El último arreo
Este mes terminan los desplazamientos de crianceros con sus chivos hacia los campos de veranada, en el norte neuquino. La trashumancia es una actividad ancestral típica de esa región.
Rumbo a la veraneada
CHOS MALAL (ACHM).- Los últimos arreos trashumantes hacen su paso hacia la veranada, un desplazamiento cíclico tan ancestral como vital, dado que constituye la respuesta a las difíciles condiciones agroecológicas de la zona norte, por lo que deben trasladarse de invernadas a veranadas y viceversa en busca de las pasturas y el agua que garantice la supervivencia de los chivitos, principal recurso económico con que cuentan las familias de crianceros. El traslado de los animales de invernadas a veranadas se produce entre los meses de noviembre y diciembre cuando las crías que nacieron en las invernadas pueden trasladarse por sus propios medios.
El traslado de los animales se produce entre noviembre y diciembre, cuando las crías que nacieron en las invernadas pueden trasladarse por sus propios medios. Los perros “chiveros” ayudan.
La mayoría de los crianceros ya están en los campos de veranadas donde pasarán los próximos meses y a esta altura del año se pueden apreciar los últimos campesinos con sus piños hacia los campos altos de la cordillera. La duración de los arreos puede demandar hasta 30 días por la escarpada geografía de la zona norte de la provincia, dado que los campos de invernada y veranada los separan distancias de hasta 300 kilómetros. En ese trayecto los crianceros, que se trasladan a caballo, llevan “perros chiveros” que le alivian el trabajo de juntar los animales cuando estos se dispersan y también mulas para transportar sus pertenencias. Los animales permanecerán durante el verano en los campos altos, donde se producirá el engorde aprovechando las pasturas que aparecen tras el esperado deshielo. Estos campos están ubicados a partir de las 1.500 metros sobre el nivel del mar.
El regreso Regresarán de las montañas en otoño, en el período marzo-mayo en función de las condiciones climáticas, las distancias a recorrer de acuerdo a las ubicaciones de los campos y allí pasarán el invierno, en campos donde las temperaturas no son tan extremas -entre los 700 y los 1.500 msnm- lugares donde se producirán el servicio y la gestación de las chivas que dura cinco meses. La trashumancia es fundamental para los pequeños crianceros, dado que ni veranadas ni invernadas pueden garantizar las pasturas para los animales durante todo el año y la supervivencia de los chivitos es esencial porque de ello depende la economía de las familias campesinas.
Datos
- El traslado de los animales se produce entre noviembre y diciembre, cuando las crías que nacieron en las invernadas pueden trasladarse por sus propios medios. Los perros “chiveros” ayudan.
Rumbo a la veraneada
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