El vinagre en la ensalada, el culpable de las alcoholemias positivas
Los inspectores revelaron las excusas más comunes de los conductores que no superan los controles. “No tomo, voy a la iglesia”, fue la más extraña. De las 1.700 multas que se labraron en diciembre de 2019, el 10% fueron por conducir bajo los efectos del alcohol. El valor máximo registrado fue 2,33.
“No tomé, lo que pasa es que comí una ensalada de lechuga y tomate con mucho vinagre de alcohol”. “Acabo de usar enjuague bucal”. “Yo no tomó, voy a la iglesia”, son las excusas más frecuentes que escuchan los inspectores de tránsito a la hora de realizar los tests de alcoholemia en la ciudad de Neuquén.
Los agentes municipales reconocen que el ingenio popular está a la orden del día, a la hora de evitar una sanción por conducir bajo los efectos del alcohol. Pero alertan de que no hay justificación que valga. Ya sea culpa de una ensalada con mucho vinagre o solo una copita de vino al mediodía, el conductor encontrado infraganti se lleva la multa.
Hay quienes se ponen un tanto prepotentes a la hora de frenar en un control de tránsito. Son ellos los que apelan a frases como “nunca me pasó nada”, “es mi vida y hago lo que quiero”, “¿Sabés quien soy yo?”.
Las anécdotas contabas por los inspectores de tránsito llevan consigo números crudos. Según la subsecretaría de Ambiente y Protección Ciudadana, durante diciembre de 2019 se labraron 1.700 actas contravencionales, de las cuales el 10% corresponden a alcoholemias positivas. El registro más habitual en los conductores alcoholizados es de 0,8 gramos de alcohol en sangre y el máximo fue de 2,33.
Ordenanza 13.452
- 6.898
- pesos es el máximo que deberá pagar quien conduzca con un valor de entre 0,1 y 0,5 gramos de alcohol en sangre.
- 13.842
- pesos es el mínimo de la multa para aquellos automovilistas que superen el valor de 01,50 gramos de alcohol en sangre.
El subsecretario de Ambiente y Protección Ciudadana del municipio, de quien depende el área de tránsito, Francisco Baggio, consideró que las sanciones en dinero son un buen elemento para persuadir a los automovilistas, pero deben ir acompañadas de otras medidas.
“El balance de los datos es positivo. Creo que los aspectos contravencionales sirven en tanto y en cuanto el castigo dinerario es una forma de modificar conductas. Aunque no es suficiente solo con eso, creo que el verdadero giro se dará con un cambio cultural apoyado en la educación vial con eje en la relación estado , organizaciones de la temática y escuela en todas sus etapas, inicial, primaria y secundaria. Asimismo es altamente positivo poner en marcha el observatorio vial municipal, como herramienta de planificación”, aseguró el funcionario.
La ordenanza 13.452 estableció nuevos valores para las multas por alcoholemias positivas. A medida que aumenta el porcentaje de alcohol en sangre, sube el monto de la sanción. Para los conductores particulares, el mínimo establecido es de 6.898 pesos. Se le suma además la inhabilitación de 20 a 30 días para conducir y la retención de la licencia de conducir.
Si un conductor supera el 1,5 y no pasa los 2 gramos de alcohol en sangre, deberá afrontar una multa de entre 13.842 y 18.396 pesos. Además se le prohibe conducir por un plazo de entre 101 y 107 días y se le suspende la licencia, “con remisión al municipio para su destrucción”, establece la norma sancionada en 2016.
La sanción máxima es para los alcohotest que registren 3,5 o más gramos de alcohol en sangre. En esos casos el monto a pagar por el infractor va desde los 69.030 hasta los 137,970 pesos.
La ordenanza determina además que “el conductor está obligado a sujetarse a las pruebas destinadas a determinar su estado de intoxicación alcohólica o por drogas, para conducir. La negativa a realizar la prueba constituye falta, la que será sancionada con multa de 400 a 2.000 módulos”, es decir entre 18.396 y 91,980 pesos. La normativa vigente presume que la negativa al control de alcoholemia implica culpabilidad.
Apostamos a la educación vial en las etapas tempranas de la escolarización. De esta manera, se puede hacer la diferencia».
Francisco Baggio es subsecretario de Ambiente y Protección Ciudadana.
Hay una conducta que parece no poder revertirse en la ciudad capital: año a año las cifras de las sanciones a conductores por estacionamientos en lugares prohibidos se llevan los primeros lugares en las estadísticas municipales.
Durante 2019, de las 1.700 actas de infracción que labraron los inspectores municipales por mes, el 80% fueron por obstrucción de garajes, estacionamiento sobre veredas, ochavas o en reservas para personas con discapacidad, en doble fila, en zona bancaria y por estacionar en contramano.
El 7% de los conductores que fueron detenidos en un control de tránsito municipal fueron sancionados por no contar con la documentación del vehículo o personal y el 3% por utilizar el celular al momento de conducir.
Un dato que preocupa al Ejecutivo municipal es que el 60% de los automovilistas que fue sancionado durante el año pasado, son reincidentes. Cometen más de una infracción de tránsito por año.
Frente a esta situación, el subsecretario de Ambiente y Protección Ciudadana de la municipalidad, Francisco Baggio, consideró que es necesario e imperioso comenzar a desarrollar campañas de educación vial.
“Desde la subsecretaría que tiene a cargo tránsito apostamos a un proceso continuo de educación vial en las etapas tempranas de la escolarización. De esta manera, estado municipal, organizaciones intermedias y la escuela, pueden hacer la diferencia”, aseguró el funcionario.
“No tomé, lo que pasa es que comí una ensalada de lechuga y tomate con mucho vinagre de alcohol”. “Acabo de usar enjuague bucal”. “Yo no tomó, voy a la iglesia”, son las excusas más frecuentes que escuchan los inspectores de tránsito a la hora de realizar los tests de alcoholemia en la ciudad de Neuquén.
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