Elecciones 2017: La economía que se viene a partir de hoy
El triunfo de ayer le da liderazgo al presidente Macri y fuerza para negociar los cambios necesarios con la oposición.
El gobierno nacional estudia acelerar algunos cambios económicos teniendo en cuenta que las principales variables macro todavía no reflejan los resultados esperados, a cerca de dos años de asumir el poder.
El triunfo en las elecciones de ayer le da liderazgo al presidente Macri y fuerza para negociar los cambios necesarios con la oposición en el Congreso de la Nación. Gobernadores y sindicatos también se van a incorporar en esta discusión.
Las conversaciones van a existir, pero el presidente entrará, a partir de hoy, con una mayor fortaleza en estas mesas. Hay expectativas sobre la reforma tributaria y laboral, pero no se aplicarán hasta después del 2019, en una supuesta segunda etapa del programa económico que proyecta Cambiemos a partir de ese año.
Cinco son los tópicos que hay que seguir de cerca:
• Inflación. Los índices hasta fin de año se moverán entre 1 y 1,5%. Las previsiones oficiales dan cuenta que recién en el 2018 se podría perforar el piso del 1% mensual. La meta oficial: llegar en el 2019 a valores anualizados en un dígito. Un logro que, sin dudas, tendrá un fuerte impacto en ese año electoral. Para lograr encauzarla deberá trabajar sobre tres variables clave: tarifas públicas, servicios y las paritarias.
• Economía real. Si bien en este último trimestre se observó un importante salto en el PBI (promedio del 4%), difícilmente se pueda sostener esta variación en forma lineal para todo el año que viene. Las altas tasas de interés, necesarias para contener la ola de pesos que hay en el mercado, no bajarán como espera el sector productivo. Y este escenario pone techo al crecimiento. Las inversiones, en esta misma línea, seguirán orientándose mayoritariamente hacia el sector financiero. La paridad cambiaria continuará corriendo por detrás de la inflación, por lo menos hasta entrado el 2018, y poco espera el sector privado para ganar competitividad, con las reformas tributarias y laborales prometidas por el oficialismo.
• Bolsillo del ciudadano. Los salarios se van a sostener a nivel de la inflación. El ajuste ya se hizo en el 2016. Hacia adelante, el gobierno necesita controlar el precio de la canasta de alimentos y continuar con el gradualismo de los servicios e impuestos. En definitiva, no se espera una pérdida del poder adquisitivo del asalariado registrado. El objetivo del gobierno para los próximos dos años no será tanto aumentar el nivel de compra sino incorporar más trabajadores al sistema.
• Comercio externo. El retraso cambiario se hará sentir. Las expectativas están puestas sólo en la demanda creciente de China sobre productos oleaginosos y la recuperación de Brasil para que traccione sobre sectores clave de la economía argentina.
• Números fiscales. El déficit continuará cayendo y con ello la toma de deuda pública para compensar estos desequilibrios. El crecimiento de la economía a tasas del 3% anual y la baja de subsidios que está implementando el gobierno impactarán positivamente sobre las cuentas fiscales nacionales.
Datos
Los cuello de botella que teme el gobierno
Suba de la tasa de interés a nivel internacional. Presionaría sobre los compromisos a pagar por el gobierno.
Falta de acuerdos con el sector privado para que participe del financiamiento del ambicioso plan de obra pública proyectado.
Postergación de un plan para el desarme de las posiciones en Lebac. Esto generaría mucha incertidumbre en el mercado.
Proteccionismo comercial en el mercado global que impactará negativamente sobre el ingreso de divisas.
Datos
- 15%
- es la pérdida de competitividad que registra el tipo de cambio. Golpe al sector exportador.
- 92.000
- son los millones de pesos que se erogaron, hasta agosto, en todo tipo de subsidios.
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