El virus, el petróleo y el Plan Castello

Los intereses de los bonos en dólares tienen dos vencimientos anuales y en el 2023 hay que empezar a pagar el capital. Las regalías caerán si no hay “barril criollo” para el crudo.

El esquema de cumplimiento de los pagos de la deuda que tomó la Provincia para llevar adelante el Plan Castello podría complicarse con la brutal caída del precio internacional del petróleo. Río Negro precisa mantener ingresos constantes en dólares para poder hacer frente a los vencimientos en moneda extranjera y la única fuente de ese tipo de recursos son las regalías de hidrocarburos: si su valor es menor, menores serán los fondos.

Ante las advertencias sobre el peligro de endeudar a la provincia en moneda extranjera, el gobierno de Alberto Weretilneck respondía: “Tenemos los dólares para pagar”.

El 7 de junio el Estado rionegrino deberá cumplir con una nueva cuota de los intereses de los bonos: son poco más de 11 millones de dólares, unos 750 millones de pesos a la cotización del Banco Nación.

Pero el 7 de diciembre de 2023, cuando la gobernadora Arabela Carreras esté llegando al final de su mandato y ya se sepa quién la sucederá (o si fue reelegida), habrá que desembolsar 100 millones de dólares de capital, igual que en 2024 y 2025.

Son (a la cotización oficial de hoy) unos 6.500 millones de pesos, menos de lo que el Estado recibió todo el año pasado de regalías de petróleo y gas, con un precio mucho mayor que el actual, sacudido por la puja entre los países árabes, Estados Unidos y Rusia, y la proliferación de un virus que tiene a todos más preocupados que enfermos (o al revés).

Esos 6.500 millones de pesos equivalen hoy a dos meses de salarios del Estado.

Los hidrocarburos generan los únicos ingresos en dólares del Estado rionegrino. Si cae el precio, bajan los recursos. ¿El plan de Carreras será reperfilar la deuda?

“Las deudas no se pagan, se renegocian -suelen decir los economistas menos heterodoxos-, se patean para adelante, tanto en una empresa como en el Estado”.

No es lo que piensa el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, que ya salió el mes pasado a cuestionar la emisión de deuda en dólares bajo la ley extranjera que hicieron muchas provincias, Río Negro entre ellas.

A esta altura es muy probable que el gobierno de Alberto Fernández recree el llamado “barril criollo”, una enorme transferencia de los consumidores de naftas y gasoil a las empresas petroleras y las provincias productoras, para evitar el impacto en los ingresos y en la actividad económica de un sector que, como pocos, tiene un enorme derrame de riqueza (a diferencia del turismo o la fruticultura).

Eso desacoplaría el precio internacional del petróleo del valor interno. Se desalentaría la exportación, aunque los volúmenes de envío al exterior son mínimos. Y permitiría que Río Negro llegue al primer vencimiento del capital del Plan Castello con ingresos constantes en dólares.

Golpe de corona

El precio del petróleo no es lo único que cayó por efecto del virus. También bajaron fuerte las reservas en los hoteles de Bariloche y el resto de la cordillera.

La ciudad más poblada de la provincia vive con más incertidumbre que preocupación la crisis sanitaria que ya borró las expectativas de una edición de la Fiesta del Chocolate, que se hace en Semana Santa, llena de turistas.

Tradicionalmente las Pascuas marcan el cierre de la temporada de verano y el inicio del balance, que no será malo porque diciembre, enero y febrero fue explosivo en la cantidad de visitantes, con un nivel de gasto dispar. Los resultados fueron por cantidad, pero no por calidad, se quejan muchos empresarios del turismo.

El Bolsón fue la estrella turística del verano. No sin cierto desborde y con una oferta en la que la alta gama no brilla, la ciudad estuvo repleta de turistas. Su intendente Bruno Pogliano se fue a Europa a festejar y a relajarse después de la reelección y la temporada. Tenía pensado volver el martes (antes que se suspendieran los vuelos) y ya difundió que acatará el aislamiento por el virus cuando pise suelo argentino, pero como muchos cordilleranos que viven por estos días el operativo retorno, ¿no tendría que cumplir la cuarentena al llegar a Ezeiza? Preguntas que nadie ha respondido hasta ahora.