Elecciones en Bolivia: choques entre oficialistas y opositores dejan 30 heridos
El líder opositor Carlos Mesa intenta forzar a Evo Morales a admitir una segunda vuelta electoral.
Evo Morales y Carlos Mesa midieron sus fuerzas en las calles en una Bolivia cada vez más polarizada, donde las protestas dejaron durante la jornada de ayer al menos 30 heridos, cinco de ellos por armas de fuego, tras unas elecciones presidenciales que generaron denuncias de fraude.
La oposición había llamado a sus seguidores a intensificar las huelgas que desde hace días intentan paralizar las principales ciudades del país, para forzar al presidente Morales a admitir una segunda vuelta electoral después de que el escrutinio definitivo lo dio como ganador por más de 10 puntos de diferencia.
Morales, por su lado, arengó a su tropa a responder con movilizaciones en defensa de su victoria en primera ronda. Cientos de mineros afines al presidente aparecieron en La Paz para atravesar los bloqueos que cortaban el tráfico en las principales avenidas.
El comandante departamental de la Policía Boliviana en Santa Cruz, Igor Echegaray, informó que hubo cinco heridos «con proyectiles de arma de fuego» que tienen pronóstico reservado y «se intenta identificar a un joven que portaba un arma y pudo realizar disparos durante unos enfrentamientos en las calles».
El jefe policial llamó a la calma entre la población, «ante la escalada de violencia sin límites» que desde hace días se vive en ciudades como Santa Cruz, la mayor urbe de Bolivia, con más de millón y medio de habitantes en su gran mayoría opositores al gobierno.
Antes de que se conociera la existencia de heridos, durante la tarde el presidente Morales y el opositor Carlos Mesa se rodearon de miles de seguidores a pocos kilómetros unos de otros.
Mesa lo hizo un poco antes en La Paz para proclamar que no piensa rendirse hasta forzar al mandatario a una segunda vuelta, sentenciar que «o a la cárcel o a la presidencia» y llamar a sus partidarios a que «no se dobleguen».
Morales apareció poco después en la vecina ciudad de El Alto, donde volvió a defender su victoria en primera ronda y a expresar que no entiende las razones por las cuales la oposición y una parte de la comunidad internacional no le reconoce el triunfo en primera vuelta. Acto seguido volvió a instar a sus seguidores «a defender la democracia».
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