El rock a punto de estallar: «Tripland», el nuevo libro de Mariano Ludueña
El autor creó la banda Supercampeones para contar todo lo que vio, escuchó y vivió en una novela descarnada que es parte de lo que ya es un subgénero en sí mismo: la ficción rockera.
Supercampeones, quizás te suene esta banda, aunque no la hayas escuchado nunca. Y es probable ambas cosas: que te suene y que no la hayas escuchado nunca porque no existe. ¿O sí? Supercampeones es la banda creada por Mariano Ludueña, conductor y redactor radial, autor y productor audiovisual y vocalista de Buenísimo, banda que sí existe, para “Tripland”, su flamante quinto libro.
Supercampeones es una banda ficticia en la que Ludueña pone todo lo que vio escuchó de la escena rockera real y lo hace sin anestesia y con honestidad. En “Tripland”, el autor provoca, conmueve, irrita, encandila, y desbarranca desde la brutalidad de sus personajes y el gesto descarnado de su escritura, a esta altura un sello personal, pero también nutre a sus protagonistas de ternura, humor e hidalguía barrial.
Autor de “De todo lo que vi, recuerdo la mitad” (2012); “La Mitad que no recuerdo” (2015) y “Rockeros” (2017), su primera novela, que tiene tres tomos, con “Tripland”, Ludueña está creando un nuevo subgénero, la ficción rockera. Como periodista trabajó 20 años en Radio Nacional Buenos Aires, donde fue conductor del programa “Lo que se te antoje”, y escribió para diversos medios latinoamericanos especializados en cultura rock. En un diálogo por escrito con RÍO NEGRO, Mariano Ludueña describió su obra, que por ahora sólo se consigue a través de Mercado Libro, pero que pronto estará en las “librerías amigas” del país, según lo prometió.
P: ¿Por qué elegiste el rock para este libro?
R: Elegí el rock porque logro la confluencia de dos grandes pasiones mías que son la música y la literatura: elegí la temática rockera porque me siento cómodo y con autoridad para hablar de ella. Esta contado por un escritor que es músico. En esta novela, se puede notar en pequeños detalles. Estoy haciendo dos cosas que me gustan al mismo tiempo: rockeando y escribiendo.
P: ¿Cuánto hay de autobiográfico en tu libro? al entorno se nota que lo conoces.
R: Es la pregunta que me hace la mayoría de los lectores, tiene cierta parte autobiográfica, lo que se llama “autoficcion”, pero son historias que están ficcionadas siempre un poquito tocadas, para redondearlas y hacerlas más lindas y leíbles. Al entorno del rock sí lo conozco porque tengo bandas en actividad desde los años 90: mi primera banda fue Faveleros, mi banda actual se llama Buenísimo y me crie en la ruta saliendo de gira, grabando discos, tocando junto a colegas y amigos. Me crie un poquito con la escuela del punk-rock, crecí con “Attaque 77”, “2 minutos”, “La Polla” y escuchado bandas como “Mal Momento”, “Ramones”, “Sex Pistols” y demás, aquellas que hacen al movimiento.
La gente siempre quiere saber un poco más, le interesa que pasa detrás del escenario, en la intimidad del músico. El show lo vemos todos, pero pocos están en el camarín, en el micro de gira, en los hoteles, viajando por el país o por el mundo y ahí nace la intriga».
P: Las figuras del rock ¿qué peso tienen en tu libro?
R: Las figuras son los protagonistas de “Tripland” de la historia, de la banda ficticia que es Supercampeones, está integrada por Tomy, Santi, que son mis amigos de la infancia, Pinche Culero que entra en reemplazo del primer cantante que fallece que es Verruga y de Doble V, que es el baterista. Ellos son la banda ficticia más grande Latinoamérica, con las problemáticas y el peso de una banda famosa. Me deje llevar por bandas como Guns N’ Roses, Rolling Stones, Led Zeppelin, Motörhead, AC/DC, bandas que llegaron a la cima y pagaron un precio por ello, al igual que le pasa a esta banda.
P: ¿Por qué ocurrirá la fascinación sobre estas figuras rockeras?
R: Creo que la gente tiene fascinación por estas figuras rockeras porque son referentes culturales, con una canción se puede cambiar el mundo, te puede cambiar un estado de ánimo y la gente siempre quiere saber un poco más, le interesa que pasa detrás del escenario, en la intimidad del músico. El show lo vemos todos, pero pocos están en el camarín, en el micro de gira, en los hoteles, viajando por el país o por el mundo y ahí nace la intriga.
P: ¿Cuánto pesa el misticismo en este caso?
R: Sí, creo que es eso, que nos gusta el morbo de lo que pasa por detrás. Creo que el rock, la inmortalidad te la da la redención, uno apunta a envejecer como los Rolling Stones, tener 78 años y estar arriba de un escenario, para mantener ese status, tenés que estar redimido, estar fuera de todas esas cosas que te hicieron grande.
P: ¿Cuánto tiempo demandó este libro?
R: Me tomó un año y medio este libro, ya tenía la idea ya venía madurándola porque es una sucesión natural del libro anterior que se llama “Rockeros”. Es el cierre de la historia que quería contar.
P: ¿Cuál es el estilo musical que más se destaca en tu “ser rockero”? Pop, funk, punk…
R: Provengo de la escuela punk, me considero músico más que rockero o punk, soy un tipo de 50 años y lo único que practico del punk es “hacelo vos mismo”; en donde es uno de los legados que nos dejó ese movimiento, además de un puñado de bandas que a mí me gustan mucho. Por ejemplo, venía escribiendo para una editorial, pero me fui y ahora armé mi propia editorial para editarme yo mismo, para editar mi obra. La editorial se llama “Ediciones Muy Bueno” y Tripland sale a través de esta misma.
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