El río Limay creció como nunca antes en los últimos 100 años
En los últimos cien años (período sobre el cual se tienen registros) el río Limay no había experimentado una creciente tan grande como la de la semana pasada, cuando un intenso temporal de lluvia en la Cordillera aceleró el deshielo y puso en emergencia a El Bolsón y Bariloche. Por primera vez en 12 años se abrió el vertedero en El Chocón. La situación difiere de la del año pasado y Nación autorizó a mantener los niveles actuales de los ríos hasta el 4 de noviembre.
No obstante, por primera vez en doce años, la empresa Hidroeléctrica El Chocón abrió las compuertas del vertedero del lago Ezequiel Ramos Mexia. Por el canal de hormigón, que tiene una pendiente de unos 30 grados, bajaron entre 500 y 600 metros cúbicos por segundo. Los vecinos de la villa turística despertaron a la madrugada escuchando un fuerte sonido que se mantuvo hasta cerca de las ocho.
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas y las operadoras de las hidroeléctricas están manejando los caudales de los ríos con un cálculo día a día muy ajustado. Por eso, el organismo lanzó ayer una «alerta blanca», la más tenue de una serie de cuatro.
Si las presas erogaran ahora lo que está previsto en las normas, las consecuencias para pobladores ribereños y zonas productivas serían enormes. Por eso Cuencas pidió y obtuvo la anuencia de la secretaría de Energía de la Nación -que puede modificar las reglas- para flexibilizar los criterios. La anuencia de la cartera energética nacional fue emitida ayer al mediodía y significa que hasta el 4 de noviembre los ríos no aumentarán los caudales actuales.
En el manejo de la cuenca es primordial la información de los pronosticadores meteorológicos de la AIC, que ayer anunciaron que mañana comenzarán a caer nuevas lluvias sobre El Bolsón y las cuencas del Limay y Collón Cura. Esta vez serán moderadas, pero como los ríos están al límite de su capacidad, el fenómeno se observará de cerca para analizar si es necesario cambiar el criterio de manejo de la cuenca .
La crecida que hizo llegar el río Limay a una marca histórica obedece a un temporal de lluvia y altas temperaturas que hizo desbordar arroyos y ríos, con el importante aporte de un deshielo prematuro y acelerado en el sur de las provincias de Río Negro y Neuquén.
Es importante analizar qué habría pasado desde Plottier hasta Valle Medio si no existieran las presas que frenan las aguas. Se estima que al río Negro tendrían que haber llegado más de 6.000 metros cúbicos por segundo . En 1958, cuando el río Limay llegó a tener un caudal máximo de 4.700 metros cúbicos por segundo, en lo que ahora es el ingreso a Piedra del Aguila, en la ciudad de Neuquén el agua llegó hasta la ruta 22 e inundó los barrios Villa María y Villa Florencia.
Hay otro dato extraordinario: las marcas máximas siempre se dieron en invierno y, en general, por varios aportes de lluvias o precipitaciones sostenidas en el tiempo.
Además, en junio, julio y agosto las posibilidades de afectar el suelo de las chacras del valle no son tan altas como ahora.
Por ello, en la crecida del año pasado, que obedeció a un largo período de lluvias en la alta cuenca, se decidió aumentar los caudales aguas debajo de las presas hasta niveles a los que ahora no se quiere llegar por las consecuencias que tendría en las napas de tierras productivas.
El año pasado, la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas autorizó erogaciones máximas de 1.750 metros cúbicos por segundo en el Limay y 630 en el Neuquén, lo que sumó hasta 2.380 en el Negro, un 30% más que ahora. Para comparar ambas situaciones es necesario tener en cuenta que:
*El 8 de julio de 2001 a Piedra del Aguila ingresaron 1.993 metros cúbicos por segundo de agua y la última presa del Limay, que es Arroyito, erogó 1.370.
*El 14 de octubre pasado Piedra del Aguila recibía 4.739 metros cúbicos por segundo, pero Arroyito erogaba apenas 755.
La idea de Cuencas es mantener los caudales reducidos agua abajo de las presas, lo que hará que el desagote de los embalses dure semanas y hasta meses.
De todos modos las cosas podrían cambiar cuando se inicie el período de deshielo, el mes que viene. En la cuenca del río Neuquén la acumulación de nieve es comparable y hasta quizás superior a la registrada en 1982.
Si se mantiene el pronóstico de que noviembre será frío, el derretimiento se dará recién en diciembre, cuando es necesario, más que nunca, mantener los embalses bajos para no perjudicar las tierras productivas.
Cuencas lanzó un «alerta blanca»
CIPOLLETTI (AC) – La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas emitió ayer una denominada «alerta blanca», la primera y más débil de una serie de cuatro. Se trata de un aviso, dirigido especialmente a las direcciones de Defensa Civil, por la posibilidad de «daños a personas y bienes» a raíz de aumentos en los caudales.
La emisión de una «alerta blanca» puede tomarse como una formalidad pero significa que se puso en marcha el Sistema de Emergencias Hídricas.
En la normativa se consigna que la causa en la emisión de un alerta de este tipo es «una erogación de altos caudales para el manejo de embalses por crecidas».
Los efectos son «desde una inundación de pequeñas áreas ribereñas con algunos inconvenientes en zonas urbanas por desborde de cauces, hasta inundación de importantes áreas rurales y centros urbanos».
El procedimiento establece que Cuencas debe comunicar la emisión de esta alerta a los gobiernos de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires, y éstos a las direcciones de Defensa Civil de las ciudades potencialmente afectadas por las crecidas.
En la escala, a la blanca le siguen las alertas verde, amarilla y roja que tienen que ver con problemas y hasta roturas de presas.
Si no existieran las represas, habría sido una catástrofe
CIPOLLETTI (AC) – Fue tanta el agua que recibió el río Limay en tan poco tiempo que si no existieran las presas que embalsan los cauces, habría sido una catástrofe. Buena parte del Bajo de la ciudad Neuquén, el autódromo de Roca y las casas del balneario La Herradura, en Plottier, estarían ahora completamente inundados.
La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas tiene dos juegos de «mapas de inundación»: uno -ya difundido por «Río Negro»- plantea los posibles escenarios en caso de rotura de alguna presa; el otro muestra qué pasaría si el río Limay llegara a la ciudad de Neuquén con 2.300 metros cúbicos por segundo y el Negro tuviera un caudal de 3.200. Pero si las presas no existieran, las cosas serían más complicadas teniendo en cuenta que entre el 13 y el 16 de octubre pasados el Limay habría tenido un caudal medio mucho mayor, de 4.200 metros cúbicos y el Negro, de 6.000.
En Cuencas no hay cálculos de las consecuencias de un escenario así, pero sobre la base de las estimaciones con menores caudales, puede determinarse que:
*En la ciudad de Plottier, las casas del coqueto barrio-balneario La Herradura habrían quedado completamente bajo el agua (ya el año pasado el acceso se cerró).
*En la línea de la avenida Olascoaga, en la ciudad de Neuquén, el agua llegaría hasta la ruta 22, que actúa como un terraplén de contención. Ya en 1958, cuando no existían las presas, hubo 2.500 evacuados en los barrios del Bajo.
*El barrio Valentina Sur tendría que ser evacuado porque quedaría completamente tapado de agua.
*El autódromo de Roca estaría bajo agua.
*Una enorme cantidad de chacras desde Plottier hasta el Valle Inferior habría sido afectada, y otras sufrirían las consecuencias en las napas.
Lluvias en la cordillera
CIPOLLETTI (AC) – Serán débiles a moderadas, pero las lluvias que hoy comenzarán a caer sobre El Bolsón seguramente preocuparán a sus habitantes, que hace dos semanas vivieron una de sus emergencias hídricas más dramáticas. Las precipitaciones, que también serán en forma de nieve, se extenderán el viernes hacia el resto de las montañas del sur de Río Negro y Neuquén.
El Centro de Pronósticos de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas no emitió un alerta meteorológico porque, por ahora, no se observa que las lluvias fueran a ser importantes.
De todos modos, las subcuenca del Alto Limay y el Collón Cura están tan saturadas de agua que costará absorber las lluvias sin que termine influyendo rápidamente en los embalses de las presas.
Mucho menos peligroso pero muy molesto será el viento que correrá el viernes en la zona del Alto Valle, Neuquén y su área de influencia. El fenómeno es, como suele pasar, el paso previo al enfriamiento que se experimentará en la región.
Los pronosticadores de la AIC informaron que la lluvia comenzará a caer mañana sobre El Bolsón, donde entre el 11 y el 15 de octubre pasados un temporal desbordó ríos y arroyos, e hizo necesaria la evacuación de cientos de personas.
El viernes las lluvias alcanzarán Bariloche, Villa La Angostura, San Martín y Junín de los Andes.
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