El, y no Cristina

BUENOS AIRES (ABA).- En el cambio de planes tras el «Piñazo» de Misiones, Kirchner ha tomado conciencia de que debe ser él y no su esposa Cristina Fernández, el que debe volver a jugar la candidatura presidencial en 2007, señaló anoche a este diario un funcionario de su máxima confianza que pidió estricta reserva de identidad.

«Sabe que le puede pasar lo de (Carlos) Rovira, al que muchos le decían que lo acompañaban y por detrás mandaban a votar por el NO…Cristina – confió a «Río Negro» – no genera el mismo consenso que Kirchner en el PJ, y si quisiera imponerla, algunos gobernadores le dirán que sí, y por detrás mandarán a votar por Macri o Lavagna».

La consigna que se ha instalado en la Rosada parece ser «barajar y dar de nuevo». «Obviamente, ya no le será tan fácil al Presi llevar a la práctica su propósito de cederle el turno a Cristina el año próximo y él volver en 2011…todo ha cambiado después de Misiones y él debe cambiar», coincidió un dirigente de la provincia de Buenos Aires que conoce hace mucho al matrimonio Kirchner.

«Kirchner – dijo – debe ganar en la primera vuelta y es el único que puede asegurar ese triunfo, Cristina no. Néstor sabe que en una segunda vuelta se le arma el rejunte y puede perder la elección». Tras su reflexión interna para asimilar el traspié de Misiones, Kirchner ordenó no hablar de candidaturas hasta marzo: «hay que gobernar, volver a la gestión», bajó a sus principales colaboradores.

Cree haber tomado la iniciativa al ponerse al frente del NO a las reelecciones y provocar el relevo del jefe de la Fuerza Aérea, Eduardo Schiaffino. Espera producir nuevos anuncios en los próximos días. «Estaba muy subido al caballo. Pensaba que era imbatible. Este cachetazo le ha venido muy bien, porque es una persona que se hace autocríticas, aunque últimamente se había olvidado de practicarlas» , reveló la fuente confidencial.

Kirchner – reveló – ha vuelto a devorar encuestas…pero no precisamente las oficiales. «Tengo siete sondeos diferentes que marcan que el tema Misiones no me rozó», le dijo el lunes a un político al que recibió en su despacho, ante el que admitió no obstante que después del triunfo del frente que encabezó el ex obispo Joaquín Piña, ha comenzado «a escribirse una nueva historia».