El trágico final del rionegrino “presionado por corruptos” en Entre Ríos
El empresario Jorge Aguirre -originario de Roca y Bariloche- se embarcó en un sueño hotelero que terminó hace unos días con su complejo devorado por las llamas y él muerto de un disparo en su interior. Una dramática historia que impacta en la sociedad y política entrerrianas.
Su cuna fue General Roca, en el seno de una tradicional y recordada familia. Su vocación hotelera se estimuló en Bariloche, donde vivió luego y administró grandes emprendimientos turísticos. Finalmente recaló en Concordia, Entre Ríos, prendido de un sueño: construir un hotel de gran categoría sobre exclusivas tierras termales.
Jorge Roberto Aguirre (70) invirtió con dos socios, pero tras serios avatares de todo tipo quedó en soledad. Cuando el complejo Ytakú (“Puede ser”, en guaraní) estaba listo para abrir, denunció haber recibido presiones políticas y “empresariales” para apoderarse de su bien tan preciado. Ventiló públicamente maniobras del poder político, concretamente del entorno del entonces gobernador peronista Sergio “Pato” Urribarri (hoy embajador argentino en Israel) y de emisarios del kirchnerismo. “No le venderé el hotel por ninguna plata a ningún corrupto”, dijo terminante.
Finalmente, la ilusión se truncó de forma trágica la semana pasada. El fuego devoró su hotel el domingo 15 a la madrugada. Entre sus ruinas, los bomberos encontraron el cuerpo de Aguirre con una bala de 9 mm en la sien.
El comienzo
El sueño de Aguirre comenzó en 2006 cuando se dispuso a hacer un hotel cuatro estrellas en una zona natural hasta entonces inexplorada –Villa Zorraquín, a 8 km de Concordia– pero con una atracción única: las aguas termales.
Se asoció con los vendedores de su terreno –sucesión Ansalmi– y con un empresario chino taiwanés, Sian Zon Li. Los primeros decidieron irse de la sociedad y Li lo hizo años después. Quedó solo, con aportes de dinero que solo habrían hecho Aguirre y Li a través de Ytakú SRL.
La ruptura societaria fue traumática e incluyó reiteradas denuncias de Aguirre ante la Justicia por estafa procesal y falsificación de cheques. No tuvo éxito.
Y mientras su edificio avanzaba en la construcción, ocurrían extraños episodios, según el relato que el propio Aguirre hizo al equipo del programa televisivo “Cuestión de Fondo”, del destacado periodista de investigación Daniel Enz.
Aguirre denunció que recibió ofertas de sectores ligados al urribarrismo interesados en comprar su establecimiento, a las que no accedió por considerarlos directamente corruptos. Esta convicción bloqueó -dijo- otras posibilidades de venta cuando el empresario, ya seriamente endeudado, veía trabada la habilitación del hotel.
Las denuncias públicas
Aguirre dijo en octubre de 2018 por Canal 9:
• Que en los inicios conoció y forjó amistad con el actual funcionario provincial José Ostrosky cuando éste y su mujer tenían un restaurante al que Aguirre iba todos los días a desayunar y cenar. Ostrosky se convirtió luego en director de Turismo de Urribarri, pese a sus advertencias. Relató al respecto: “Me dice Ostrosky que necesitaba hablar conmigo porque lo había llamado el Pato. Le pregunté qué Pato, y me dijo que era Urribarri, el gobernador, que quería que él fuera director de Turismo. Le dije lo que yo pensaba: que Urribarri era un corrupto y que él se iba a convertir en un corrupto”.
• Y siguió: “Al tiempo de entrar como director, un día viene Ostrosky y me dice ‘Jorgito vamos a ser vecinos. Vamos a hacer un hotel al lado tuyo’. Le dije cómo podía ser si él era un seco. Me dijo que el ministro de Cultura Báez tenía un amigo que le debía un favor y le iba a dar la plata”. ‘Escuchame boludo esa plata es nuestra’, le dije. ‘¡Es plata de la corrupción!’”.
• Efectivamente, al poco tiempo comenzó a construirse en esa villa cerrada el Apart Amanzi Termal, justo al lado de Ytakú. Y tiempo después llegó otro hotel. Todos abrían, mientras el suyo no lo lograba.
• Contó también que antes de la instalación de Amanzi Termal, había recibido ofertas por parte de una funcionaria de Turismo de Concordia y le respondió que no hacía “negocios con funcionarios”.
• Más adelante, Aguirre fue visitado por “gente que venía a invertir acá, querían ver si me interesaba. Traían una plata, todo muy borroso. Eran de Buenos Aires, cobraban una comisión porque depositan en Salto. Terminaron siendo (Leonardo) Fariña (conocido como valijero del condenado Lázaro Báez), a quien hoy respeto, y (Carlos) Molinari (empresario exjefe de Fariña). Fue Ostrosky el que me los acercó y le dije que para qué me los traía si sabía que yo no hacía negocios con esa gente”.
• Un día, mientras bebían unos aperitivos en un bar, se le acercaron el “Turco Bechara” y Horacio “Cachito Núñez (directivo del PAMI). Éste último le preguntó: ¿Vos sos de Roca?… Yo tengo mi mejor amigo, como mi hermano, que es de ahí: Juan Carlos Del Bello (ex rector de la UNRN recientemente fallecido); estuvimos en la guerrilla y escapamos a Venezuela”. Para entonces, Aguirre leyó en Internet que el dinero del hotel Amanzi lo había puesto Núñez, “que era la plata que le había robado al PAMI. A mí eso me pegó muy mal”.
• Entonces Aguirre salió de sus casillas. Insultó a Ostrosky en un salón de convenciones, después de que algunas personas le dijeran que Ostrosky y la mujer en reuniones sociales decían que “se iban a quedar con Ytakú por dos pesos con cincuenta”. Le gritó: “Corrupto, sinvergüenza, ladrón y además asesino porque el que le roba al PAMI mata viejos por falta de atención y medicación”. Fue la última vez que lo vio.
La quiebra
Ante las presiones externas y los límites éticos que el propio Aguirre ponía, tras 11 años de su construcción, trató de vender el hotel. “Hice más de 100 ofertas a un valor de casi la mitad de lo que costaba. Y al menos dos personas, una de Córdoba y otra de Buenos Aires, me dijeron que habían llamado para averiguar y les dijeron que estaba reservado. También recibí una propuesta de Fútbol para Todos. Hoy no se lo vendería por ninguna plata a ningún corrupto”.
Por si fuera poco, se daba cuenta de que no podía acceder a algo vital: el suministro de agua termal al hotel por parte de Prodinta, la sociedad de uno de los socios que dejó el emprendimiento, Anselmi.
Deudas acumuladas e impagas derivaron en un proceso de concurso de acreedores y luego un expediente de quiebra. De hecho, la Justicia había determinado que el hotel debía subastarse el viernes 20 de este mes. Apenas cinco días antes ocurrió la tragedia.
Las instalaciones del hotel estaban listas para recibir huéspedes ya desde 2018: todas las dependencias venían amobladas y con jacuzzis en cada habitación. Estaban las camas, las sábanas puestas, toallas… los mínimos detalles. Tres años así.
El final
A las 6.15 del domingo 15, las llamas no tardaron en consumir una parte de Ytakú, desde el techo, alimentadas con tanta combustión en madera.
Las cámaras de seguridad (según lo publicado en el diario El Sol) exhibieron el momento en que Aguirre habría salido del hotel y “prendido fuego en varios sitios”. Bomberos señaló también que no hubo un solo foco ígneo sino varios. Uno de ellos en la misma habitación donde fue hallado el cuerpo de Aguirre, con una pistola al lado.
Apenas días antes, el empresario escribió: “Se ha puesto en riesgo a todos los edificios, ya que nuestro sistema contra incendio está construido y probado con la red de agua termal. Si hay incendio no podemos hacer nada, por no tener el agua…”.
(Fuentes: Análisis, entrevista grabada en Cuestión de Fondo, Diario El Sol y El Entreríos)
La pasión empresarial de Jorge Aguirre ya venía de cuna. En Roca, bajo la égida de su padre Roberto, la familia Aguirre desarrolló décadas atrás múltiples actividades comerciales. Es recordado su inmenso galpón en la esquina de Sarmiento e Yrigoyen (hasta su venta para un edificio que hoy se construye), escenario de muy diversos rubros. Allí funcionó una gomería, una cancha de bochas, de fútbol cinco, una concesionaria de autos y un depósito del Ministerio de Educación de la gestión radical.
Luego, en Bariloche, Jorge Aguirre tuvo responsabilidades empresariales como
dueño y administrador de complejos turísticos de envergadura.
El hotel Pire Hue, en el Cerro Catedral, tuvo bajo su gestión momentos de esplendor con eventos de moda que traía de Buenos Aires y con las famosas fiestas de invierno Slalom Copa Leroy y Rolex. También fue administrador en el Golf Arelauquen y tuvo la concesión de la confitería y venta de artesanías en el Bosque de Arrayanes. Incursionó asimismo en la comercialización de artículos importados -Full Action- en Mitre y Frey.
Cuando migró a Entre Ríos -hace unos 15 aproximadamente- compró tierras en Villa Zorraquín, un barrio exclusivo de Concordia, donde edificó Ytakú. Mantenía, sin embargo, registrado ante la AFIP el domicilio alternativo de Bariloche: Quaglia al 200.
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