.

Desde octubre la mujer recorre los pasillos del hospital como si fuera su propio hogar. Compro un colchón nuevo para mitigar los dolores de espalda y duerme en la cama contigua de Facundo, en la habitación 15.

Adelina dejó atrás su localidad, su hogar y la organización del resto de su familia, tiene otro hijo de 18 años, su hija mayor de 25 y sus tres nietos. Se abocó sin descansos a la salud de su hijo y a velar porque el caso prospere en la justicia.

Ahora reclama al gobierno provincial que le facilite posibilidades para que Facundo pueda continuar su tratamiento de manera ambulatoria, aseguró que recibe aportes económicos del gobierno pero que “son unos 6.000 pesos que me dicen que son para el alquiler, pero todos sabemos que no alcanza para nada”.

La mujer no se resigna pero cree que se evita acompañarla por tratarse de un caso de excesos policiales. “Ponen trabas. Se nota que no quieren ayudarnos”, señaló en la charla con “Río Negro”, días antes del inicio de las audiencias.

“Facundo va a necesitar tratamiento de por vida, pero no siempre va a ser el tratamiento que está recibiendo ahora”.

Pablo Coronel, médico fisiatra del hospital Bouquet Roldán.
Facundo realiza hasta tres sesiones de rehabilitación por día. (Florencia Salto)

El cuadro clínico no empeoró y las mejorías no fueron suficientes

“Se valoran los avances que hemos tenido en relación con el tiempo de tratamiento y si bien está mejor desde el punto de vista de sus funciones, no se han logrado avances muy importantes”, explicó el fisiatra Pablo Coronel, jefe del servicio de Rehabilitación del hospital Bouquet Roldán, sobre la evolución de Facundo.

El joven recibe tratamiento con al menos seis profesionales de la salud. Coronel explicó el cuadro clínico que presenta es “cuadriparesia espástica severa”, es una parálisis cerebral que implica un aumento del tono muscular en casi todos los músculos que genera la retracción de sus miembros.

Los médicos han logrado en este tiempo que responda a algunos estímulos pero por períodos cortos. El profesional explicó que “se logró que no se complique más su situación, se logró un nivel de conciencia un poco más alto, que no alcanza todavía para que pueda interactuar con otras personas. Hay una leve mejoría en la función respiratoria y tiene el cuadro de desmotricidad generalizada que hace difícil la movilización”.


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