El tercer puesto fue suficiente para Ogier

No tenía una tarea fácil Sebastien Ogier cuando aceptó el reto del M-Sport para realizar la temporada con un Ford Fiesta RS sin apoyo oficial. Pero la experiencia de Malcolm Wilson y el respaldo del equipo que supo brillar cuando fue team oficial, no lo hizo dudar para pelearle de igual a igual a los poderosos, económicamente, Hyundai, Toyota y Citroën. El francés agrandó ayer su historia con un nuevo título.

Los equipos con respaldo de las terminales no tenían algo que al M-Sport le sobraba, como fue un tetracampeón, el mejor piloto desde el retiro de Sebastian Loeb.

Ogier logró el pentacampeonato porque ratificó que es superior al resto. Manejando al límite cuando contó con el auto, como en Montecarlo y Portugal, donde obtuvo las victorias de la temporada, o siendo paciente y sumando buenos puntos para cuando no podía subir al podio.

La fiesta del M-Sport fue completa por alcanzar el título de constructores y la victoria con eElfyn Evans en su tierra, celebrando en lo más alto del podio por primera vez en el Mundial. Thierry Neuville terminó segundo y Ogier quedó tercero.

“Fue un año duro, pero terminar campeones es increíble. Todos nuestros títulos significan mucho”, comentó el quíntupla campeón.